Enfermeria

Paciente femenino Reyna, a dicha paciente la conocí hace tres meces cuando me encontraba en el área de diálisis, una paciente un poco apática y enojona hasta cierto punto, sin embargo después de tratarla y ganarme un poco de su confianza resulto ser una señora sonriente, platicadora, cooperadora que aún tenía muchas ganas de vivir, se notaba en su expresión en esas ganas de querer seguir, a pesar de su enfermedad. La señora Reyna era una paciente que casi diariamente estaba sola, al menos durante la tarde y la noche solo unas cuantas veces contadas vi a sus familiares, al preguntarle por ellos; la señora Reyna me respondía que estaban trabajando, estaban ocupados haciendo sus cosas y pues a ella no le gustaba darles molestias, y si ella un podía levantarse a hacer muchas cosas no había necesidad de que estuviesen ahí con ella. A diario llegaba y platicaba con ella, hasta que después de dos semanas internada fue dada de alta. Después de 4 días la paciente regreso, esta vez se veía más deteriorada, pálida, desganada, al parecer había llegado deshidratada, tras el paso de los días regreso aquella paciente con esas ansias de vivir que yo conocía, un lunes llegue y la vi pensativa y un poco triste, pregunte que le sucedía me conto que le habían comentado que su catéter tenckoff ya no estaba ayudando mucho, por lo que le tendrían que colocar un catéter Mahukar para la realización de hemodiálisis y que dependiendo como respondiera valorarían regresar a diálisis, le comete en qué consistía una hemodiálisis y las diferencias entre diálisis y hemodiálisis, resolví algunas dudas y al parecer quedo más tranquila. La colocación de catéter fue dos días después, por la que la pasaron a otra área, dentro del mismo piso en el que me encontraba yo, por lo que casi diario la pasaba a visitar, al preguntarle sobre como iba de salud me contaba que todo iba muy bien, que la hemodiálisis no era tan mala como se la imaginaba, y a mí me alegraba bastante verla así; feliz.

Y así fue pasando el tiempo, se iba y regresaba, por unas semanas no supe más de ella, pero el día en el que la vi, me sorprendió ver a la mujer que tenía frente a mi como paciente, la vi y se veía mal, demacrada, desnutrida; realmente fue impactante ver como la paciente que hace tiempo había visto tan llena de energía, estuviese así. Cuando fue mi paciente poco a poco recobro las fuerzas, y esa sonrisa, que a muy pocas personas mostraba. Pero después de una semana, se veía edematizada, al parecer ya no toleraba el tratamiento con hemodiálisis, ya que en medio de la sesión se ponía mal, y así día tras día se fue deteriorando más, comía poco, o como yo le decía “solo picotea la comida, como los pollitos”, dejo de ser mi paciente, pero aun así continuaba visitándola, y al fin conocí a los familiares que a decir verdad no tenía el gusto de conocer, me preguntaban como estaba , como la veía yo, y no podía mentirles, no quería mentirles.

Ha tres semanas llegue el día lunes, pase recibiendo material del piso y la vi, valla que se veía mal, le pregunte como estaba y ella me dijo que bien, yo sabía que no lo estaba; pero fingía creerle, y una que otra noche como no quería comer; iba y me podía a platicar con ella y poco a poquito le insistía para que comiera y mi objetivo se lograba, talvez no se comía todo, pero al menos más delo que acostumbraba sí. El día viernes llegue y la vi con una SNG para alimentación, estaba somnolienta; muy somnolienta, llegue y la salude como siempre y medio abrió los ojos, ¿señorita, como está usted? Le dije, y ella como siempre me contesto; estoy bien.

Se atravesó fin de semana, el lunes al llegar nuevamente pase revisando material

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