Fusagasuga
damamepi22 de Abril de 2013
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Fusagasugá es un municipio colombiano, capital de la provincia del Sumapaz en el departamento de Cundinamarca, ubicado sobre la autopista Bogotá - Buenaventura. Conocido como "Ciudad Jardín de Colombia" también llamado “Tierra Grata”. Actualmente Fusagasugá es una de las ciudades con más desarrollo de la región central, centro económico y de servicios del sur del departamento, el comercio, la construcción y el mercadeo agropecuario son sus principales sectores productivos.
Fusagasugá para 2013 cuenta con 129.301 habitantes,2 Según proyecciones de población del DANE3 La ciudad está ubicada en una meseta bañada por los ríos Cuja y Chocho, rodeada por los cerros Quininí y Fusacatán que conforman el valle de los Sutagaos.
Historia
[editar]Sutagaos
Los sutagaos fueron los pobladores indígenas de la zona donde hoy se ubica Fusagasugá. Esta cultura no posee un estudio propio en razón a la precariedad de los indicios arqueológicos, sin embargo, es posible afirmar que pertenecían a la familia lingüística de los chibchas y se ubicaban en la frontera muisca, sirviendo como vínculo para entablar relaciones políticas y comerciales entre los panches, pijaos y muiscas.
Su dominación era fundamental, debido a que podrían crear fisuras del orden territorial establecido por los muiscas, por eso entre 1470 y 1490 (aproximadamente) el cacique de Bogotá emprendió una campaña de dominación contra los sutagaos, la que tuvo cierto éxito, ya que los indígenas comenzaron a practicar relaciones más amables con el poder central Muisca, pero ello no implicó la sumisión completa.
Avenida de las Palmas, vista al cerro fusacatan
Fusagasugá fue inicialmente un cruce de caminos. Lugar de paso obligado, pues era el único terreno relativamente plano en medio del recio relieve de la vertiente suroccidental del altiplano Cundiboyacense. Allí tuvo asiento uno de los primeros mercados de las comunidades indígenas que habitaron el centro del país, debido a que confluían muiscas, panches y pijaos. La diversidad de los mercados periódicos, realizados de acuerdo a la ubicación de la luna y las estrellas, fue ejemplo de la heterogeneidad del pueblo que se enraizó en estas tierras. Los sutagaos, o "hijos del sol" como se les ha denominado en alguna ocasión, son una amalgama de culturas, debido a que se les reconoce por los cronistas españoles prácticas catalogadas en la familia chibcha, sin embargo, también son, a veces, confundidos con los caribes. Seguramente, el ubicarse como un tipo de cuña en medio de tan variado panorama étnico les ofreció características que difícilmente pudieron ser homogeneizadas.
Las condiciones en que se desarrollaron los sutagaos favorecieron que su principal sustento estuviera en el comercio, mientras que la agricultura se limitaba a un segundo plano. Por ello, como lo señala Carl Langebaek, desde la zona de Fusagasugá se abastecía a los muiscas de oro proveniente de las tierras de los panches y a cambio éstos últimos recibían sal y mantas. De igual manera, sucedía con los cueros obtenidos, principalmente, por los pijaos y que terminaban, por redes comerciales, en los dominios de los caciques de Bogotá y Tunja, donde las manos de los sutagaos, al parecer, fueron de importancia durante el proceso de intercambio. En lo referente a los productos extraídos de la zona donde se ubicaron los sutagaos, es preciso hacer mención de la miel, la coca y los cueros. Artículos con los que se incrementaba el mercado y se abastecían las necesidades, principalmente, de los muiscas.
Las afirmaciones sobre las prácticas religiosas, sociales y políticas, son bastante básicas y se asemejan a las realizadas fundamentalmente por los muiscas;4 más, si se tiene en cuenta que durante mucho tiempo se han incorporado, por parte de diversos autores, a los sutagaos dentro de la cultura del Imperio Muisca. Sin embargo, dicha familiaridad se pone en duda cuando son los mismos cronistas españoles quienes relataban como años antes de su llegada (1470-1490, aproximadamente) el cacique de Bogotá llamado Saguanmachica buscaba dominar al cacique de Fusagasugá, hecho que logró parcialmente, pero que nunca consolidó. En cambio, fue precisa la disponibilidad de varias generaciones para lograr mantener el limitado poder que habían alcanzado.
La anterior dificultad para definir a los sutagaos se incrementa todavía más cuando se observan las confusiones de los cronistas para denominarlos, pues algunas veces fueron llamados como fusagasugaes. Además, en los mapas algunas veces aparecía Fusagasugá dentro de los límites del territorio muisca y otras, fuera de él.
A pesar de la precariedad en el proceso de comprensión de los indígenas nativos de Fusagasugá, existen evidencias materiales, tales como la Balsa Muisca, símbolo de El Dorado hallada a solo 9 kilómetros de Fusagasugá, en el vecino municipio de Pasca, y variada orfebrería hallada en las zonas del Chocho, Sardinas y la Aguadita, ubicada en el Museo del Oro de Colombia; y el arte rupestre, diseminado por Tibacuy, Pandi y Fusagasugá (en el área donde se ubica el Centro Agrotecnológico de Exposiciones y Comercialización del Sumapaz -Quebrajacho- y el descrito en la obra de Miguel Triana, ubicado en Chinauta, pero que al parecer fue destruido y del que no queda sino sus dibujos).
[editar]De la conquista por los españoles al final del XIX
La llegada de los españoles a la región se hizo dentro de un proceso de poblamiento iniciado desde Santa Marta por Pedro Fernández de Lugo, donde Gonzalo Jiménez de Quesada era simplemente un expedicionario sin la capacidad de fundar. Salió este último en 1538 con la misión de informar a Fernández de Lugo sobre tierra firme, pero luego de varios meses de penurias y donde los muiscas les arrojaron al valle de las tristezas (Neiva) se estableció en el altiplano. Meses después llegaron Federmann y Belalcázar y el 27 de abril de 1539 se fundó definitivamente Bogotá.
La conquista necesitaba autofinanciarse, es por eso que poco después se continuó con las expediciones y se salió hacia Tocaima e Ibaque y de allí hacia el sur y occidente del país, quedándose en Bogotá 180 conquistadores aproximadamente, los cuales comenzaron a circular por todo el altiplano y sus estribaciones (esto ocurrió los cinco primeros años después de la fundación de Bogotá). Durante este proceso se produce el primer acercamiento a la dominación de los sutagaos, nombrando encomendero para los indios y procurando fundar una ciudad: Altagracia de Summa-Paz.
Escultura de un indio sutagao en la entrada de Fusagasugá, Colombia sobre la Autopista Panamericana.
Ello obedecía a un intento por tener un punto de avanzada militar y no permitir los ataques de panches y pijaos. Pero estas intenciones no tuvieron éxito, no sólo porque no se pudo fundar la ciudad en cuestión, sino que muchos indios se escaparon haciendo imposible meterlos en un espacio urbano nunca antes conocido por ellos. En este marco y durante cerca de cincuenta años se procuró continuar con estas ideas, y solamente se logró establecer el pueblo de indios en 1592 (entre 5 y 13 de febrero).
Los habitantes de Fusagasugá durante el siglo XVII y la mitad del XVIII, transcurrieron su vida entre el olvido y la miseria, siendo explotados en favor de pagar el tributo establecido por los españoles. El trabajo en las zonas designadas para la agricultura y la ganadería era lo habitual, esperando uno que otro día de fiesta para realizar procesiones dentro del poblado y a algunos sitios cercanos, no sólo para continuar adorando al Dios cristiano, sino de paso recordar los ancestros; además, eran los días precisos para emborracharse con chicha y guarapo.
En tanto, Fusagasugá se convirtió en una zona de lo ilegal, debido a que la presencia del Estado y la Iglesia era mínima, motivado a su vez por la pobreza del territorio. Esta situación permitía el albergue de forajidos, favoreciendo la mezcla de indios y blancos, hecho que condujo a la proliferación de mestizos. A esto se sumaba, la provisión desde estas tierras de aguardiente a Santa Fe, puesto que se cultivaba caña o se extraía miel.
Durante el siglo XVIII se produjo un aumento de la población, en razón a las mejoras climáticas y la resistencia (construida) de los cuerpos. Pero en Fusagasugá la población creciente no fue la indígena, sino la mestiza, que continuaba ubicándose, en su mayoría, en la zona rural. En razón al descenso de la población nativa y las complicaciones sociales y políticas de los blancos para vivir en policía, se produjo en 1772 la solicitud de trasladar a los indios y formar pueblo de blancos. Pero la resistencia de los indios en voz del cura doctrinero no se hicieron esperar.
La fortaleza indígena no fue suficiente para hacerle frente a las disposiciones de la nueva casa de monarcas que dominaban el reino español (Borbones), y que tenía entre sus principios agilizar la administración pública y a su vez controlar la tributación, para lo cual se congregó en un mayor número a los indios, dejando sitios despoblados y sobrepoblando otros. Este proceso fue realizado por Francisco Moreno y Escandón, quien llegó a Fusagasugá el 29 de diciembre de 1775, donde observó las condiciones de blancos e indios e hizo que se hicieran informes y padrones de los habitantes de la zona y entre las observaciones más importantes se certificó la ruralización de los blancos.
La Balsa Muisca del Museo del Oro en Bogotá.
El proceso llevado a cabo por Moreno y Escandón tendría como conclusiones: el traslado de todos los indios de la zona (Fusagasugá, Tibacuy, Pandi) a Pasca, y se les presenta
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