Historia Industrial

Modelo de sustitución de importaciones

El proceso de sustitución de importaciones (PSI) comenzó a desarrollarse de manera espontánea, lo cual fue posible gracias a varios factores.

Por un lado, la llegada de inmigrantes europeos trajo consigo una nueva mentalidad empresarial, la cual, acompañada de los conocimientos tecnológicos, fue fundamental para la aparición de las primeras empresas locales; junto a la clase empresarial, también se formó una clase obrera, formada en su mayoría por inmigrantes que venían de un mundo industrial y que conocían sus reglas de juego; lo que posibilitó el surgimiento temprano de sindicatos y agrupaciones obreras.

Un segundo factor fue el crecimiento explosivo de la población, como consecuencia de la inmigración, que posibilitó el surgimiento de un mercado rentable para la producción local.

Por último, el país presentó una fuerte dependencia del flujo de manufacturas importadas, que al cortarse como consecuencia de la Primera Guerra, hizo que la demanda presionara para la creación de una oferta local que pudiera satisfacer sus necesidades. El aislamiento forzoso, producto de la guerra, tuvo efectos dispares en la industria local, ya que aquellas ramas que dependían de la entrada de materias primas e insumos importados (industrias artificiales), debieron disminuir o incluso frenar la producción; mientras que aquellas ramas basadas en la utilización de insumos y materias primas obtenibles a nivel local fueron las que se beneficiaron

Modelo exportador.

Consiste en la producción de materias primas agrícolas como en la exportación de las mismas a los países centrales (principalmente europeos). El modelo exportador fue la consecuencia directa de la entrada casi ilimitada de inversiones y capitales extranjeros que permitieron que Argentina reactive la economía en gran parte de su territorio.

La noción de modelo exportador tiene que ver con el desarrollo del sistema mundial económico de fines del siglo XIX. Este sistema se basaba en la división mundial entre países centrales y países periféricos o productores. Mientras que los segundos se especializaron en la producción y exportación de materias primas y de elementos básicos (especialmente agrícolas), los primeros se dedicaron a la producción de productos manufacturados o más complejos que se vendían a mayor precio que las materias primas y que, por lo tanto, permitieron que las potencias europeas y Estados Unidos se hicieran con gran capital.

Milagro Mexicano.

En 1940 se vive en la economía mexicana un ascenso industrial y tecnológico que muchos economistas, psicólogos y políticos lo llamaron el “Milagro Mexicano”. Las premisas económicas que ayudaron el desarrollo sostenido de la economía mexicana fueron:

Las altas tasas de explotación de la fuerza de trabajo, lo que reanudó en beneficio de los industriales, la protección financiera, comercial, agraria y fiscal del Estado en beneficio a las empresas industriales y financieras, por ejemplo la exención de impuestos y olvido de deudas, inyecciones permanentes de crédito a la industria a bajos intereses, aranceles aduanales, las posibilidades de expansión al capital financiero y la proliferación del capital transnacional, que volcó la economía mexicana al mercado mundial y por ende a sus vaivenes; la posibilidad de contar con la protección al capital y lograr altas tasas de explotación. Veinte años después (1969), el 87% de la inversión extranjera se concentraba en el sector manufacturero de exportación y comercio. En cambio la inversión pública representaba un 40% de la formación del capital fijo. La inversión estatal se destinaba principalmente a infraestructura industrial como hidrocarburos, electricidad, transportes, etc. Esta etapa se caracterizó por ser de un crecimiento sostenido y fue el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada.

Crecimiento hacia afuera:

La segunda guerra mundial dio un gran estímulo al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se da en México un

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