Imperio De Maximiliano
alejandra01034 de Diciembre de 2012
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Introducción
• Al iniciar 1864 una comisión mexicana se presento en el castillo de Miramar, en Trieste para ofrecer la corona del imperio mexicano al Archiduque Maximiliano.
• El 28 de mayo llegaron a Veracruz el Emperador Maximiliano y su esposa Carlota Amalia y al mes siguiente entraban a la cuidad de México.
• Los miembros del grupo conservador lucieron sus mejores galas para participar en los grandes festejos que se le recibió a Maximiliano.
• Inicio su gobierno en forma liberal repitió algunas leyes reformistas como tolerancia de cultos, nacionalización de los bienes del clero, secularización de los cementerios y creación del registro civil, esto despertó el enojo de la iglesia y del grupo conservador.
• Al perder el apoyo de lo conservadores busco un acercamiento con el grupo liberal pero este fue negado.
• La situación económica del gobierno imperial dependía de los eprestitos franceses que empezaban a escasear.
• Las condicione de Napoleón III en Europa eran criticas, debido a que la presencia de una gran guerra con Prusia era inminente.
• Napoleón necesitaba a todo su ejercito y se vio en la necesidad de ordenar el regreso de las tropas que se encontraban en México.
• En 1865, concluyo la guerra de secesión en Estados Unidos y el gobierno de ese país reconoció al gobierno liberal republicano de Juárez.
• Maximiliano se encontró solo y sin apoyo francés con lo que su fin era inminente Carlota busco ayuda en Europa pero esa no fue exitosa
• La emperatriz, desesperada mostró los primeros síntomas de locura.
• Mientras que las tropas francesas abandonaron el país las liberales se apoderaban de las plazas.
• Juárez inicio su regreso al centro del país, mientras Maximiliano y los generales conservadores se dirigían a Querétaro.
• Después de dos meses de sitio, Maximiliano se rindió ante el general Mariano Escobedo.
Maximiliano de Habsburgo
(1832-1867)
Archiduque de Austria y emperador de México (1864-1867), hermano menor de Francisco José I, emperador de Austria. Fue almirante de la Armada austriaca y gobernador (1857-1859) del territorio de Lombardía-Venecia. En 1863, el emperador francés Napoleón III le convenció para que aceptara la corona de México. Creyendo que contaba con el apoyo del pueblo, él y su esposa Carlota de Bélgica se trasladaron a México en 1864. Con el respaldo de las tropas francesas, los grupos monárquicos que lo apoyaban celebraron una Junta de Notables, proclamaron la monarquía y le ofrecieron la Corona, después de un remedo de plebiscito. Gobernó con el apoyo de los conservadores, pero no pudo sustraerse a la influencia de Napoleón III. Su política financiera resultó desastrosa. Consiguió que la mayoría de los gobiernos extranjeros restablecieran sus relaciones con México, con la sola excepción de Estados Unidos. A partir de 1865 este país (que se había opuesto a la intervención de Francia, pero que no había adoptado ninguna iniciativa a causa del enfrentamiento civil que se produjo en su territorio) comenzó a presionar a los franceses para que abandonaran México. Cuando éstos se retiraron en 1867, Maximiliano se negó a irse a con ellos. Entre tanto, el gobierno itinerante republicano, a las órdenes de Benito Juárez, prosiguió sus esfuerzos de liberación y, tras sucesivas batallas victoriosas, no tardó en recuperar el control de México. Maximiliano fue capturado por los republicanos en Querétaro, juzgado por un consejo de guerra y fusilado en junio de 1867.
Carlota de Bélgica
(1840-1927)
Emperatriz de México (1864-1867). Hija del rey de los belgas Leopoldo I y de Luisa María de Orleans (hija a su vez del monarca francés Luis Felipe I de Orleans), nació en el castillo de Laeken, próximo a Bruselas. El 27 de julio de 1857 contrajo matrimonio con el archiduque de Austria Maximiliano, con quien se trasladó a Milán al ser nombrado éste gobernador de Lombardía-Venecia. Seis años más tarde, cuando los monárquicos mexicanos ofrecieron al archiduque (que se encontraba en el palacio de Miramar, en Trieste) el trono de su país, Carlota le animó a que aceptara el título de emperador, como así ocurrió en 1864 (por lo que fue proclamado con el nombre de Maximiliano I). Desde entonces, participó en la política interna mexicana y, el 13 de julio de 1866, viajó a Francia para solicitar mayor ayuda militar al emperador Napoleón III, artífice del reinado de su esposo en México. Tras mostrar evidentes rasgos de locura, se dirigió al palacio de Miramar, en Trieste. En septiembre, se entrevistó con el papa Pío IX, con el objeto de aprobar un concordato con el Vaticano. El 6 de agosto de 1867, dos meses después de resultar fusilado su esposo, marchó a Bélgica, en cuyo castillo de Bouchout falleció sesenta años más tarde.
La Invasión Francesa y el Imperio
Establecido el gobierno liberal se agregaron nuevas leyes reformistas que dispusieron: 1.- Secularización de hospitales y establecimientos de beneficia 2.- Supresión de los cabildos eclesiásticos. 3.- Supresión de las comunidades religiosas, salvo las Hermanas de la Caridad.
Cuando la ruina económica era cada vez mayor, el gobierno exigió cuentas, y el ministro de Hacienda antes de retirarse solo dio noticias de 17 millones, renunció y fue sustituido por Don Guillermo Prieto. El administrador de lo s bienes confiscados publicó un manifiesto en el que indicaba que si bien se habían entregado al gobierno algunos millones de pesos, no había con que pagar a los soldados de la guarnición.
El tratado de Corwin-Doblado
Los Estados Unidos temía que la quiebra de la economía Juarista ocasionara una intervención Europea, le propusieron a través de su embajador, Thomas Corwin, un préstamo de 11 millones de pesos para que se pudiese pagar a los tenedores extranjeros de bonos mexicanos.
El presidente Lincoln al principio estuvo de acuerdo pero después se opuso. El embajador, sin acatar el parecer de aquel ni del senado presento el tratado al gobierno de Juárez y fue aceptado.
El peligro que esto implicaba para México, era evidente pero la integridad nacional volvió a salvarse por causas ajenas a la voluntad del gobierno juarista (ya que ni Lincoln ni el senado quisieron ratificar el tratado).
La consecuencia del desastre financiero del gobierno fue la suspensión de pagos de la deuda exterior decretada el 17 de julio de 1861. Y de ese hecho se siguió la intervención tripartita.
Convención de Londres
Inglaterra reclamaba 70 millones de pesos; Francia, 27, incluso el adeudo de Miramón con Jecker quien para ese efecto se nacionalizó francés y España, 10.
Estas tres naciones firmaron la convención de Londres el 31 de octubre de 186, para ir a México, acordando tomar posesión de las aduanas nacionales a fin de cobrarse lo suyo, cosa que en cierto modo ya había admitido Juárez para Inglaterra mediante el convenio de Wyke-Samacona aunque este no fue ratificado. Francia en este ultimo sentido, tenia puesta su mirada en el archiduque Fernando Maximiliano de Austria. Los principales sostenedores de la causa monárquica eran: José Manuel Hidalgo, Juan Almonte y José Gutiérrez Estrada.
Difusión del monarquismo.
Napoleón III, había vuelto a sostener las ideas liberales, quería crear un gran imperio latino que se suponía iba a ser el pensamiento mas glorioso de su reinado.
En la practica, el partido monárquico se desarrollo pronto no solo con elementos conservadores, sino también con gran numero de liberales moderados cuando el imperio mostró una clara tendencia liberal.
Zaragoza y Lorencez
Los franceses, faltando a su palabra no se retiraron a paso de ovejas.
Inicialmente, las operaciones militrares de ocupación fueron dirigidas por el conde Lorencez quien con un plan de guerra, en el que desoyó el consejo de los imperialistas mexicanos, creyó fácil atacar a Puebla a través de las fuerzas de Loreto y Guadalupe alcanzaron una victoria sobre los franceses las tropas del General Ignacio Zaragoza que fueron rechazados al asaltar las posiciones mexicanas.
Zaragoza envió una comunicación al presidente Juárez en la que indicó que las armas nacionales habian obtenido un glorioso triunfo pero sin duda resentido por la actitud de parte de los habitantes, que se mostraban inclinados al monarquismo. Retirados lo invasores del sitio de su derrota pudieron, en cambio, vencer al ejército Juarista.
No fue bien recibida la derrota de Lorencez en Puebla, y por ello lo sustituyó Forey.
La Regencia
Mientras Maximiliano llegaba a México, gobernó una regencia que tuvo tres miembros propietarios: los generales Juan N. Almonte Y José Mariano Salas, y don Pelagio Antonio de Labastida, ya para entonces arzobispo de México.
Pero pronto hubo rivalidades y pugnas, los liberales moderados fueron ganando influencia en el nuevo régimen, y así se mantuvieron algunas leyes que eran precisamente de las que habían ocasionado las luchas anteriores. La consecuencia de esto fue que el arzobispo de México renunció a su cargo en la regencia.
Napoleón III insistió en sus ideas liberales para México, y Maximiliano participaba de ellas.
El Tratado de Miramar
Maximiliano recibió en Miramar la comisión de mexicanos ante quienes prometió trabajar vigorosamente por mantener la independencia mexicana, y aceptó el poder constituyente, pero solo lo conservaría el tiempo preciso para crear en México un orden regular y para establecer instituciones liberales.
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