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Inventando la nacion Iberoamérica siglo XIX


Enviado por   •  28 de Octubre de 2018  •  Resúmenes  •  1.485 Palabras (6 Páginas)  •  227 Visitas

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INVENTANDO LA NACIÓN

Iberoamérica siglo XIX
A. Annino
F. Guerra

VIII. UNA DIFICIL INSERCIÓN EN EL COMERCIO DE LAS NACIONES.

Cambios fundamentales en la arena internacional.

En el siglo XVIII, la guerra fue el instrumento favorito para la política europea. Francia inicio como gran potencia este siglo, viéndose amenazada por gran Bretaña y su poderío comercial y marítimo. Mientras que España se hizo aliada de Francia, con el fin de recuperar el sitio que había ocupado en el pasado.

El centro de esta diplomacia era el comercio, que tenia en juego a las indias y sus riquezas. El intercambio se centro en el caribe, debido a la demanda de azúcar y otros productos tropicales, además de los depósitos de mercancías europeas y esclavos para el contrabando activo con las posesiones españolas.

Esto convirtió a las islas en estratégicas y dio lugar a aun triangulo comercial entre América, África y Europa.

A mediados del siglo XVIII, gran Bretaña reemplazó a Holanda como potencia marítima, comercial y financiera, después de la guerra de los siete años y con el tratado de París.

Con la derrota franco-española, las posesiones británicas se ampliaron con Canadá. Así, Francia quedaba casi totalmente desplazada de América, ya que le cedió a España la Luisiana al oeste de Misisipi.

El triunfo británico trajo dificultades, ya que la guerra debilitó los bienes al poco tiempo que los espacios adquiridos requerían reorganización administrativa y fiscal. Esto conllevó a la independencia de sus 13 colonias de norte América.

Para ese entonces, los comerciantes ingleses de los dos lados del Atlántico intercambiaban productos de un punto de la tierra a otro. Estos vínculos comerciales dieron origen a un intercambio sin bandera.

La plata novohispana, era necesaria para el comercio y las guerras europeas, aumentó su importancia. España intentó frenar la incorporación de nueva España al intercambio mundial.

España estaba endeudada y sus reformas fueron contraproducentes. Así que, forzada por el aislamiento causado por las guerras, se vio obligada a hacer concesiones para asegurar las rentas que requería para financiarlas. Por lo tanto, la apertura temporal de puertos americanos de comercio neutral tuvo grandes consecuencias internas y extremas en sus posesiones americanas.

Antes de terminar el siglo, su comercio ya había adquirido importancia para gran Bretaña y Estados Unidos. El hecho de que Estados Unidos “apareciera”, aceleró el establecimiento de un nuevo orden que desafiaba los principios del viejo.

Los colonos rebeldes lograron una alianza con Francia e indirectamente con España, lo que aseguró el aislamiento diplomático británico y el reconocimiento de la independencia de sus 13 colonias.

Como buena parte de los padres fundadores eran comerciantes, sus intereses eran muy claros. De hecho, desde 1776, John Adams había preparado un tratado modelo. En él, el principio esencial era el comercio libre con perfecta reciprocidad, en lugar de las tradicionales concesiones como pago de alianzas. Esta reciprocidad, implicaba la admisión de las colonias rebeldes con igualdad de derechos en el comercio colonial, lo que significaba el fin del orden político existente.

Las relaciones entre los países inauguraban una nueva época bajo los principios de libertad de comercio, protección al individuo y a la propiedad privada, tolerancia religiosa, y derechos marítimos de los países neutrales. Esto vulneraba el principio de igualdad dinástica y soberanía monárquica hereditaria.

La revolución francesa fortaleció la transformación al consolidar el principio de la soberanía popular y dislocar el orden europeo. A diferencia de la revolución norteamericana, la francesa tuvo que defender sus principios por medio de las armas.

A pesar de que la revolución francesa estaba relacionada ideológicamente con la norteamericana, no fue bien recibida, porque al afectar una de las dinastías más antiguas, ponía en riesgo a las otras.

Los problemas del reconocimiento.

Al iniciarse la década de 1820, la independencia de las colonias hispanoamericanas era casi un hecho. La restauración liberal en España en 1820 facilitó la consumación de la independencia mexicana y la derrota de las fuerzas españolas en Sudamérica.

La paz europea las privaba de la oportunidad que el estado de guerra había proporcionado a Estados Unidos: la libertad para ensayar sus instituciones políticas sin interferencia extranjera.

La única carta de las naciones para ser admitidas en el concierto internacional era el valor de su mercado. Francisco Antonio Zea, el representante colombiano en Europa, intentó usarlo cuando lanzó un manifiesto que amenazaba con el cierre de los puertos a los países que no reconocieran la independencia, lo que alarmó a los comerciantes. Los países europeos tuvieron que elegir entre sus principios y sus intereses.

Dos preciados reconocimientos se retrasan.

El reconocimiento español era importante para los países hispanoamericanos porque significaba paz. Sin embargo, Fernando VII se mostró imperturbable, por lo que los nuevos Estados tuvieron que comenzar a endeudarse para preparar su defensa.

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