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Iósef Stalin Lider autoritario


Enviado por   •  6 de Agosto de 2021  •  Apuntes  •  5.240 Palabras (21 Páginas)  •  154 Visitas

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Vladimir Lenin fue unos de los principales propulsores de la Revolución Rusa de 1817 y el fundador y primer líder de la URSS establecida en 1922. Tras su primer ataque cerebral, en 1923 y luego su muerte en 1924, el mayor problema dentro del Partido Comunista soviético era ¿quién iba a tomar su lugar?, ¿quién iba a ser el siguiente líder del país más grande del mundo y el primer estado socialista de la historia? Todos los factores apuntaban a que Trotsky sería el sucesor de Lenin, tras ser conocido por el pueblo como su mano derecha. Sin embargo, no fue así Stalin asciende al poder gracias a la muerte de Lenin.

Pero ¿quién era Stalin? y ¿Cuáles fueron las condiciones para su ascenso?

Iósef Stalin, nació en Gori, Georgia el 18 de diciembre de 1879 en la Rusia zarista. Es considerado uno de los mayores dictadores totalitarios de la historia contemporánea.  Tras ser designado como Secretario General del Partido Comunista, luego de la muerte de Vladimir Lenin, y seguido de la derrota de Trotsky como opositor, asciende como líder máximo del Partido, convirtiéndose en la mayor autoridad de la unión soviética. (URSS).

Para saber cómo llego al poder se verá los factores económicos; división social; impacto de la guerra; debilidad del sistema político; persuasión y coerción; papel de los lideres; ideología; uso de la fuerza y propaganda.

Factores económicos.

Antes de la instauración de la Unión Soviética, el antiguo Imperio Ruso era un régimen autocrático bajo el reinado zarista. ​ En el siglo XIX mientras una parte de Europa vivía la Revolución Industrial, el zar Alejandro II promulgaba la abolición de la servidumbre, una muestra de la debilidad del régimen feudal aún existente. No fue hasta finales del siglo XIX cuando la industria rusa comenzó su desarrollo. Pero mientras la industria, las ciudades, la cultura y la clase obrera crecían y evolucionaban, el antiguo orden social y político seguía estancado. En 1905 tuvo lugar la primera intentona revolucionaria tras la derrota rusa ante Japón. ​ Las protestas y huelgas fueron duramente reprimidas por el Zar, así como los órganos de poder independientes creados por trabajadores y campesinos: los sóviets y, especialmente, el Sóviet de San Petersburgo. Esta dura reacción marcó la ruptura entre el antiguo régimen y las nuevas clases sociales nacidas de la industrialización. En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, la economía e instituciones rusas eran arcaicas. Su producción industrial en 1913 era un tercio que la de Francia y sólo un 7% que la de Estados Unidos. En muchos lugares de Rusia las técnicas agrícolas se mantenían a niveles del siglo XVII​ y los deficientes transportes impedían cualquier industrialización a gran escala. La escasez de capital llevaba al país a estar en la práctica dominado por manos extranjeras, poseyendo más de la mitad de las acciones de todas las empresas rusas. Las continuas y duras represiones del régimen provocaban constantes revueltas urbanas, insurrecciones campesinas y ataques terroristas. La entrada del país en la Primera Guerra Mundial y las constantes derrotas, con la pérdida de millones de soldados rusos, no hicieron sino empeorar la situación del país. Tras tres años de guerra la situación para campesinos, obreros y soldados era crítica, produciéndose la denominada Revolución de febrero de 1917, que derrocó al régimen zarista e instauró una democracia burguesa. Con la caída de la monarquía se abrió en Rusia un periodo de euforia y optimismo, descrito por el historiador francés Marc Ferro de esta forma:

“En Moscú, los trabajadores obligan a su patrón a aprender las bases del futuro derecho obrero; en Odesa, los estudiantes dictaban a su profesor el nuevo programa de historia de las civilizaciones; en Petrogrado, los actores sustituyeron a su director de teatro y escogieron el próximo espectáculo; en el ejército, los soldados invitaban al capellán a sus reuniones para que este diera sentido a sus vidas. Incluso los niños menores de catorce años reivindicaban el derecho de aprender boxeo para hacerse escuchar ante los mayores. Era el mundo al revés.” (Marc Ferro)

​En octubre de 1917, en la llamada Revolución de Octubre los bolcheviques se adueñaron unilateralmente del poder, instaurando el primer régimen autodenominado socialista de la historia. ​ Rápidamente se firmó la Paz de Brest-Litovsk que supuso la salida del país de la Primera Guerra Mundial.

La instauración del nuevo gobierno bolchevique representó una gran esperanza de cambio para millones de obreros europeos pero también la reacción de la antigua clase dirigente y sus antiguos países aliados, que desencadenó la Guerra Civil Rusa y la intervención extranjera en Rusia En 1920 se empezó la organización y asentamiento de las primeras granjas colectivizadas, que aún promovidas por el nuevo gobierno tenían un lento avance, pues apenas representaban el 1% de las explotaciones agrícolas en 1921.

1920 fue un año especialmente duro, pues las superficies sembradas disminuyeron y la cosecha fue prácticamente la mitad que la de 1913.

El comunismo de guerra fue el sistema político y económico que predomino durante la guerra civil rusa.

Lenin no pretendía la inmediata implantación del modelo socialista ni la abolición del capitalismo (principalmente porque Rusia venía de un sistema económico predominantemente feudal, no capitalista, por lo que no había ningún sistema capitalista propiamente dicho que abolir), sino la vigilancia de este último por parte del Estado. Aun así, sí se nacionalizaron sectores considerados estratégicos como bancos, compañías de seguros, industrias pesadas y extractivas o monopolios. Se obligó a patrones y comerciantes a unirse a sindicatos y a renunciar al secreto comercial a la vez que se intentaba estimular el consumo de la población. De este modo se creó un sistema mixto con la esperanza de que una revolución por toda Europa pudiera cimentar definitivamente un sistema de transición que condujera al socialismo.

La guerra había causado un gran deterioro en el estado de los transportes y el utillaje industrial, por lo que una explotación racional y ordenada se antojaba muy difícil. A esta situación había que sumar el que la mayoría de los propietarios de las empresas fomentaban los movimientos antibolcheviques, excitando el recelo de los obreros, que los acusaban de sabotaje. La población de las grandes ciudades había disminuido en gran cantidad. ​ La partición de las grandes fincas había provocado un serio desabastecimiento urbano, ya que antes los excedentes de las grandes fincas alimentaban a la población urbana. Con la partición de estas, el trigo en el mercado se redujo en 3/4 del volumen anterior a la guerra. Llegados a este punto el gobierno sólo podía asegurar el abastecimiento de la población urbana con requisas en el campo mediante el empleo de unidades militares.

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