LA LLAMADA ACUMULACION ORIGINARIA

Karl Marx, El Capital (Tomo 1, Capítulo 24)

Iram Rodríguez Espinoza

Grupo: 107

LA LLAMADA ACUMULACION ORIGINARIA

1. El secreto de la acumulación originaria

Se ha visto como el dinero se vuelve capital, como de dicho capital sale la plusvalía y como la plusvalía genera nuevo capital. Todo este proceso se presenta como un círculo vicioso, del cual, para dar un inicio se supone la existencia de una acumulación originaria o “previous accumulation” según Adam Smith, una acumulación que viene a ser un punto de partida para el sistema capitalista.

El dinero y la mercancía no son capital por sí mismas, como tampoco lo son los medios de producción o los artículos de consumo, necesitan volverse capital. Así damos paso a una división, por un lado, aquellos que son propietarios de dinero, medios de producción y artículos de consumo, por otra parte, los obreros libres, vendedores de su propia fuerza de trabajo.

El régimen capitalista presupone una separación entre el obrero y la propiedad. Este proceso convierte en capital los medios sociales de vida y de producción, mientras que, por otra parte, convierte a los productores directos, en este caso los obreros libres, en obreros asalariados.

Maurice Dobb, menciona como se da el fin de la estructura económica de la sociedad feudal, y aquí vemos que dicho acontecimiento logró el surgimiento de los elementos necesarios para la formación de la sociedad capitalista.

El obrero libre, no fue libre hasta que dejo de estar sujeto a la servidumbre de la sociedad feudal, además de que, para poder vender su fuerza de trabajo, también tuvo que liberarse del yugo de los gremios. Por eso, en uno de sus aspectos, la transición de productores a obrero asalariado representa la liberación de la servidumbre y la coacción gremial.

Pero, si enfocamos el otro aspecto, vemos que estos trabajadores recién emancipados sólo pueden convertirse en vendedores de sí mismos, una vez que se ven despojados de todos sus medios de producción y de todas las garantías de vida que las viejas instituciones feudales les aseguraban.

A su vez, los capitalistas industriales, los potentados de hoy, tuvieron que desalojar, para llegar a este puesto, no sólo a los maestros de los gremios artesanos, sino también a los señores feudales, en cuyas manos se concentraban las fuentes de la riqueza. Desde este punto de vista, su ascensión es el fruto de una lucha victoriosa contra el régimen feudal y sus irritantes privilegios, y contra los gremios y las trabas que éstos ponían al libre desarrollo de la producción y a la libre explotación del hombre por el hombre.

2. Cómo fue expropiada de la tierra la población rural

En Inglaterra, entre el siglo XIV y XV, la servidumbre había desaparecido, la mayoría de la población se componía principalmente de campesinos libres, dueños de las tierras que trabajaban.

El suelo inglés, estaba dividido en gigantescas baronías, dentro de las cuales había pequeñas zonas campesina y algunas fincas señoriales. Pero dichos territorios no eran óptimos para dar paso a la riqueza capitalista.

El preludio que viene a dar inicio al régimen de producción capitalista, coincide con el último tercio del siglo XV. El licenciamiento de las huestes feudales, lanzó al mercado a una gran multitud de obreros libres y privados de medios de vida y producción.

Los primeros en ser despojados de sus tierras fueron los campesinos, por parte de los grandes señores feudales, destacando que ambos, tenían los mismos títulos jurídicos feudales sobre las tierras.

La antigua aristocracia había sido devorada por las guerras feudales, y la nueva era ya una hija de los tiempos, de unos tiempos en los que dinero es la potencia de las potencias. Por eso enarboló como bandera la transformación de las tierras de labor en terrenos de pastos para ovejas. Las casas de los campesinos y las viviendas de los obreros fueron violentamente arrasadas o entregadas a la ruina.

Con la reforma, la Iglesia fue la siguiente en ser despojada de sus bienes, la persecución contra conventos, etc, lanzó a sus habitantes al proletariado, al igual que sucedió con los campesinos. Muchos de los bienes de la iglesia fueron regalados a unos cuantos individuos rapaces protegidos del rey, o vendidos por un precio irrisorio a especuladores y a personas residentes en la ciudad, quienes, reuniendo sus explotaciones, arrojaron de ellas en masa a los antiguos tributarios, que las venían llevando de padres a hijos.

Bajo la restauración de los Estados, los terratenientes impusieron legalmente una usurpación que en todo el continente se había llevado también a cabo sin necesidad de los trámites de la ley. Esta usurpación consistió en abolir el régimen feudal del suelo, es decir, en transferir sus deberes tributarios al Estado, “indemnizando” a éste por medio de impuestos sobre los campesinos y el resto de las masas del pueblo, reivindicando la moderna propiedad privada sobre fincas en las que sólo asistían a los terratenientes títulos feudales.

Estos elementos consagraron la nueva era, entregándose en una escala gigantesca al saqueo de los terrenos de dominio público, que hasta entonces sólo se había practicado en proporciones muy modestas. Estos terrenos fueron regalados, vendidos a precios irrisorios o simplemente anexionados por otros terrenos de propiedad privada, sin molestarse en encubrir la usurpación de algún modo.

Los capitalistas burgueses fueron los más interesados en favorecer dichas operaciones, ya que su objetivo era el convertir el suelo en un artículo meramente comercial, extender la zona de las grandes explotaciones agrícolas, hacer que las ciudades estuviesen repletas de proletarios libres y necesitados.

Finalmente, el último gran proceso de expropiación de los agricultores es el llamado Clearing of Estates (limpieza de fincas, que en realidad consistía en barrer de ellas a los hombres). Todos los métodos ingleses que hemos venido estudiando culminan en esta “limpieza”. Ahora que ya no había labradores independientes que barrer, las “limpias” llegan a barrer los mismos cottages, no dejando a los braceros del campo ni siquiera sitio para alojarse en las tierras que trabajan.

Un ejemplo de este último gran proceso se dio en Escocia. Los celtas de la alta Escocia estaban divididos en clanes, y cada clan era propietario de los terrenos por él colonizados.

El jefe del clan era llamado caudillo, y era el propietario titular. Cuando el gobierno inglés logró mitigar los conflictos internos entre caudillos, los jefes de clan no abandonaron,

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