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LA PENÍNSULA IBÉRICA ANTES DE LA OCUPACIÓN ROMANA

Diana HeResumen19 de Enero de 2021

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TEMA 1:

LA PENÍNSULA IBÉRICA ANTES DE LA OCUPACIÓN ROMANA

  1. EL SURGIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN

Los primeros grupos de población humana eran cazadores-recolectores. Se alimentaban de los animales salvajes que cazaban y de los frutos recogidos en las plantas que crecían en la naturaleza sin intervención humana.

Esta forma de obtener recursos tenía dos consecuencias de importancia:

 

  --- La población era nómada. Se desplazaba de un lugar a otro sin tener un asentamiento fijo, siguiendo las pautas que marcaba el clima y los movimientos migratorios de los animales que cazaban.

  --- Los grupos eran reducidos, ya que no se disponía de alimento suficiente para grandes cantidades de habitantes. La necesidad de desplazarse hacía que el espacio entre embarazos se espaciara, manteniendo niveles bajos de población. Normalmente, cada                                                                                     grupo lo formaba un único clan o familia.

Todo ello cambió durante la llamada “revolución neolítica”, en la que los seres humanos comenzaron a construir asentamientos permanentes para residir durante todo el año. De esta manera aparecieron los pueblos y las ciudades.

Este proceso de sedentarización fue debido al surgimiento de la agricultura y la ganadería. Al aprender a cultivar plantas y criar ganado doméstico, los humanos dejaron de estar obligados a desplazarse estacionalmente, puesto que podían controlar sus cultivos y ganado sin nomadear.

Dicha construcción produjo una reacción en cadena de cambios en la sociedad humana:

   --- La disponibilidad de fuentes de alimento estables supuso un aumento demográfico. El hecho de que al no tener que trasladarse de un lugar a otro, hizo que se redujera el intervalo medio entre embarazos de una misma mujer.

   --- La agricultura y la ganadería conseguían mayor rendimiento que la caza y la recolección, lo cual significó que no toda la población tenía que dedicarse a la obtención de alimentos. Así surge uno de los elementos claves de la sociedad: la especialización, pues cada miembro de la comunidad se encargaba de una misión diferente.

Mientras una parte de la población elabora alimentos, también van apareciendo las castas sacerdotales, los gobernantes y los guerreros.

   --- La agricultura y la ganadería produjeron el desarrollo de actividades secundarias. Por ejemplo, el uso de arados para la siembra provocó el surgimiento de la metalurgia para forjar instrumentos de metal; la necesidad de almacenar el grano provocó la aparición de la cerámica; etc.

La aparición de procesos productivos secundarios y de la posibilidad de almacenar y trasladar los excedentes de comida, dio lugar al comercio: la oportunidad de intercambiar unos bienes por otros.

Debido a los cambios que supuso el nacimiento de la revolución neolítica, las sociedades humanas pasaron a un entorno complejo en los que convivían cientos o miles de personas, con especialización del trabajo y posibilidad del comercio.

La necesidad de estructurarse dio lugar a tres cambios fundamentales para la Historia, el Derecho y las Instituciones:

   --- La aparición de la escritura: la existencia de excedentes impulsó el almacenaje y el intercambio de productos, que hizo necesaria el surgimiento de un sistema para saber lo que había dentro de los recipientes cerrados, las cantidades y llevar la cuenta de pesos, medidas y pagos.

Originariamente fue como un sistema de llevar el control de las donaciones a los sacerdotes en las ciudades de Mesopotamia, mediante inscripciones efectuadas con una cuña en tablillas de arcilla. Este primer tipo de escritura ha sido denominada “cuneiforme” (forma de cuña).

   --- La aparición de las instituciones: la diversificación de los oficios, el aumento de la población y la aparición de castas desligadas de la producción de alimentos hizo que surgieran las primeras organizaciones institucionales en la historia humana, vinculadas a la religión (instituciones religiosas), la administración (instituciones de gobierno), y la guerra (instituciones militares).

   --- La aparición del derecho: la nueva complejidad de las relaciones entre individuos, instituciones y diferentes comunidades, hizo necesaria la aparición de un sistema normativo capaz de regular todo aquello: el derecho, es decir, las leyes.

En el caso de los primeros códigos legales, como el de Hammurabi, el derecho aparece siendo un fenómeno religioso: las leyes son dadas a los hombres por los dioses.

La vinculación entre religión y derecho se mantendrá constante en todas las sociedades hasta el surgimiento de las polis griegas (siglo VII a.C.), donde el derecho ya es una elaboración de los poderes humanos y no algo entregado por las divinidades para que los hombres se comporten según los deseos de los dioses.

  1. ÍBEROS, CELTAS Y COLONIZADORES

Los pueblos que habitaron inicialmente la península Ibérica recibían el nombre de íberos. Luego alrededor del año 1.000 a.C. comenzaron a llegar otros grupos de población de origen celta e indoeuropeos.

Estos primeros dieron lugar a la Cultura de los Castros (poblados fortificados de forma redonda) en la cornisa galaica, mientras que los segundos crearon la Cultura de los Campos de Urnas, denominada así porque enterraban a los muertos dentro de urnas.

Con el paso de los años, los diversos pueblos peninsulares se fueron fusionando, de manera que, cuando llega Roma a la Península, ya existían tres culturas principales: los íberos en Levante y Andalucía; los celtas en el norte; los celtíberos en el centro peninsular.

Entre el año 1.000 a.C. y el 800 a.C., dos pueblos mediterráneos navegaron hasta las costas peninsulares y fundaron en ella varias colonias: por un lado, los fenicios, que instauraron Gadir (Cádiz) y Malaka (Málaga); por otro lado, los griegos, que constituyeron localidades como Emporion (Ampurias) o Denia.

Para estas culturas mediterráneas, la Península Ibérica aparecía situada en el límite del espacio geográfico conocido, más allá del cual resultaba muy arriesgado navegar, pues las técnicas de navegación no permitían aún surcar los océanos abiertos.

Los griegos consideraban la península “Fin de la Tierra” y la llamaban Hesperia, vocablo que deriva del término griego esperos, que significa la tarde, el anochecer, y por extensión el ocaso, el occidente (lugar en el que se pone el sol).

En materia de denominaciones, a los fenicios debemos una aportación capital: el nombre de España, que probablemente deriva de la raíz fenicia saphan (conejo), animal muy abundante en la Península Ibérica, pero que era desconocido para los fenicios y los griegos antes de sus llegadas.

Un tercer pueblo se uniría a los intentos de colonización de la península, al convertirse Cartago en una potencia política, comercial y militar en el Mediterráneo (a partir del siglo VI a.C.). En las costas hispánicas fundó ciudades de gran importancia, como Cartago Nova, que es la actual Cartagena.

Las colonias fenicias, griegas y cartaginesas se regían por un sistema idéntico al que había en sus metrópolis de origen:

   --- Fenicios: dos magistrados denominados sufetes gobernaban la colonia en colaboración con una asamblea de carácter nobiliario.

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