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LA ÉPOCA DE LA COLONIA


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2013  •  Tesis  •  2.288 Palabras (10 Páginas)  •  377 Visitas

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LA ÉPOCA DE LA COLONIA

1. La conquista del Perú (1532-1542)

En 1532, el triunfador de las guerras de sucesión, ATAHUALPA, se reunió con los españoles en la plaza de Cajamarca. Éste, si bien había ganado las guerras, todavía no era considerado como el Inca, pues todavía no había reconstruido el mundo, es decir, no había vuelto a entrelazar los vínculos familiares con los pueblos sometidos, ni siquiera había llegado al Cuzco (debido a estos lazos familiares con los diversos grupos étnicos, HUAYNA CÁPAC habría tenido un buen número de esposas, siendo ATAHUALPA hijo de una princesa quiteña). De esta manera, el noble cusqueño mandó a vaciar la ciudad para esta ocasión. Los españoles, con ayuda de los grupos étnicos opuestos a la dominación cusqueña o simplemente opuestos a que ATAHUALPA fuera el gobernante, pues estaban en favor de HUÁSCAR, se apostaron de manera estratégica por toda la plaza de la ciudad andina. Así, entró ATAHUALPA, llevado en andas, seguido por el curaca de Chincha, también en andas debido a su importante condición como aliado del imperio, con su enorme séquito (nobles cusqueños, sacerdotes, vírgenes del sol, mujeres que las asistían, músicos, danzantes, sirvientes diversos: desde personas que barrían el camino para el paso de Atahualpa, otras que echaban flores, así como personas que cargaban las andas del Inca con sus múltiples relevos y, finalmente algunos guerreros), mientras que el grueso del ejército se quedó en las afueras de la ciudad. Así, los españoles se prepararon para entrevistarse con el Inca, mediante los intérpretes que habían conseguido en pueblos anteriores, se comunicaron con el Inca exigiéndole que se sometiera a la voluntad del Rey de España. Después de que el Inca tirara la biblia, los españoles lo atacaron a él y a su séquito, matando a toda persona que se interpusiera entre ellos y el Inca. Luego de una sangrienta matanza, ATAHUALPA fue hecho prisionero.

A partir de este hecho, miembros de la élite cusqueña que veían una posibilidad de subir al poder y los diferentes grupos étnicos, liderados por una élite culta, entran en un juego de negociaciones con los españoles, con el Cuzco, con otros nobles, generándose una situación de gran desconcierto, en la cual muchas grupos étnicos encontraban indispensable un levantamiento, por lo cual no dudaron en apoyar a este movimiento que recién se formaba. Así, los antiguos enemigos del imperio (entre los que se encontraban los Huancas, los Chachapoyas, los Cañaris), apoyaron al movimiento con guerreros, hospedaje en sus pueblos, guías y todo lo que sirviera para librarse del yugo español.

Estos grupos étnicos que hacían todo lo que su élite local mandara y la élite cusqueña que quería usurpar el poder, probablemente creyeron que los españoles serían un grupo étnico más llegado desde tierras lejanas y que a la larga los podrían someter cuando ya no los necesitaran. Así, esta élite no tenía forma de saber que a la larga el juego de favores con estos primeros exploradores se les escaparía de su poder con la llegada de más españoles, de la desconfianza que se originaría entre ellos, y de su falta de unión frente a la injerencia de una fuerza extranjera.

En 1533, ATAHUALPA es ejecutado. Los españoles y sus nuevos aliados recorren el imperio hacia el sur, siendo recibidos entusiastamente por los huancas en la ciudad de Jatun Xauxa (Jauja). Arriban al Cuzco en 1534 tras enfrentarse con éxito a las tropas de los atahualpistas e imponiendo a MANCO INCA (un noble inca, hijo de HUAYNA CÁPAC y opositor de ATAHUALPA), como nuevo gobernante de un imperio ya desmembrado. MANCO INCA, luego de obtener el trono, se enfrenta a los españoles por sus constantes saqueos de templos y palacios en busca de oro. Así pone bajo sitio al Cuzco (dominado entonces por los españoles y sus aliados) y a la recientemente fundada población española de Lima, además de enviar una expedición “de castigo” contra los huancas por su “traición” al imperio. Tras meses de asedio, los españoles y sus aliados logran romper el cerco del Cuzco y después de la batalla de Saqsayhuamán (1536) recuperan el control de la ciudad. Los ejércitos del inca que atacaban Lima, desertan ante este hecho. Al perder su autoridad y su imperio (cuyas provincias, todas, se habían independizado de norte a sur, siendo las únicas fieles las del altiplano al sur de Cuzco las cuales se enfrentaron al conquistador DIEGO DE ALMAGRO), MANCO INCA se retira a su reducto de Vilcabamba, en las montañas al norte de Cuzco. Allí, él y sus descendientes resistirían hasta 1572, año en que el último Inca, TÚPAC AMARU I, es finalmente capturado y trasladado al Cuzco donde fue ejecutado.

Corresponde a este periodo de resistencia –que ha sido catalogada por algunos como una guerra de reconquista contra el invasor español– la aparición del héroe CAHUIDE, nombre que deriva de la palabra quechua “kawiri” que significa vigía o jefe de torreón. Fue un “jefe orejón” (de la realeza inca), que se inmoló en la defensa de Sacsayhuamán.

2. El Virreinato del Perú

El Virreinato del Perú fue una entidad territorial superior integrante de España situado en América del Sur, establecida por la Corona española durante toda la era de su dominio en el Nuevo Mundo, entre los siglos XVI y XIX.

Tras la conquista del Perú, los conquistadores entraron en una guerra civil, por lo que el Rey CARLOS I, por medio de la Real Cédula firmada en Barcelona el 20 de noviembre de

1542, suprimió las gobernaciones de Nueva Castilla (otorgada a FRANCISCO PIZARRO) y la de Nueva Toledo y creó el flamante virreinato. Éste comprendió en un inicio y durante casi 200 años gran parte de Sudamérica y el istmo de Panamá, bajo diversas formas de control o supervigilancia de sus autoridades; sin embargo, a lo largo del siglo XVIII, y hasta la independencia de esas zonas respecto del poder español, correspondió efectivamente a lo que hoy en día son territorios que forman parte de las Repúblicas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá y Perú.

A principios del siglo XIX, el Virreinato del Perú, se ha denominado la posesión más importante de la Corona española al tratarse de una de sus más importantes fuentes de riqueza. El Virreinato peruano durante el proceso de independencia hispanoamericana se convirtió en el último bastión y centro contrarevolucionario en América del Sur, obligando a JOSÉ DE SAN MARTÍN a

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