LAS GUERRAS MUNDIALES: PROBLEMAS Y CONTROVERSIAS EN TORNO A LOS ORÍGENES
Emilio AlbadanEnsayo17 de Agosto de 2021
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LAS GUERRAS MUNDIALES:
PROBLEMAS Y CONTROVERSIAS EN TORNO A LOS ORÍGENES*
Luis E. Bosemberg
Profesor Asociado
Departamento de Historia
Universidad de Los Andes
Resumen
El artículo presenta algunos problemas y controversias en torno a los orígenes de la
Primera y de la Segunda Guerra Mundial. Aunque se trata de un recuento historiográfico que se articula a partir del que es, tal vez, el debate que más ha despertado
interés, es decir, el de la culpabilidad de Alemania y el de la responsabilidad compartida en el estallido de los dos conflictos, el artículo cubre una amplia gama de
controversias diversas tales como el de las duraciones –largas, medinas y cortas–,
el papel de las alianzas, el de los personajes, teorías del imperialismo, mentalidades, continuidades y rupturas, así como la polémica sobre la historia diplomática,
económica, política, social y cultural. Finalmente, se resalta la complejidad de la
discusión y la variedad de las explicaciones.
Palabras clave: historiografía, Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial,
Alemania, Inglaterra, Rusia, Unión Soviética.
Abstract
The article presents some problems and controversies on the origins of the First
and Second World Wars. Even though it is a historiographic essay based on what
seems to be the debate that aroused great interest, i.e. Germany’s war guilt and the
question of the sharing of responsibility in beginning the war, the article covers
various controversies, for instance the question of long-, medium-, and short-term
factors, the role played by the alliance systems, imperialism theories, mentalities,
continuities and ruptures, and even the debate about diplomatic, economic, political,
social, and cultural history. Finally it stresses the complexity and the variety of the
explanations.
Key words: Historiography, First World War, Second World War, Germany, England,
Russia, Soviet Union.
* Recepción: 7 de marzo de 2006. Aprobación: 26 de abril de 2006
Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura
No. 33, 2006, pp. 289-309
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Las dos guerras mundiales figuran entre los procesos más significativos de la
historia del siglo XX. La Primera Guerra Mundial fue el hecho más importante entre
la Revolución Francesa y la Segunda Guerra Mundial –una encrucijada de dimensiones mundiales en la que confluyeron procesos muy variados. Su nombre inicial,
la Gran Guerra, reflejó una pluralidad y profundidad de repercusiones que fueron
sentidas, tarde o temprano, prácticamente por toda la humanidad. Desde las invasiones mongólicas del siglo XIII no había tenido lugar un tal macroproceso que afectara
a millones de personas. Fue el gran disparador de la Revolución Rusa; produjo un
nuevo orden internacional; debilitó a las potencias de tal manera que, junto con la
Segunda Guerra Mundial, allanó el camino para el gran final de los imperios formales
o la descolonización; condujo al ascenso del fascismo y del nacionalsocialismo, y
vivió el primer ejemplo de genocidio en el siglo XX con la matanza de armenios a
manos de los turcos, abriendo así una era de violencia masiva.
La Segunda Guerra Mundial también produjo grandes repercusiones continentales y mundiales: el gran final del fascismo y del nacionalsocialismo; la caída
de Europa y un nuevo orden en este continente; la Guerra Fría o el enfrentamiento
este-oeste que tuvo sus inicios durante la Primera Guerra Mundial, y continuó con
genocidios contra diversos pueblos como el perpetrado contra los judíos que condujo
a la fundación del Estado de Israel y al conflicto que todavía no ha terminado
Las dos guerras fueron de tal trascendencia que han obsesionado a muchos, a sus
contemporáneos y a las generaciones venideras, a los historiadores, a los políticos y a
poblaciones diversas –de ahí que se convirtiese en un desafío para la interpretación.
Las han estudiado los más diversos académicos con todos los métodos posibles y han
sido parte de controversias políticas. Miles son las publicaciones al respecto aunque
sobre los orígenes de la Segunda se ha escrito menos. Sus interpretaciones jugaron
un papel político: durante el conflicto respectivo eran parte de la propaganda de cada
país involucrado. En los umbrales de la Segunda Guerra Mundial los recuerdos de la
Alemania agresiva de la Primera Guerra asaltaban a muchos. Después de 1945, su
lugar en la historia, su relación entre sí o sus diferencias hicieron parte fundamental de
la historiografía contemporánea. El presente ensayo, por lo consiguiente, no aspira a
hacer una revisión bibliográfica sino más bien presenta de una manera sucinta ciertos
problemas y controversias en torno a los orígenes de las dos guerras.1
1. La Primera Guerra Mundial
Veamos los hechos que se intenta interpretar divididos en tres duraciones. Haciendo hincapié en largas duraciones, y aunque comienzan en diferentes fechas, los
textos sitúan los orígenes en la segunda mitad del siglo XIX. En efecto, comienzan,
1Para una corta revisión bibliográfica sobre los orígenes de las dos guerras, véase Jean Baptiste Duroselle,
Europa de 1815 a nuestros días: Vida política y relaciones internacionales (Barcelona: Labor, 1983),
especialmente el capítulo “La guerra y la paz” 190-215. Hay una edición aumentada de 1991.
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Las guerras mundiales
o bien con la fundación del Imperio Alemán en 1871 y la guerra franco-prusiana,
o con las rivalidades imperialistas en Asia y África a partir de la década de los 80,
o con el retiro de Bismarck de la cancillería en 1890. Igualmente, otros trazan la
formación de las alianzas: por una parte, la franco-rusa entre 1892 y 1894 a quienes
se les sumó la Gran Bretaña, estableciendo así la Entente y, por otra, la germanoaustríaca de 1879 a quienes se adhirió Italia formando así la Triple Alianza. De esta
manera, se establecieron dos bandos sólidos y contrarios en la política europea. Las
alianzas eran, en principio, acuerdos que comprometían bajo ciertas circunstancias a participar en la guerra. Debido a la existencia de imperios coloniales y del
imperialismo, el sistema de alianzas daba la posibilidad de que cualquier conflicto
involucrase a otras partes del globo. Si bien las Ententes anglo-francesa y anglorusa tan sólo implicaban consultas y apoyo diplomático, la participación inglesa
en un conflicto también era muy probable. A todo esto hay que agregar que todas
las potencias esgrimían el nacionalismo como legitimador de sus actos.
Los análisis que cubren la mediana duración tienen en cuenta las crisis
acontecidas a partir de 1905. La primera de estas, 1905-1906, se inició con las
pretensiones francesas sobre Marruecos. Estas generaron una tensión franco-alemana sobre el territorio africano. El apoyo que Inglaterra le dio a Francia contenía
visibles tintes antialemanes. La segunda crisis tuvo lugar en los Balcanes cuando
Austria-Hungría se anexó Bosnia-Herzegovina, territorio que también codiciaba
Serbia. El peligro consistió en el riesgo de una confrontación de mayor envergadura,
ya que Rusia apoyaba a los serbios y Alemania a los austriacos. Si Rusia hubiese
actuado, probablemente Francia la hubiera apoyado. La crisis terminó cuando Rusia
retiró su apoyo a Serbia. Además, en dos cortas guerras de los estados balcánicos
Serbia había emergido como vencedora y expansionista –y ahora se enfrentaba a
Austria-Hungría.
En términos de corta duración, la guerra se desencadenó el 28 de junio de
1914 con el asesinato de Francisco Fernando, heredero de la corona austro-húngara,
a manos de un radical serbio. Los austriacos presentaron un ultimátum a Serbia,
exigiéndole, entre otras, la ingerencia en este país de sus agentes en la búsqueda de
los asesinos. Cuando este lo rechazó, Austria-Hungría le declaró la guerra. Rusia
expresó que no dejaría aplastar a Serbia y decretó una movilización parcial contra
Austria-Hungría. Alemania apoyó totalmente a este último, dirigió un ultimátum
a Rusia exigiéndole la retirada de la movilización y, al mismo tiempo, pidió a
Francia, una posición neutral en caso de una guerra germano-rusa. Esta se rehusó
y anunció la movilización. El 1° de agosto Alemania le declaró la guerra a Rusia
y el tres del mismo mes, a Francia.2
2 Una buena síntesis de estos hechos en Pierre Renouvin, La Primera Guerra Mundial (Barcelona:
Oikos-Tau, 1990); Ruth Hening, The Origins of the First World War (Londres/ Nueva York: Routledge,
1995); Philip Bell, “Origins of the War of 1914”, Themes in Modern European History, 1890-1945,
Paul Hayes (Londres/ Nueva York: Routledge, 1992) 106-128. Los dos últimos contienen revisiones
bibliográficas.
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Veamos, entonces, cómo se ha tratado el problema de los orígenes. Para simplificar, vamos a dividirlo en dos grandes grupos: la responsabilidad de Alemania y
la responsabilidad compartida. Vale la pena mencionar que uno de los grandes temas
que aún hacen parte del debate
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