La Educacion Para Orrego
aquab26 de Noviembre de 2012
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PENSAMIENTO EDUCATIVO DE
ANTENOR ORREGO
Dr. Elmer Robles Ortiz1
Universidad Privada Antenor Orrego Trujillo- Perú
Grupo de Investigación HISULA
ero_2502@hotmail.com
Recepción: 30/05/2008
Evaluación: 15/09/2009
Aceptación: 17/09/2009
Artículo de Reflexión
RESUMEN
Este artículo ensaya una reflexión del pensamiento de Orrego sobre educación, y se refiere a su definición y fines, contenidos y agentes educativos, estrategias del proceso de enseñanza-aprendizaje, educación universitaria, así como a la integración latinoamericana educativa y cultural. Precisamente, el presente trabajo busca reflexionar en torno a los aportes de Orrego en materia educativa, analiza y alcanza una interpretación de sus principales ideas, ubicándolas en el contexto histórico en el que fueron expuestas, y se las proyecta a nuestros días.
Se utiliza una metodología que aborda el pensamiento del autor estudiándolo en la perspectiva de la historia crítica del hecho educativo, y cuyo análisis hace posible encontrar una mirada prospectiva de su pensamiento en este campo. Las fuentes primarias y específicas de nuestro estudio son escasas, pero la producción bibliográfica referida a Orrego está en crecimiento, hecho notorio a partir de la publicación de sus Obras completas que incluyen una dispersión temática sobre educación, sobre todo las tomadas de periódicos y revistas.
Nuestro personaje conceptuó a la educación como herramienta para formar al hombre culto y al ciudadano, para terminar con la tiranía de la ignorancia, para formar la conciencia de nuestra realidad, y de la imperiosa necesidad de transformarla. Ubicó al educando en el centro del quehacer pedagógico, para cuya formación se deberían considerar contenidos actualizados, al ritmo del vertiginoso desarrollo científico, poner en práctica métodos dinámicos y contar con docentes de elevada formación.
El artículo concluye que la americanización de América, el logro de su conciencia por sí misma, obra del nuevo hombre del continente que surge en medio del crisol de razas y culturas, con su mente fijada aquí, no en espacios foráneos. Sus ideas educacionales están enlazadas con su teoría del pueblo-continente o del integracionismo Latinoamericano. Para lograr la unidad de la patria grande, definir la identidad regional, hacer frente al colonialismo mental y la copia simiesca del pensamiento ajeno a lo peruano y latinoamericano, la educación debe jugar rol central. La integración en la que están empeñados nuestros pueblos lleva ínsita la formación de la conciencia de tan magna aspiración. De allí su expresión: integración mediante el intelecto, cuyo cultivo es obra de la educación.
INTRODUCCIÓN
Desde una perspectiva intelectual original, Antenor Orrego Espinoza realiza su labor en el campo de las ideas filosóficas, sociológicas, políticas, estéticas y educacionales. Al reflexionar sobre el origen y destino de nuestros pueblos, formuló la teoría del pueblocontinente, trasfondo filosófico del integracionismo latinoamericano, cuya concreción requiere el aporte del campo educativo. Analiza la enajenación de América Latina desde los tiempos de la invasión y conquista. Y sostiene que ya no debe imitar servilmente a Europa, sino afirmar su identidad y su propia actitud original que no es una vuelta al pasado sepulcral, sino una revelación o alumbramiento hacia el futuro.
Aunque Orrego nació en 1892 en la hacienda Montán, distrito de Lajas, provincia de Chota, departamento de Cajamarca, la ciudad de Trujillo fue su ciudad adoptiva en cuya universidad cursó sus estudios superiores. Fue mentor e integrante del histórico Grupo Norte surgido hacia 1915, en el cual figuraron, entre otros, los poetas César Vallejo y Alcides Spelucín, el ideólogo Víctor Raúl Haya de la Torre, el pintor Macedonio de la Torre y el músico Carlos Valderrama. Todos los integrantes de aquel grupo hicieron del interaprendizaje, de las lecturas colectivas, de los debates informales y de las excursiones, medios de educación no solo complementarios sino hasta superiores al de sus clases oficiales. Allí están sus libros, artículos,opúsculos, pinturas, partituras.
Publicó Notas marginales (1922), El monólogo eterno (1929) y Pueblo-Continente. Ensayos para una interpretación de la América Latina (1939). Fallecido en Lima el año de 1960, dejó inéditas la mayor parte de sus obras, editadas póstumamente, talescomo: Discriminaciones (1965), Hacia un humanismo americano (1966), Mi encuentro con César Vallejo (1989). En 1995 aparecieron sus Obras completas en cinco tomos.
Orrego fue docente de educación secundaria y universitaria, rector de la Universidad Nacional de Trujillo donde dejo huella perdurable. Pero sobre todo fue un maestro sin aulas que, mediante el diálogo informal, atendía cordialmente a jóvenes estudiantes, trabajadores e intelectuales cuyo consejo requerían sobre diversidad de temas.
Los escasos estudios sobre este personaje son principalmente de naturaleza literaria, filosófica, periodística y política; faceta dedicada a la de educación es la menos tocada, sin embargo, todos coinciden en otorgarle la categoría de maestro. Siempre pensó en la juventud. Desde su cargo rectoral consiguió el envío de estudiantes becarios a perfeccionarse en el exterior, que al finalizar su formación se incorporarían a la docencia o al ejercicio de sus profesiones. Muchos años después de esa función oficial, en el ocaso de su vida, solo dos veces viajó al exterior, a Argentina y a México. Y en ambas ocasiones sus actividades centrales fueron de carácter educativo y cultural.
1. Definición y fines de la Educación
Sin lugar a dudas, en su condición de humanista y educador, la formación del hombre ocupa lugar predilecto en el pensamiento de Antenor Orrego. En su concepto, el hombre vale por sus más fuertes impulsos, por sus más fuertes pasiones, no por las que se tornan negativas sino por las que ennoblecen. Por eso piensa que: “El problema de la educación no es suprimir las pasiones que son el impulso creador del hombre. El problema consiste en enseñar la superación de las pasiones hasta la máxima nobleza y en servirse de ellas como instrumento del espíritu”. “El hombre sin pasiones es un exhombre, un ex-ser.”3 Estuvo, por lo tanto, en contra del concepto común sobre la erradicación de las pasiones, lo cual conllevaría la castración moral del hombre. Alude, desde luego, a las pasiones que conducen hacia los valores, no a las que traicionan el destino del hombre tornándose monstruosa negación.
Para él, la educación no implica modelar el alma del alumno, por cuanto éste tiene demasiado porvenir como para que el pasado -representado por sus padres y profesores pretenda formarlo a su arbitrio. Son suyas estas palabras: “La educación no es inculcar y modelar; la educación es revelar, conducir y ennoblecer. El alma humana es demasiado sagrada para que nadie tenga la pretensión de modelarla a su capricho.”4 Y por ello pide mayor reverencia ante el educando, centro de atención del quehacer pedagógico.
Con tales ideas, publicadas el año de 1929 en su obra El monólogo eterno, Orrego se adelanta a las corrientes psicopedagógicas que sustentaron, mucho tiempo después, Vygotsky, Piaget, Ausubel y Rogers, entre otros, hoy en boga. Lo que él sostuvo hace80 años, ahora impregna el quehacer educativo. Efectivamente, Orrego piensa que el profesor no debe formar al alumno a su antojo, a su estilo, a su gusto personal, no debe imponer un contenido educativo, sino ayudarlo a revelar su personalidad, a descubrir sus potencialidades, orientarlo o conducirlo a construir su propio conocimiento, a ser protagonista del proceso cultural. Postula, pues, una educación para perfeccionar al hombre en el sentido de humanizarlo, de manifestar o expresar sus cualidades comocreador de cultura y elevar al máximo las energías vitales de su ser. La idea de educación como revelación está relacionada con la de liberación. En efecto, este maestro sostiene que el conocimiento no es adquisición en el sentido estricto de posesión porque la riqueza espiritual no tiene carácter acumulativo sino liberador, esto es, de rompimiento de las cadenas que nos ligan al mundo físico y a la obra humana. Al conocimiento,entonces, lo descubrimos y revelamos y así queda al servicio del hombre, gracias a la educación.
Pero al mismo tiempo preconiza una educación para la transformación.
Precisamente, coincidiendo con Karl Manheim, considera que la educación será eficaz solo si se orienta hacia el cambio. Y entiende como tal una educación para comprender el proceso evolutivo y el sentido de la época, captarlos con mente ágil y flexible, en todos sus ángulos: social, económico, político, científico, artístico, filosófico, y así lograr eficacia en el pensar y obrar. Sostiene que la vida es un permanente discurrir, un torrente de fluencia incontenible, por ello siempre es problemática; entonces para hacerle frente no valen los patrones hechos o las recetas fijas, sino una mentalidad capaz de conducir, mediante la creatividad, a soluciones acordes con cada nueva situación.
No siendo estáticas, pues, ni la naturaleza ni la sociedad, tampoco lo será la educación, de manera que la escuela habrá de preparar al cerebro del estudiante para reaccionar creativamente ante la cambiante problemática de su entorno y del mundo entero; consiguientemente, la educación será, como la vida misma, dinámica, siempre fluyente, un caminar constante, una revelación permanente y abierta a todas las posibilidades del espíritu, un proceso de creación y difusión de cultura, una vivencia cotidiana de valores.
Como
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