“La Educación del Pueblo” José P. Varela. Resumen capítulo XI “La enseñanza dogmática”

“La Educación del Pueblo” José P. Varela. Resumen capítulo XI “La enseñanza dogmática”

En este capítulo se plantea si debe separarse la enseñanza de las religiones o si la educación general del individuo debe tener por base la enseñanza dogmática. Y se expresa que cuando se trata de la escuela pública, abierta a los niños de todas las creencias, y encargada de perseguir un fin no religioso sino un fin social, la única solución justa y conveniente es la instalación de una escuela laica. La escuela laica responde fielmente al principio de la separación de la Iglesia y del Estado.

A continuación se expresan las razones que aconsejan la eliminación de la enseñanza dogmática. Por un lado, el Estado es una institución política y no una institución religiosa, por lo tanto la escuela, establecida por el Estado laico, debe ser laica como él. Por otro lado, dada la instrucción obligatoria, todos los padres deben enviar a sus hijos a la escuela pública sin que se tomen en cuenta las opiniones religiosas del padre, por eso la educación que da y exige el Estado, no tiene por fin afiliar al niño a una u otra comunión religiosa, sino prepararlo convenientemente, para la vida del ciudadano. Y agrega que sucede lo mismo respecto a la política puesto que la escuela no se propone enrollar a los niños en uno u otro partido.

Además, se agrega que una enseñanza dogmática traería grandes dificultades, ya que ponerla en práctica sería contrario a los principios de la democracia y a los fines de la sociedad, dado que quienes no practicasen la religión católica serían de algún modo excluidos o se atentaría contra la libertad de conciencia de los padres de los niños practicaran una religión contraria.

También se plantea el problema de los hijos de inmigrantes no católicos que se instalaban en el país a quienes se les impondría una religión en la que no creían.

Por otra parte, se plantea como problema que la enseñanza dogmática en la escuela traería aparejada la necesidad de dejar al clero la designación del maestro y de conferirle el derecho a inspeccionar la escuela lo cual implicaría entregarle la dirección suprema de la enseñanza.

En resumen, expresa que el desconocimiento de la libertad de conciencia o la condenación a la ignorancia, y el sometimiento del Estado a la Iglesia son los dos males de la enseñanza dogmática.

También se incluyen otros aspectos negativos como por ejemplo que los maestros no estrían capacitados como para ser el eco fiel de la Iglesia, que no se puede aliar la enseñanza objetiva de la razón con la enseñanza subjetiva del dogma, y que los países que adoptaron la educación laica tuvieron resultados satisfactorios tanto para la educación como para la religión. Esto implica que la enseñanza religiosa debería estar a cargo de la familia o el sacerdocio.

Finalmente concluye que

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