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La Guerra De Los Mundos


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  1.263 Palabras (6 Páginas)  •  182 Visitas

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1 - LA VÍSPERA DE LA GUERRA

En los últimos años del siglo diecinueve nadie habría creído que los asuntos humanos

eran observados aguda y atentamente por inteligencias más desarrolladas que la del

hombre y, sin embargo, tan mortales como él; que mientras los hombres se ocupaban de

sus cosas eran estudiados quizá tan a fondo como el sabio estudia a través del

microscopio las pasajeras criaturas que se agitan y multiplican en una gota de agua.

Con infinita complacencia, la raza humana continuaba sus ocupaciones sobre este

globo, abrigando la ilusión de su superioridad sobre la materia. Es muy posible que los

infusorios que se hallan bajo el microscopio hagan lo mismo. Nadie supuso que los

mundos más viejos del espacio fueran fuentes de peligro para nosotros, o si pensó en

ellos, fue sólo para desechar como imposible o improbable la idea de que pudieran

estar habitados. Resulta curioso recordar algunos de los hábitos mentales de aquellos

días pasados. En caso de tener en cuenta algo así, lo más que suponíamos era que

tal vez hubiera en Marte seres quizá inferiores a nosotros y que estarían dispuestos a

recibir de buen grado una expedición enviada desde aquí. Empero, desde otro punto

del espacio, intelectos fríos y calculadores y mentes que son en relación con las

nuestras lo que éstas son para las de las bestias, observaban la Tierra con ojos

envidiosos mientras formaban con lentitud sus planes contra nuestra raza. Y a

comienzos del siglo veinte tuvimos la gran desilusión.

Casi no necesito recordar al lector que el planeta Marte gira alrededor del Sol a una

distancia de ciento cuarenta millones de millas y que recibe del astro rey apenas la mitad

de la luz y el calor que llegan a la Tierra. Si es que hay algo de verdad en la hipótesis

corriente sobre la formación del sistema planetario, debe ser mucho más antiguo que

nuestro mundo, y la vida nació en él mucho antes que nuestro planeta se solidificara. El

hecho de que tiene apenas una séptima parte del volumen de la Tierra debe haber

acelerado su enfriamiento, dándole una temperatura que permitiera la aparición de la

vida sobre su superficie. Tiene aire y agua, así como también todo lo necesario para

sostener la existencia de seres animados.

Pero tan vano es el hombre y tanto lo ciega su vanidad, que hasta fines del siglo

diecinueve ningún escritor expresó la idea de que allí se pudiera haber desarrollado una

raza de seres dotados de inteligencia que pudiese compararse con la nuestra. Tampoco

se concibió la verdad de que siendo Marte más antiguo que nuestra Tierra y dotado sólo

de una cuarta parte de la superficie de nuestro planeta, además de hallarse situado

más lejos del Sol, era lógico admitir que no sólo está más distante de los comienzos de

la vida, sino también mucho más cerca de su fin.

El enfriamiento que algún día ha de sufrir nuestro mundo ha llegado ya a un punto

muy avanzado en nuestro vecino. Su estado material es todavía en su mayor parte un

misterio; pero ahora sabemos que aun en su región ecuatorial la temperatura del

mediodía no llega a ser la que tenemos nosotros en nuestros inviernos más crudos. Su

atmósfera es mucho más tenue que la nuestra, sus océanos se han reducido hasta

cubrir sólo una tercera parte de su superficie, y al sucederse sus lentas estaciones se

funde la nieve de los polos para inundar periódicamente las zonas templadas. Esa

última etapa de agotamiento, que todavía es para nosotros increíblemente remota, se

ha convertido ya en un problema actual para los marcianos. La presión constante de

la necesidad les agudizó el intelecto, aumentando sus poderes perceptivos y

endureciendo sus corazones. Y al mirar a través del espacio con instrumentos e

inteligencias con los que apenas si hemos soñado, ven a sólo treinta y cinco millones de

millas de ellos una estrella matutina de la esperanza: nuestro propio planeta, mucho más

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templado, lleno del verdor de la vegetación y del azul del agua, con una atmósfera

nebulosa que indica fertilidad y con amplias

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