La Industria De La Seda En Valencia
Tatbubble2 de Noviembre de 2012
8.074 Palabras (33 Páginas)762 Visitas
1. Introducción.
La industria sedera valenciana ha pasado, en el Antiguo Reino de Valencia, por distintas etapas que en este trabajo vamos a observar y analizar.
En primer lugar, deberíamos dar unas pinceladas sobre la economía del Antiguo Reino Valenciano, que durante el tránsito de la Edad Media y el desarrollo de la Edad Moderna pasó de ser primordialmente agrícola a desembocar en una economía con actividades comerciales y manufactureras, sin dejar por ello de lado la actividad básica y fundamental de la sociedad antigua, la agricultura.
Es, por tanto, en este punto dónde aparece la industria sedera valenciana, amalgama de la tradicional actividad agrícola, con la vista puesta en las actividades comerciales de la manufactura, de la que fue partícipe. Cabe destacar su origen oriental, a pesar de existir varias teorías o leyendas a respecto, y su condición de artículo de lujo, cuya realización y técnica era muy minuciosa y especializada.
Uno de los puntos fuertes de la industria sedera valenciana fue su interacción con otros sectores. Primero necesitó de la introducción del cultivo de la hoja de la morera (la cuál fue uno de los cultivos más rentables y prolíficos del Reino de Valencia), pero también necesitó artesanos especializados (que se fueron consiguiendo con la experiencia y/o con la llegada de artesanos foráneos) y por último, mercaderes que comercializaran el producto, contando con la ventaja de la larga expansión territorial de la Corona de Aragón, primero, y posteriormente, en menor medida, con la Monarquía Hispánica.
Fue quizás ésta interacción (necesaria por otro lado) la que minó su desarrollo en plenitud e hiciera que se adaptase a las nuevas necesidades que imponía el mercado; si bien no todos los problemas fueron internos o estructurales, interviniendo también factores externos como los intereses de la Monarquía Hispana respecto a su comercio, o los ciclos económicos que afectaron a Europa durante la Edad Moderna, los cambios políticos y conflictos internacionales que afectaron al comercio, el desarrollo de los competidores en Norte Europa, y también los programas de reforma o reformas emprendidas por los Borbones, con ciertos paralelismos a las emprendidas en Francia, que repercutieron en la actividad sedera valenciana, como lo hizo en otras actividades.
Entrando más en profundidad en los problemas que afectaron a la industria sedera en sí, podríamos empezar por un mal endémico que la acompañó desde sus inicios y que se hizo visible, ejerciendo de freno en sus etapas de máximo desarrollo; éste no fue otro que la estructura gremial y su inadecuación a la incipiente economía capitalista, que hizo que la industria sedera valenciana, gremial, perdiera competitividad frente a los competidores del Norte de Europa en el mercado internacional. Este problema se podía englobar más o menos acertadamente en el campo social e incluso psicológico de la sociedad, que la ancló en el pasado y lentamente la llevó al atraso y la decadencia.
El sistema gremial, poco permeable a las novedades y celoso de la preeminencia de algún sector sobre otro, hizo que las debilidades de la industria sedera, y de la estructura gremial en general, fueran visibles en tiempos de expansión económica y comercial con el agravante de que en una época de incipiente capitalismo, hacía estéril cualquier medida proteccionista o de entrada de productos extranjeros en el mercado interno, y en el exterior los convertía en productos caros que no correspondían con su calidad, ya muy menor respecto a las del Norte de Europa.
El problema que acabamos de mencionar, su alto precio, lastró su proyección exterior e interior en el comercio, y desencadenó medidas de prohibición para la entrada de productos extranjeros, de mayor calidad, o monopolios en el comercio en el caso de las colonias americanas que fueron sorteadas con el contrabando, ahondando más la herida de las industrias nacionales.
Entrando en la parte social del problema de la sedería, estaría primordialmente en la inadecuación y cerrajón del sistema gremial, en cuánto a métodos, estructura, precios, etc; que repercutía especialmente en tiempos de expansión económica y de máxima producción de cara a su comercialización en el mercado, que no fue resuelta.
Así la estructura cerrada, casi endogámica, de los gremios hizo que en momentos de máxima demanda no pudieran responder a las necesidades y tampoco permitió la introducción firme del verlagssystem más allá de casos puntuales, que en Norte Europa se había instaurado y la hacía competitiva en cuanto a una triple variante, precio- demanda-calidad.
La solución que hallaron los productores fue bajar la calidad y el precio de los tejidos, que sumió a los mismos aún más en la crisis y vorágine que vivía el sector al bajar el precio y no tanto los costes de la producción; además la respuesta del mercado fue contundente y negativa tras un breve período en que parecía remontar el sector en un espectro de menor calidad, pero más clientela potencial y menor precio, pero fue un espejismo y los productos de Norte de Europa también abarcaron este espectro de comercio con más competitividad en precios y calidad, con el inconveniente de introducirse por contrabando en el mercado interno y americano. A todo ello se le unió la falta de respuesta necesaria y efectiva de los inversores, casi capitalistas, que no invirtieron en nueva maquinaria y recursos ante la rigidez gremial en los métodos y no teniendo previsión de beneficios destacables, optando por la inversión en compra de tierras, etc de mayores beneficios inmediatos. Bastante tiempo después se optó por la calidad y menor producción obteniendo cierta relevancia en el mercado interno y local, y ocasionalmente en el exterior, ya en un tiempo muy posterior.
Podemos decir entonces que, la industria y el comercio de la seda y lo que ella ha significado para Valencia y su reino desde la Edad Media es mundialmente conocido.
Fue un sector económico fundamental que permitió trabajar y sobrevivir a numerosas familias artesanas. Durante cientos de años, y en especial en el S.XVIII, ha sido el empuje de la renovación económica y del crecimiento para estas tierras.
Sin embargo, tras el fracaso de la Revolución Industrial, la seda entró en decadencia a partir del S. XIX.
Veremos a continuación cómo queda claro que fueron los musulmanes quienes trajeron de Oriente el secreto de cómo se hacía la seda, para que después los judeoconversos se encargaran de mantenerlo durante todo el Medievo, y finalmente, en el siglo XV, cantidad de inmigrantes genoveses uniesen a esta tradición local el saber técnico procedente de su madre patria; el arte del terciopelo de seda (Vellut). Ellos fueron los primeros Velluters, antes de su llegada no existía este oficio.
Con los italianos los negocios crecieron y Valencia se convirtió en capital de la seda española en época de los Reyes Católicos, no sólo por volumen de producción e intercambio sino también porque desde aquí se relanzó con fuerza la moda italiana hacia el centro de la Península.
El Mediterráneo una vez más, fue punto de encuentro entre Oriente y Occidente; un escenario en donde se mezclaban saberes artesanales distintos en un diálogo de culturas abierto y tolerante.
2. Industria Sedera. Origen y Sociedad.
El S. XV es, por excelencia, el Siglo de Oro valenciano.
Será por tanto en esta época, cuando se produzca el primer gran despegue de la industria sedera en el País Valenciano.
Hubo una importante producción de seda en la zona mediterránea española (Valencia y Murcia sobre todo) a partir de este momento y continuó siendo una industria muy importante durante la Edad Moderna, con un máximo auge en el S. XVIII y en la E. Contemporánea.
El origen de la sedería y su entrada en Valencia es, sin embargo, remoto.
La expansión del Islam por todo el Mediterráneo la introdujo en Sicilia y en la Península Ibérica durante el siglo VIII; siendo Bizancio, Siria, Persia, Mesopotamia y Egipto los centros de producción más importantes de Oriente Próximo en la alta Edad Media. Parece ser que estas industrias, recibían un suministro continuo de materia prima procedente de la nueva Europa musulmana a cambio de tejidos séricos ya confeccionados.
Aunque la introducción de la seda en la Península Ibérica parece que viene estrechamente ligada a la existencia de talleres textiles en al-Andalus en época de Abd al-Rahman II (822-852) e incluso, para algunos, antes, en tiempos de Hixem I (788-796); parece ser que la entrada de Valencia en este contexto se daría como centro productor en Sharq al-Andalus, produciéndose su entrada definitiva en el itinerario de la seda musulmana a finales del siglo IX.
Por otra parte, la alta movilidad geográfica de mercaderes y artesanos hebreos que difundían las técnicas, hizo que Valencia se pusiera en contacto con las primeras reelaboraciones culturales de este arte sedero desde la Península Itálica.
Sin embargo, no será hasta después de la conquista cristiana del siglo XIII cuando nos encontremos con los primeros documentos sobre producción de seda en lo que sería el futuro distrito industrial de Valencia, y estarían en relación directa con la fabricación de tejidos de púrpura y oro de tradición bizantina.
Si nos centramos más en la organización y desarrollo, veremos cómo la sedería valenciana estaba definida por una difusión de “obradors” de base familiar como unidades básicas de producción, marcando una continuidad entre las manufacturas musulmanas anteriores
...