La crisis de Мéxico en el siglo xix
bboyoishyTutorial14 de Agosto de 2014
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LA CRISIS DE MÉXICO EN EL SIGLO XIX
Jaime Rodríguez
México colonial era un vasto territorio caracterizado por un gobierno estable e idóneo, una economía rica y bien distribuida y una sociedad multirracial que disfrutaba de considerable movilidad social. Empero, a mediados del siglo XIX, la República Mexicana no sólo había perdido más de la mitad de su territorio, sino que sufría también de extrema inestabilidad política, de severa depresión económica y de conflictos tanto raciales como sociales.
Este trabajo examinará la decadencia de México teniendo como punto de partida el bienestar colonial, para terminar con el desastre republicano. Puesto que muchos historiadores erradamente consideran aún la época colonial como un periodo atrasado, feudal y explotador, comenzaré mi presentación comparando la Nueva España de 1800 con el México de alrededor de 1850.
El virreinato de Nueva España representaba la estructura política más imponente del hemisferio occidental a fines del siglo XVIII. Su territorio incluía el México actual, América Central, las Filipinas, Cuba, Puerto Rico, Florida, las regiones costeras de Alabama y Mississippi, todas las tierras al oeste de este río, así como también pretensiones en Canadá occidental y Alaska. El corazón del virreinato, sin embargo, lo constituía una región aproximadamente del tamaño del México actual. Esta área, que será el tema de este trabajo, era la parte más poblada y rica del virreinato.
Las instituciones de Nueva España satisfacían las necesidades locales en forma adecuada. En efecto, una de las características más notables del gobierno colonial era su legitimidad, derivada de la confianza que generaba en todas las clases y razas. Los mexicanos de la época colonial se valían generalmente de los procedimientos legales y administrativos para obtener beneficios del gobierno. Aun los indios confiaban lo suficiente en el sistema legal como para buscar justicia en las Cortes, donde frecuentemente ganaban sus casos ya que los tribunales generalmente reconocían la validez de las costumbres y las leyes nativas. De esta manera, había un acuerdo general en Nueva. España que hacía que el gobierno real, al nivel local como el imperial, sirviera al interés público. Este consenso no significaba que todas las disputas eran resueltas en forma pacífica, ya que la violencia irrumpía ocasionalmente. Pero tales erupciones eran poco frecuentes y buscaban sólo remediar ciertas injusticias específicas que en ningún caso pretendían desafiar el orden político, social y económico de la colonia. Este éxito se debía, en gran medida, al hecho de que el gobierno de Nueva España era aconsejado por su elite local, lo que hacía que los mexicanos de la colonia solucionaran generalmente los problemas de su país en forma moderada, racional y práctica.
La gran riqueza de la colonia contribuyó a la estabilidad gubernamental y al dinamismo de la sociedad mexicana. Nueva España, proveía dos tercios de los ingresos del imperio español. En 1799 éstos alcanzaban 20 millones de pesos, de los cuales 10 millones se gastaban en la administración y la defensa local, cuatro millones subvencionaban otras áreas del virreinato en América Central y del Norte, el Caribe y las Filipinas, y seis millones se remitían a la Real Hacienda en Madrid. Los ingresos aumentaron en la década siguiente promediando 24 millones de pesos al año. En 1806, cuando demanda insólitas fueron impuestas a las colonias de España, México procuró 39 millones de pesos, enviando 19 millones a España para ayudar a financiar las guerras en Europa.[ 1 ]
La economía de Nueva España era fuerte, se encontraba bien distribuida, y en su mayor parte funcionaba en forma independiente de la madre patria. Aunque los metales preciosos representaban el 84% de todas las exportaciones, la colonia no llegó a ser una simple monoproductora, como algunos defensores de la teoría de la dependencia han sugerido. A pesar de su carácter predominante y dinámico, la minería sólo constituía un segmento menor de la economía colonial En 1800, la minería contribuyó con 27.95 millones de pesos, o el 13% de la producción anual de México, mientras que la industria manufacturera computó 55 millones, o el 25%; la agricultura 138.63 millones, o el 62%. El extenso y variado mercado interno de México consumía el 86% de toda la producción nacional como lo demuestra la tabla I.
Tabla I
Tasas del producto nacional bruto de Nueva España hacia 1800
Consumo doméstico
Exportaciones
Total
Sector
Cantidad
%
Cantidad
%
Cantidad
62.0%
Agricultura
133 782 625
70.5
4 844 685
15.1
138 627 310
25.0
Industria
54 744 047
29.0
257 264
0.8
55 001 311
13.0
Minería
924 259
0.5
27 026 741
84.1
27 951 000
13.0
Total
189 450 931
100.0
32 128 690
100.0
221 579 621
100.0
% de la economía
86%
14%
100%
FUENTE: Cálculos a partir de las cifras de José María Quirós, Memoria de Estatuto, Veracruz, 1817. Los errores en las cifras publicadas originalmente por Quirós han sido corregidas por Doris M. Ladd, en The Mexican nobility at Independence, Austin, 1976, p. 26.
Las minas de plata, sin embargo, servían como motores del crecimiento económico, fomentando la expansión de la agricultura, el comercio y la industria. México fue el abastecedor de plata más importante del mundo a través de todo el periodo colonial. Durante los años 1780-1810, Nueva España produjo un promedio de veinticuatro millones de pesos de plata al año.[ 2 ]
Aunque no hay cifras precisas disponibles, se puede calcular la producción de la plata a través de la acuñación, la cual representaba más del 95% de la explotación de este metal en México.
Tabla II
Acuñación de la plata en México: 1776-1825
Año
Millones
de pesos
Año
Millones
de pesos
1796
a
24.4
1811
c, e
10.1
1797
a
24.1
1812
c, e
7.7
1798
a
23.0
1813
c, e
9.8
1799
a
21.1
1814
d, e
10.1
1800
a
17.9
1815
d, e
8.3
1801
a
16.0
1816
c, e
9.6
1802
a
18.0
1817
c, e
9.1
1803
a
22.5
1818
d, e
12.6
1804
a
26.1
1819
c
12.8
1805
a
25.8
1820
c
10.8
1806
a
23.4
1821
d, e
7.6
1807
a
20.7
1822
d
10.4
1808
a
20.5
1823
d
10.8
1809
a
24.7
1824
d
9.0
1810
b
18.0
1825
d
8.3
a Casa de moneda de México. b Casas de moneda de México y Zacatecas. c Casas de moneda de México, Zacatecas y Durango. d Casas de moneda de México, Zacatecas, Durango y Guadalajara. e Durante los años de la guerra, las casas de moneda de Guadalajara y Durango no hicieron sus informes anuales. Enviaban, en cambio, cuentas periódicas que fluctuaban entre 6 y 45 meses al gobierno. Puesto que es imposible desagregar esos números, calculé promedios anuales, los que multiplicados por 12, dan como resultado las cifras anuales. Aunque esta aproximación presenta un margen de error, las cifras en la tabla son estimaciones válidas de acuñación de la plata durante ese periodo.
FUENTE: Calculado a partir de los informes anuales de las casas de moneda de la ciudad de México, Guadalajara, Durango y Zacatecas, que son reproducidas por Henry G. Ward, Mexico in 1827, 2a. ed., 2 v., Londres, 1829, v. I, p. 386-391.
La minería requería inversiones en gran escala. El costo de la mano de obra, maquinaria y abastecimientos necesarios para las operaciones más grandes era enorme. En la década de 1780, por ejemplo, Antonio de Obregón pidió un préstamo a comerciantes locales para volver a trabajar los viejos depósitos mineros del siglo XVI en Guanajuato. Después de gastar más de dos millones de pesos para excavar algunos de los pozos mineros más hondos en el mundo, sus minas produjeron plata valorada en 30.9 millones de pesos desde 1788 hasta 1809. Sólo en el año 1791 sus minas produjeron tanta plata como la que producía todo el virreinato del Perú.[ 3 ] Cuando se considera la magnitud de sumas invertidas en esta empresa, debemos recordar que en 1800 el ingreso per cápita de Inglaterra, la nación más desarrollada del mundo, equivalía a 196 pesos al año.[ 4 ] El impresionante logro de Obregón dependía enteramente de recursos locales. Al estudiar éste y otros empresarios mexicanos del siglo XVIII, uno queda sorprendido por el alto nivel de formación de capital, la innovación tecnológica, el espíritu empresarial y las habilidades administrativas que poseían los mexicanos.
Una breve comparación con los Estados Unidos destaca la naturaleza de la economía de México en 1800. El ingreso per cápita de Nueva
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