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La expansión de Roma por La Península Itálica


Enviado por   •  21 de Octubre de 2012  •  3.450 Palabras (14 Páginas)  •  462 Visitas

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Según la leyenda, Roma fue fundada en el año 753 a.C. por Rómulo Y Remo, hijos del dios de la guerra, Marte. Se construyó en siete colinas al lado del rio Tíber, en las fronteras de Etruria. Fue gobernada por Reyes hasta el 509 a.C., cuando los nobles destituyeron al rey Tarquinio el Soberbio, Roma se convirtió en una República. Como Roma tenia una política ambiciosa y de expansión conquisto todos sus vecinos de la costa del Mediterráneo. Una vez que los romanos conquistaron a sus vecinos llamaron al Mediterráneo “Mare Nostrum”. Todo esto se lo debe a sus legiones, el ejército mas celebre de la historia antigua. Mas Tarde, en el 27 a.C. Roma se convirtió en un Imperio.

La expansión de Roma por La Península Itálica

La delicada coyuntura interna alimentó las inclinaciones expansionistas de Roma. Tras dominar a sus ex aliados latinos, vencer a los samnitas y hacerse con el control de la Magna Grecia, la ciudad del Lacio Controló Italia.

La Conquista de Veyes

Hacia el 396 a.C. Roma dio un paso más en su política expansionista con la toma de Veyes. La odiada ciudad Etrusca, situada en una meseta sobre el Tíber, mantenía con Roma un viejo litigio por el control de las salinas y la Via Salaria, nudo comercial y de Comunicaciones de extrema importancia. Hegemonía sobre Italia Central.

La Invasión de los Galos

La conquista de Veyes hizo de Roma la mayor ciudad del Lacio y la Convirtió en la gran potencia de la Italia central. Pero, justamente en el momento de su triunfo, Roma hubo de hacer frente a una catástrofe que hizo peligrar su supervivencia: La invasión de los galos.

En el curso de su expansión, los celtas, a los que los romanos llamaban galos, alcanzaron Italia hacia el 400 a.C. y se apoderaron de la llanura del Po. Desde su solida retaguardia, entre Liguria y Venecia, los galos organizaron sus expediciones de saqueo contra la Italia meridional. Estas incursiones llevaron a los senones, guiados por el Caudillo Brenno a las puertas de Roma. La ciudad despachó un ejército para detener a los galos, pero fue aniquilado en el Arroyo de Alia.

Los galos, mas interesados en el botín que en sojuzgar la urbe, acabaron retirándose, pero la humillación gravitó sobre Roma y sus habitantes.

Guerras Samnitas

Las Guerras Samnitas fueron un serie de conflictos armados de la Antigüedad que enfrentaron principalmente al pueblo itálico de los samnitas, que dominaban los Apeninos al sur del Lacio, contra la incipiente República Romana por el control de la Italia central. En el intervalo entre el 343 y el 290 a.C hubo tres guerras entre ambos contendientes, que propiciaron el completo sometimiento de los samnitas al poderío romano.

Roma y Las Guerras con Cartago

Tras haberse adueñado de Italia hasta el extremo meridional, Roma intentó también apoderarse también de Sicilia, entrando así en conflicto con Cartago, en el norte de África, que era entonces la mayor potencia marítima y comercial del mediterráneo occidental. El año 264 a.C comenzó con una serie de tres guerras sangrientas y enconadas, llamadas “Guerras Púnicas”.

Primera Guerra Púnica

La primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) se debió a la rivalidad política y económica entre los dos poderes. Se inició cuando un grupo de soldados mercenarios (mamertinos) de Campania cercados en la ciudad siciliana de Messina (Mesina), solicitaron ayuda a Roma y Cartago contra Hierón II de Siracusa. Cartago ya controlaba parte de Sicilia; los romanos respondieron a esa petición con la intención de expulsar a los cartagineses de la isla. Después de construir su primera gran flota, los romanos derrotaron a los cartagineses en la batalla de Milai (260 a.C.), cerca de la costa norte de Sicilia, pero no consiguieron ocupar la isla. En el 256 a.C. el ejército romano bajo el mando de Marco Atilio Régulo estableció una base en el norte de África, pero al año siguiente el ejército cartaginés le capturó. Durante los trece años siguientes la guerra se desarrolló en gran parte en el mar, alrededor de Sicilia. El conflicto terminó con una batalla naval en el 241 a.C., en la que los romanos tomaron Sicilia; en el 237 a.C. conquistaron Cerdeña y Córcega, hasta entonces en manos cartaginesas.

Segunda Guerra Púnica

Amílcar Barca, que dirigió a los derrotados en el 241 a.C., dedicó el resto de su vida a fortalecer el poder cartaginés en Hispania, para compensar la pérdida de Sicilia. Su hijo Aníbal tomó el mando del ejército cartaginés en esa región en el 221 a.C., y en el 219 a.C. atacó y capturó Sagunto, una ciudad hispánica aliada de Roma. Ello desencadenó la segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.). En la primavera del año 218 a.C. Aníbal marchó con un gran ejército, formado por escuadrones de elefantes, a través de Hispania y la Galia, cruzó los Alpes y atacó a los romanos en Italia antes de que estuvieran preparados para la guerra, consolidando una buena posición en el norte del país, al tiempo que Hispania pasaba a ser una parte importante del teatro de operaciones. Hacia el 216 a.C. había obtenido dos importantes victorias, en el lago Trasimeno y en la ciudad de Cannas, llegando al sur de Italia. A pesar de sus peticiones, Cartago le envió insuficientes refuerzos hasta el 207 a.C., cuando su hermano Asdrúbal salió de Hispania con un ejército para unirse a él. Asdrúbal cruzó los Alpes, pero en una batalla en el río Metauro, en el norte de Italia, fue derrotado. Mientras tanto, el general romano Publio Cornelio Escipión, conocido como Escipión el Africano, había derrotado a los cartagineses en Hispania, tras arribar en el 218 a.C. a Emporion (Ampurias); y en el 204 a.C. desembarcó en el norte de África. Los cartagineses llamaron a Aníbal para defenderse contra Escipión, pero fue derrotado, al mando de un ejército de reclutas desentrenados, por el general romano en la batalla de Zama en el 202 a.C.

Tercera Guerra Púnica

Sin embargo, en el siglo II a.C., Cartago continuó comerciando, y, aunque era una potencia menor, su resurgimiento acabó por irritar a Roma. En el 153 a.C., los discursos del censor Catón el Viejo, quien persistía en demandar Delenda est Carthago (“Cartago debe ser destruida”), incitaron aún más a los romanos contra los cartagineses. Una violación, sin importancia, del anterior tratado por parte de Cartago, dio a los romanos el pretexto para empezar la tercera Guerra Púnica (149-146

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