México bárbaro John Kenneth Turner
valeriavidana360Síntesis14 de Marzo de 2016
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Personajes principales
John Kenneth Turner, Hermanos Flores Magón, Don Joaquín Peón, reyes del henequén, Porfirio Díaz, yaquis,,
Personajes secundarios
Enrique Cámara Zavala, Manuel Ríos ,Francisco B. Cruz, Rafael Izábal y Luis Torres. Lorenzo Torres, Carlos Romo, Manuel Gándara, José Juan López, Franco Téllez, Eugenio Morales, los hermanos Romo, José y Carlos Manuel Lagunas Miguel Vidal, Daniel T, Rodolfo Pardo, Pedro L. Rodríguez Juan Pereda y Juan Robles Félix Díaz Luis XIV Manuel González, Manuel Romero Rubio
William Randolph Hearst, Harrison Gray Otis, E. H. Harriman, los Rockefeller, los Guggenheim Olegario Molina, José Ives Limantour, , el vicepresidente Ramón Corral, el gobernador Pimentel, el gobernador Landa y Escandón, del Distrito Federal; el gobernador Pablo Escandón, el gobernador Ahumada; el gobernador Cosío, Mercado el gobernador Canedo, el gobernador Cahuantzi Villareal, Roosevelt, Francisco Cañedo, el general Abraham Bandala y Pedro Rodíguez Luis Terrazas Martínez, Cárdenas y Obregón González Luis Villaseñor Ignacio Chávez Guízar Ramón Corona Ignacio Martínez Chantal López y Omar Cortés Jesús y Enrique, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia Bernardo Reyes Rubén Morales, Rivera, Urueta y Lerdo de Tejada, hijo, y el senador José López Portillo , Manuel Martínez de Arredondo, rico agricultor, su sobrino Francisco de Arredondo, cuatro abogados -Pedro Reguera, Antonio Juárez, Enrique Recio y Juan Barrera- así como Marcos Valencia, Amado Cárdenas, Francisco Vidal ,Patricio Leyva Francisco I. Madero José Neira, Justino Fernández, Juan Olivares y Paulino Martínez W. C. Greene, Morgan Guggenheim Rowan Manuel M. Diéguez, Esteban B. Calderón y, Manuel Ibarra Rafael de Zayas Enríquez Joaquín Casasús Pablo Macedo, hermano de Miguel Macedo, Guillermo de Landa y Escandón, William Howard Taft Lázaro Puente, Abraham Salcido, Gabriel Rubio, Bruno Treviño, Carlos Humbert, Leonardo Villarreal Kosterlitzsky, Bonaparte Elizabeth D. Trowbridge Tomás de Espinosa, José A. Rangel, Casimiro H. Regalado, Lauro Aguirre, Rayrnundo Cano, Antonio Araujo, Amado Hernández, Tomás Morales, Encarnación Díaz Guerra, Juan Castro, Prisciliano Silva, José María Martínez, Benjamín Silva, Leocadio Treviño, José Ruiz, Benito Solís, Tomás Sarabia, Práxedis Guerrero Tomás de Espinosa, José A. Rangel, Casimiro H. Regalado, Lauro Aguirre, Rayrnundo Cano, Antonio Araujo, Amado Hernández, Tomás Morales, Encarnación Díaz Guerra, Juan Castro, Prisciliano Silva, José María Martínez, Benjamín Silva, Leocadio Treviño, José Ruiz, Benito Solís, Tomás Sarabia, Guerrero Carmelita Romero Rubio de Díaz, Modesto Díaz , Maximiliano, Benito Juárez, Manuel Gonzalez
México bárbaro John Kenneth Turner
Septiembre de 1908 John Turner periodista se encuentra con cuatro mexicanos universitarios en la prisión de Los Ángeles, éstos se encontraban detenidos por las autoridades de los Estados Unidos bajo la acusación de planear la invasión de una nación amiga, dialoga con ellos sobre el porqué se encontraban conspirando contra el gobierno de Porfirio Díaz.
No creía la magnitud de felonías que en ese tiempo se realizaban día con día en nuestro país y sobre todo en el Estado de Yucatán (Mérida).
-Escucho hablar sobre Esclavos en el territorio mexicano y no creía tal barbaridad, que a esas alturas aun existieran tales susodichos.
Debido a las terribles condiciones en las que permanecía nuestro país, fue entonces cuando meditó y decidió dar un viaje y analizar por sí mismo como se hallaban las circunstancias de esa época. Se encuentra con Lázaro Gutiérrez de Lara distinguido, mexicano de familia a quien también conoció en Los Ángeles, coincidió sobre el mal sistema de gobierno de ese periodo.
Con ayuda de este John tuvo la facilidad de poder moverse de un lugar a otro ya que no conocía México, con el propósito de percatar la verdad por boca de los esclavistas mismos, se incorpora con ellos ocultando sus intenciones. Fue así como supo cómo eran comprados o engañados donde se les embustía tan completamente que salían de Yucatán con la creencia, a medias, de que los esclavos no eran tales; que los 100 mil hambrientos, fatigados y degradados peones eran perfectamente felices y vivían tan contentos con su suerte que sería una verdadera vergüenza otorgarles la libertad y la seguridad que corresponden, en justicia, a todo ser humano.
El papel de la farsa que realizó en Yucatán fue el de un inversionista con mucho dinero que quiere invertir en propiedades henequeneras. Como tal, los reyes del henequén lo recibieron cálidamente, pues antes del pánico de 1907 era política bien entendida y unánimemente aprobada por la Cámara Agrícola, organismo de los agricultores, que no debía permitirse a los extranjeros que comprendieran el negocio del henequén. Esa postura se debía a que las utilidades eran enormes y los ricos yucatecos querían "cortar el bacalao" para ellos solos; pero, especialmente, por el temor de que por mediación de los extranjeros fueran conocidas en el mundo todas sus atrocidades.
El pánico de 1907 arruinó el mercado del henequén por algún tiempo. No sólo refutó con los reyes mismos cada una de las fases de la producción del henequén, sino que mientras quedaba libre de su vigilancia observó las condiciones normales de la vida de millares de esclavos.
El principal entre los reyes del henequén de Yucatán es Olegario Molina. ex gobernador del Estado y secretario de Fomento de México. Sus propiedades, tanto en Yucatán como en Quintana Roo.
Los esclavos eran: 8 mil indios yaquis, importados de Sonora; 3 mil chinos (coreanos) y entre 100 y 125 mil indígenas mayas, que antes poseían las tierras que en ese momento dominaban los amos henequeneros. los primeros mueren en su tierra, pero los yaquis son desterrados y separados de toda su familia.
Los hacendados no llamaban esclavos a sus trabajadores; se refieren a ellos corno "gente" u "obreros", especialmente cuando dialogaban con forasteros; pero cuando lo hacían confidencialmente con John afirmaban que “Si, eran esclavos". Sin embargo, él no aprobó ese calificativo.
Es ahí cuan John pensaba en que La prueba de cualquier hecho hay que buscarla no en las palabras, sino en las condiciones reales.
Esclavitud quiere decir propiedad sobre el cuerpo de un hombre, tan absoluta que éste puede ser transferido a otro: propiedad que da al poseedor el derecho de aprovechar lo quo produzca ese cuerpo, matarlo de hambre, castigarlo a voluntad, asesinarlo impunemente. Tal es la esclavitud llevada al extremo: tal es la esclavitud que encontró en Yucatán.
Los hacendados yucatecos no nombraban esclavitud a su sistema; lo llamaban servicio forzoso por deudas. "No los consideraban dueños de sus obreros; estimaban que ellos estaban en deuda con ellos Y no tenían en cuenta que los compraban o los vendían. sino que transferían la deuda y al hombre junto con ella". Esta era forma en que don Enrique Cámara Zavala, presidente de la Cámara Agrícola de Yucatán, esclarecía la conducta de los reyes del henequén en ese asunto. "La esclavitud está contra la ley; no la nombraban a eso esclavitud", le ratificaron una y otra vez varios hacendados. Tal era el peonaje como existía por todo México.
En su último análisis, era esclavitud; pero los patrones dominaban la policía, y la pretendida distinción se mantenía de todos modos, mientras que en algunas otras zonas de México una parte de los intereses dominantes se oponían al peonaje y, en consecuencia, ejercían cierta influencia que en su práctica lo cambiaban , en Yucatán todos los interesados que dominaban la situación se dedicaban a la explotación del henequén, y cuanto más barato era el obrero, mayores eran las utilidades para todos. Así, el peón se convertía en un esclavo. "La esclavitud es contraria a la ley –decían— Está contra la Constitución". Cuando algo es abolido por la Constitución, podía practicarse con menos tropiezos si se le da otro nombre; pero el hecho era que el servicio por deudas era tan inconstitucional en México como la esclavitud. La pretensión de los reyes del henequén de mantenerse dentro de la ley carecía de fundamento.
La comparación de los siguientes dos artículos de la Constitución mexicana probaba que los dos sistemas se consideraban iguales: "Art. I, Frac. 1. En la República, todos nacen libres. Los esclavos que entren al territorio nacional recobran, por ese solo hecho, su libertad, y tienen el derecho a la protección de las leyes". "Art. Y, Frac. 1 (reformado). A nadie se le obligará a prestar trabajos personales sin la justa remuneración y sin su pleno consentimiento.
El Estado no permitiría el cumplimiento de ningún contrato, convenio o acuerdo que tuviera por objeto la merma, pérdida o sacrificio, irreversible, de la libertad personal, ya sea por motivos de trabajo, educación o votos religiosos. No se tolerará ningún pacto en que un individuo convenga en su proscripción o exilio". De este modo el negocio de los esclavos en Yucatán, llámese como se le llame. siempre resulta inconstitucional. Por otra parte, si se iba a tomar como ley la política del actual Gobierno, el negocio de la esclavitud en México es legal. En ese sentido, los reyes del henequén "obedecían la ley". El problema se encontraba en que, si eran justos o no. Cualquiera que hubiese sido la conclusión, acertada o errónea, no cambiaría ni bien ni mal la lastimosa miseria en que John encontró a los peones de las haciendas henequeneras de Yucatán.
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