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Pedagogia De La Tierra

dayiqmj_6669 de Mayo de 2012

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PEDAGOGIA DE LA TIERRA Y

CULTURA DE LA SUSTENTABILIDAD

Moacir Gadotti

(*)

Por primera vez en la historia de la humanidad, no por efecto de armas nucleares,

pero por el descontrol de la producción, podemos destruir toda la vida del planeta. Es a

esa posibilidad que podemos llamar la era de la exterminación. Pasamos del modo de

producción al modo de la destrucción; tendremos que vivir de ahora en adelante

enfrentando el permanente desafío de reconstruir el planeta. Tenemos quizás un poco

más de 50 años para decidir si deseamos o no destruir el planeta. Los paradigmas

clásicos que orientaron hasta ahora la producción y la reproducción de la existencia en

el planeta pusieron en riesgo no solamente la vida del ser humano, sino todas las formas

de vida existentes en la Tierra. Las alertas se han dado durante varias décadas por

científicos y filósofos desde los años ‘60. Necesitamos de un nuevo paradigma que

tenga como fundamento la Tierra.

Por otra parte, vivimos en una era de la información próspera en tiempo real, de

la globalización de la economía – pero para pocos – de la realidad virtual, de la Internet,

de la eliminación de fronteras entre naciones, de educación a distancia, de oficinas

virtuales, de robótica y de sistemas de producción automatizados y del entretenimiento.

Vivimos el ciberespacio de la formación continuada. Las nuevas tecnologías de

información y de comunicación marcaron todo el siglo XX. Marx sostenía que el

cambio en los medios de producción transformaba el modo y las relaciones de

producción. Eso mismo sucedió con la invención de la escritura, del alfabeto, de la

prensa, de la televisión y hoy está sucediendo con la Internet. El desarrollo espectacular

de la información, ya sea en lo que dice respecto a las fuentes, ya sea la capacidad de

difusión, está generando una verdadera revolución que afecta no solamente la

producción y el trabajo, pero principalmente la educación y la formación.

El escenario está dado: globalización provocada por el avance de la revolución

tecnológica, caracterizada por la internacionalización de la producción y por la

expansión de los flujos financieros; regionalización caracterizada por la formación de

bloques económicos; fragmentación que divide globalizadores y globalizados, centro y

(*) Moacir Gadotti es profesor titular de la Universidad de São Paulo, Director del Instituto Paulo Freire

y autor de varias obras, entre ellas: La educación contra la educación (Paz y Tierra, 1979: Francés y Portugués),

Invitación a la lectura de Paulo Freire (Scipione, 1988: Portugués, Español, Inglés, Japonés e Italiano), Historia

de las ideas pedagógicas (Ática, 1993: Portugués y Español), Pedagogía de praxis (Cortes, 1994: Portugués,

Español y Inglés), Perspectivas actuales de la educación (Artes Médicas, 2000) y Pedagogía de la Tierra

(Petrópolis, 2000). Este artículo es el resultado de diversos debates en encuentros y en congresos y especialmente

en la Conferencia Continental de las Américas, en diciembre de 1998, en Cuiabá (MT) y durante el Primer

Encuentro Internacional de la Carta de la Tierra en la Perspectiva de la Educación, organizado por el Instituto

Paulo, con el apoyo del Consejo de la Tierra y de la UNESCO, del 23 al 26 de Agosto de 1999, en São Paulo y del

I Foro Internacional sobre Ecopedagogía, realizado en la Facultad de Sicología y Ciencias de la Educación de la

Universidad del Porto, Portugal, del 24 al 26 de marzo de 2000. El autor viene acompañando ese tema desde 1992

cuando representó la ICEA (Internacional Community Education Association) en la Rio-92 (Conferencia de las

Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo), llamada de “Cúpula de la Tierra”, que elaboró y aprobó la

Agenda 21. En el Foro Global-92, en la misma época, coordinó, al lado de Moema Viezer, Fabio Cascino, Nilo

Diniz y Marcos Sorrentino, la “Jornada Internacional de Educación Ambiental” que elaboró el “Tratado de

Educación Ambiental para Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global”. Este texto retoma ideas tratadas

en el libro Pedagogía de la Tierra publicado por la Editora Petrópolis de São Paulo.periferia, los que mueren de hambre y los que mueren por el excesivo consumo de

alimentos, rivalidades regionales, enfrentamientos políticos, étnicos y confesionales,

terrorismo.

El término “sustentabilidad” puede no ser muy apropiado para lo que

pretendemos exponer a continuación, que es darle a ese concepto un nuevo significado.

De hecho, es un término “sustentable” que asociado al desarrollo, sufrió un gran

desgaste. Mientras para algunos es solamente un rótulo, para otros se tornó la propia

expresión del absurdo lógico: desarrollo y sustentabilidad serian lógicamente

incompatibles. Para nosotros es más que un calificativo del desarrollo. Va más allá de

la preservación de los recursos naturales y de la viabilidad de un desarrollo sin agresión

al medio ambiente. Implica un equilibrio del ser humano con él mismo y con el

planeta, más aún, con el universo. La sustentabilidad que defendemos se refiere al

propio sentido de lo que somos, de donde venimos y para donde vamos, como seres del

sentido y donantes de sentido de todo lo que nos rodea.

Ese tema deberá dominar los debates educativos de las próximas décadas. ¿Qué

estamos estudiando en las escuelas? ¿No estaremos construyendo una ciencia y una

cultura que sirven para la degradación del planeta y de los seres humanos? La categoría

de sustentabilidad debe ser asociada a la de planetaridad. La Tierra como un nuevo

paradigma. Complejidad, universalidad, y la transdisciplinable aparecen como

categorías asociadas al tema de planetaridad. ¿Qué implicaciones tiene esa visión del

mundo sobre la educación? El tema nos transporta a una ciudadanía planetaria, a una

civilización planetaria, una conciencia planetaria. Una cultura de la sustentabilidad

es también, por tanto, una cultura de planetaridad, o sea, una cultura que parte del

principio de que la Tierra es constituida por una sola comunidad de seres humanos, los

terráqueos, y que son ciudadanos de una única nación.

1. Sociedad sustentable

Nuestra intención es lanzar a continuación el debate a respecto a una Pedagogía

de la Tierra, que comprenda la ecopedagogía y la educación sustentable. Ese debate ya

tuvo su inicio con el nacimiento del concepto de “desarrollo sustentable” utilizado por

primera vez por la ONU en 1979, indicando que el desarrollo podría ser un proceso

integral que debería incluir las dimensiones culturales, étnicas, políticas, sociales, y

ambientales, y no solamente las dimensiones económicas. Ese concepto fue diseminado

mundialmente por los informes del Worldwatch Institute en la década de los 80 y

particularmente por el informe “Nuestro Futuro Común” elaborado por la Comisión de

las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en 1987.

Muchas fueron las críticas hechas a ese concepto posteriormente, en numerosas

ocasiones por su uso reducible y trivialización, a pesar de parecer “políticamente

correcto” y “moralmente noble”. Existen otras expresiones que tienen una base

conceptual común y que son complementarias, tales como: “desarrollo humano”,

“desarrollo humano sustentable” y “transformación productiva con equidad”. La

expresión “desarrollo humano” tiene la ventaja de situar el ser humano en el centro del

desarrollo. El concepto de desarrollo humano, cuyos ejes centrales son “equidad” y

“participación”, es un concepto aún en fase evolutiva y que se opone a la concepción

neoliberal del desarrollo. Concibe la sociedad desarrollada como una sociedad

equitativa que será lograda a través de la participación de las personas.

Como el concepto de desarrollo sustentable, el concepto de desarrollo humano

es mucho más amplio y, algunas veces, aún un poco vago. Las Naciones Unidas, en los

2últimos años, pasaron a usar la expresión “desarrollo humano” como indicador de

calidad de vida basada en índices de salud, longevidad, madurez psicológica,

educación, ambiente limpio, espíritu comunitario y entretenimiento creativo, que son

también los indicadores de una sociedad sustentable, o sea, una sociedad capaz de

satisfacer las necesidades de las generaciones de hoy sin comprometer la capacidad ni

las oportunidades de las generaciones futuras.

Las críticas al concepto de desarrollo sustentable y a la propia idea de

sustentabilidad parten del hecho que el ambientalismo trata separadamente los asuntos

sociales y los asuntos ambientales. El movimiento conservacionista apareció como una

tentativa elitista de los países ricos en el sentido de reservar grandes áreas naturales

preservadas para su entretenimiento y contemplación, la Amazonía, por ejemplo. No era

una preocupación por la sustentabilidad del planeta, pero sí por la continuidad de sus

privilegios, en contraste con las necesidades

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