Proceso de reorganización nacional.

del 22 de diciembre de 1978.En Argentina y en Chile se viven horas de tensión y angustia.A ambos lados de la Cordillera gobiernan dictaduras sangrientas enfrentadas en una disputa territorial por las islas del Canal de Beagle.Con las negociaciones estancadas,el inicio de la guerra es cuestión de horas,y las tropas desplegadas a lo largo de la frontera se preparan para el enfrentamiento.Luego de una larga reunión con la Junta de Comandantes,el presidente Videla ordena la ejecución del Operativo Soberanía.Minutos después,la flota argentina avanzamsobre el Estrecho de Magallanes con el objetivo de desembarcar en las islas,pero el mal tiempo impide que los barcos de los dos países se encuentren en el mar y comience la guerra.Al día siguiente,el Gobierno argentino acepta la mediación ofrecida por el Vaticano.El plan de los altos mandos militares de llevar adelante un conflicto bélico territorial ha fracasado.Pero todo indica que están dispuestos a volver a intentarlo.

El 24 de marzo de 1976,en un rápido operativo,tropas del Ejército ocupan las principales ciudades del país,ingresan en los edificios gubernamentales y detienen a cientos de dirigentes políticos,estudiantiles y sindicales.De esta manera,las Fuerzas Armadas toman el control del Gobierno y dan inicio al denominado Proceso de Reorganización Nacional.La noticia del golpe de Estado no causa sorpresa.La crisis institucional,la violencia política y la debacle económica que vive el país son la excusa perfecta para poner fin al gobierno constitucional de Isabel Perón.En ese contexto, la nueva dictadura no encuentra resistencia de la población civil,que parece recibir con alivio su llegada.Una vez en el poder,los jefes militares ponen en marcha un extenso plan que incluye profundas reformas sociales, económicas y políticas y que tiene como objetivo final cambiar de raíz a la sociedad argentina.Desde un comienzo,obtienen el respaldo de importantes sectores civiles,como los grandes empresarios,los grupos financieros,los terratenientes y la mayor parte de la jerarquía de la Iglesia católica.

Su apoyo público

es de gran importancia para llevar a cabo muchas de las medidas planificadas,especialmente una considerada estratégica:la lucha contra la subversión.Luego del golpe,

el concepto de "subversivo"ya no es aplicado solamente a los integrantes de las organizaciones guerrilleras,sino a cualquier ciudadano sospechoso de oponerse a las políticas militares.Es así como las Fuerzas Armadas ponen en marcha un verdadero plan integral de represión,ensayado primero durante el Operativo Independencia,en Tucumán,y luego implementado de manera organizada y sistemática en todo el país.El accionar represivo está íntimamente ligado al proyecto económico del Proceso.Para llevarlo adelante,la Junta Militar designa como ministro de Economía a José Alfredo Martínez de Hoz,ejecutivo de grandes empresas multinacionales y miembro de una tradicional familia argentina.El nuevo funcionario considera fundamental para el éxito económico contar con sindicatos dóciles y con una clase obrera desmovilizada.Con esto garantizado,Martínez de Hoz aplica una serie de reformas ultraliberales que afectan seriamente la producción nacional y perjudican a la clase trabajadora.A pesar de la represión

y de las medidas económicas,el Gobierno goza de una gran popularidad y sus integrantes reciben muestras de afecto en cada una de sus apariciones públicas.Si bien antes del golpe las organizaciones guerrilleras ya estaban prácticamente derrotadas,recién a mediados de 1977 las Fuerzas Armadas comienzan a reconocer la situación.

Con el correr de los meses,los secuestros y desapariciones se cuentan por miles y la represión indiscriminada se hace cada vez más difícil de ocultar.Muchos de los familiares de las víctimas que buscan información sobre sus seres queridos comienzan a organizarse y a hacer públicos sus reclamos.Reciben el apoyo de varias asociaciones civiles que publican solicitadas en los diarios y presentan hábeas corpus y listas de desaparecidos en la Justicia.En forma paralela,grupos de exiliados e integrantes de los organismos de derechos humanos denuncian en el mundo el horror que se vive en los centros clandestinos de detención.El Gobierno de Estados Unidos,varios países europeos y organismos como la ONU,la OEA y Amnesty International se hacen eco de las graves denuncias a las violaciones de los derechos humanos y critican públicamente a la Junta.Las presiones internacionales no se hacen esperar y las relaciones con esos gobiernos y organismos se resienten.Para 1978,

las Fuerzas Armadas dan por concluida la lucha contra la subversión.De esta manera,enfocan todos sus esfuerzos en contrarrestar la mala imagen que tiene el Gobierno en el exterior.Parte central de este operativo es la realización del Mundial de Fútbol Argentina 78.

Luego del triunfo en el Mundial,

y con la guerrilla derrotada,la Junta Militar encuentra en los conflictos territoriales una forma de trasladar la tensión que se vive por las disputas internas entre los militares y el impacto negativo que tiene el plan económico en importantes sectores de la población.Una antigua disputa con Chile

por la soberanía de las islas,

ubicadas en el Canal de Beagle,se convierte en la oportunidad para concretar las ambiciones expansionistas de los jefes militares.En julio de 1971, los presidentes de Chile y de Argentina,Salvador Allende y Agustín Lanusse,habían firmado en la provincia de Salta un acuerdo por el que sometían a una corte arbitral la resolución de la soberanía sobre las islas en disputa.

En mayo de 1977,el tribunal dictaba una sentencia ratificada por la reina Isabel II de Inglaterra.

El fallo, que le otorgaba

la mayor parte de las islas y de los derechos oceánicos a Chile,es declarado nulo por el Gobierno argentino.A partir de ese momento,las relaciones entre ambos países se deterioran días tras día hasta llegar al borde de la guerra.En medio de las confrontaciones

internas entre los altos mandos de las Fuerzas Armadas argentinas,el sector duro y belicista encuentra en este conflicto la oportunidad para ganar terreno frente al sector blando.Mientras las tropas de ambos países se movilizan a lo largo de los Andes,Videla y Pinochet se reúnen en Mendoza,sin llegar a ningún acuerdo.Para finales de 1978,la guerra parece inevitable.Presionado por los generales duros,el 22 de diciembre Videla ordena la invasión a Chile.Sin embargo,las malas condiciones climáticas y el ofrecimiento de una mediación papal detienen el operativo a último momento.

Ante los insistentes reclamos del Gobierno

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