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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL.


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  8.067 Palabras (33 Páginas)  •  153 Visitas

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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN SOBRE EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL.

Introducción

El objetivo del presente trabajo monográfico apunta a analizar las causas del golpe de Estado de 1976. Puntualmente, la hipótesis está orientada a demostrar que en el país se vivió en un clima de violencia social.

Entendemos que este tema es de suma importancia ya que diez años después del golpe de Estado que llevó al poder a Onganía, y a solo tres años de la recuperación democrática de 1973, las Fuerzas Armadas volvieron a ocupar el gobierno quien dicho presidente fue Jorge Rafael Videla, comandante del Ejército.

El análisis de la temática se realizará desde una perspectiva disciplinaria histórica, política, económica y social.

La metodología de investigación a utilizar es la del método hipotético deductivo. A tal fin, hemos dividido la monografía en cuatro capítulos, que nos permitirán internalizar la problemática propuesta, desde un abordaje general al estudio de casos en particular.

En el capítulo I, trabajaremos el contexto histórico de la dictadura militar en Argentina, ya que nos permitirá conocer más ampliamente la historia en todos los puntos de vista.

En el capítulo II, analizaremos el contexto económico, como la ocupación militar de grandes fábricas y empresas estatales.

En el capítulo III, tratará sobre la política, la prohibición de partidos políticos, etc.

Y, finalmente, en el capítulo IV, se hablará en el ámbito social, la represión, los 30.000 desaparecidos, etc.

Finalmente, en las conclusiones se sintetizaran los aspectos más relevantes analizados en los sucesivos capítulos que apunten a demostrar la hipótesis planteada.

Capítulo I – Contexto Histórico.

Reseña histórica de la dictadura militar Argentina

Los golpistas tomaron el poder en un contexto de violencia creciente, caracterizado por acciones de terrorismo de Estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas y el grupo parapolicial Triple A y la actuación de organizaciones guerrilleras como Montoneros (de tendencia peronista) y el ERP (de orientación marxista-guevarista).

El argumento explícito de los militares era que perseguían el propósito de terminar con el "desgobierno", la "corrupción" y el "flagelo subversivo":

Agotadas todas las instancias de mecanismo constitucionales, superada la posibilidad de rectificaciones dentro del marco de las instituciones y demostrada en forma irrefutable la imposibilidad de la recuperación del proceso por las vías naturales, llega a su término una situación que agravia a la Nación y compromete su futuro. Nuestro pueblo ha sufrido una nueva frustración. Frente a un tremendo vacío de poder, capaz de sumirnos en la disolución y la anarquía, a la falta de capacidad de convocatoria que ha demostrado el gobierno nacional, a las reiteradas y sucesivas contradicciones demostradas en las medidas de toda índole, a la falta de una estrategia global que, conducida por el poder político, enfrentara a la subversión, a la carencia de soluciones para el país, cuya resultante ha sido el incremento permanente de todos los exterminios, a la ausencia total de los ejemplos éticos y morales que deben dar quienes ejercen la conducción del Estado, a la manifiesta irresponsabilidad en el manejo de la economía que ocasionara el agotamiento del aparato productivo, a la especulación y corrupción generalizadas, todo lo cual se traduce en una irreparable pérdida del sentido de grandeza y de fe, las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de una obligación irrenunciable, han asumido la conducción del Estado. Una obligación que surge de serenas meditaciones sobre las consecuencias irreparables que podía tener sobre el destino de la Nación, una actitud distinta a la adoptada.

Esta decisión persigue el propósito de terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo, y sólo está dirigida contra quienes han delinquido y cometido abusos del poder. Es una decisión por la Patria, y no supone, por lo tanto, discriminaciones contra ninguna militancia cívica ni sector social alguno. Rechaza por consiguiente la acción disociadora de todos los extremismos y el efecto corruptor de cualquier demagogia. Las Fuerzas Armadas desarrollarán, durante la etapa que hoy se inicia, una acción regida por pautas perfectamente determinadas. Por medio del orden, del trabajo, de la observancia plena de los principios éticos y morales, de la justicia, de la realización integral del hombre, del respeto a sus derechos y dignidad. Así la República llegará a la unidad de los argentinos y a la total recuperación del ser nacional, metas irrenunciables, para cuya obtención se convoca a un esfuerzo común a los hombres y mujeres, sin exclusiones, que habitan este suelo, tras estas aspiraciones compartidas, todos los sectores representativos del país deben sentirse claramente identificados y, por ende, comprometidos en la empresa común que conduzca a la grandeza de la Patria.

Al contraer las Fuerzas Armadas tan trascendente compromiso formulan una firme convocatoria a toda la comunidad nacional. En esta nueva etapa hay un puesto para cada ciudadano. La tarea es ardua y urgente, pero se la emprende con el absoluto convencimiento de que el ejemplo se predicará de arriba hacia abajo y con fe en el futuro argentino.

La conducción del proceso se ejercitará con absoluta firmeza y vocación de servicio. A partir de este momento, la responsabilidad asumida impone el ejercicio severo de la autoridad para erradicar definitivamente los vicios que afectan al país. Por ello, a la par que se continuará sin tregua combatiendo a la delincuencia subversiva, abierta o encubierta, se desterrará toda demagogia. No se tolerará la corrupción o la venalidad bajo ninguna forma o circunstancia, ni tampoco cualquier transgresión a la ley en oposición al proceso de reparación que se inicia.

Las Fuerzas Armadas han asumido el control de la República. Quiera el país todo comprender el sentido profundo e inequívoco de esta actitud para que la responsabilidad y el esfuerzo colectivo acompañen esta empresa que, persiguiendo el bien común, alcanzará con la ayuda de Dios, la plena recuperación nacional.17

  • Jorge Rafael Videla, Tte. Gral., Comandante Gral. del Ejército;
  • Emilio Eduardo Massera, Almte., Comandante Gral. de la Armada;
  • Orlando Ramón Agosti, Brig. Gral., Comandante Gral. de la Fuerza Aérea.

La violencia política, que se venía incrementando significativamente desde fines de los años sesenta, fue la principal justificación utilizada por los golpistas para derrocar al gobierno constitucional. En ese sentido se pronuncia el profesor García cuando considera que la decisión de Montoneros de convertirse en un auténtico ejército regular clandestino en 1975 y su búsqueda de la confrontación directa con las Fuerzas Armadas a mediados de ese mismo año —con algunos éxitos iniciales — convenció a los militares de que necesitaban controlar el Estado y exterminar físicamente a los guerrilleros para vencerles. Sin embargo, otros analistas afirman que dicha justificación encubría la voluntad de imponer en el país un régimen económico neoliberal, a tono con los requerimientos y exigencias que planteaban en esos momentos el Fondo Monetario Internacional y los Estados Unidos a los países latinoamericanos. El escritor integrante de la organización Montoneros, Rodolfo Walsh escribió:

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