Retrospectiva histórica de México.

Introducción

En México han ocurrido diversos movimientos y acontecimientos importantes dentro de su historia, así como también ha sufrido cambios y evoluciones tanto para bien como para mal.

Es por eso que tenemos la obligación (por así decir) de conocer nuestro país y sus historias, desde el México prehispánico hasta el que conocemos hoy en día.

Las transformaciones que ha sufrido nuestro país son varias y diferentes, pero todas han servido para seguir evolucionando y tratar ser un mejor lugar e independiente.

Los pueblos prehispánicos nos dejaron sus riquezas y son la fuente de nuestras diversas culturas, pero no es el único proceso que nos ha dejado algo de valor e importancia.

La época colonial, la independencia, la revolución y el México por revolución son claros ejemplos de esfuerzo, de lucha y de valor, es por eso que nos adentraremos un poco en los temas anteriormente mencionados haciendo una breve síntesis de cada uno de ellos retomando los puntos más importante y que son merecedores de estudiar y recordar.

Los pueblos prehispánicos.

México prehispánico es un período de la historia del país anterior a la conquista y colonización española en donde se originan las primeras culturas de nuestro país y que reconoce la superioridad de tres civilizaciones: la inca, la maya y la azteca.

Las civilizaciones precolombinas mexicanas son las de mayor desarrollo cultural de las américas y sus principales culturas son la Olmeca, Teotihuacana, Tolteca, Zapoteca, Maya, Azteca, Mixteca, pueblos chichimecas, entre otras.

La colonia

Este periodo histórico inicia en el siglo XVI con la llegada de Hernán Cortez al imperio Mexica y termina con la Guerra de Independencia y proclamación de la primera República Mexicana.

Durante este periodo, México formo parte del virreinato de la Nueva España que era dirigido por un virrey que las autoridades españolas elegían.

Gracias a esto, México cambió radicalmente su estructura política, religiosa, cultural, económica y social de acuerdo a los valores de los europeos negando por completo las tradiciones e instituciones creadas por los originarios del lugar.

La sociedad de la colonia tenía una distinción racial entre sus ciudadanos dividiéndose en una pirámide en donde colocaban a los indígenas en uno de los eslabones mas bajos, después de los esclavos negros, después estaban los blancos nacidos en suelo americano y por encima de todos estaban los blancos, provenientes de Europa.

Ya que al principio no habían suficientes mujeres blancas los europeos se hicieron de varias amantes indígenas con las que tuvieron hijos que nunca reconocieron, es así como surgieron un conjunto de “castas” que diferenciaban a los ciudadanos según su origen.

Los blancos peninsulares eran nacidos en Europa, dueños de las tierras y ocupaban la más alta jerarquía política. Sólo ellos podían ser nombrados para cargos públicos.

Los mestizos eran descendientes de la unión de blanco con india. De las clases no blancas, eran los que mejor posicionados estaban.

Indígenas, habitantes de los pueblos precolombinos o sus descendientes, que no eran esclavos como los negros, pero sí limitados a labores de servicio. Y los negros que eran esclavos africanos que ocupaban el peldaño inferior de la pirámide.

Su economía era extractiva, casi todo lo obtenido era despachado a Europa a través de los puertos de Veracruz y Acapulco.

Los europeos despojaron a los indígenas de sus culturas y su idioma dando impulso a la religión católica creando diversa iglesias y templos sobre las ruinas de las culturas indígenas. Esto también dio lugar a la Santa Inquisición.

La invasión de España por los franceses y la salida de Fernando VII del trono produjeron el vacío de poder, lo que en el caso de la Nueva España se inició en 1810 con el Grito de Dolores dando fin a la época colonial.

La independencia de México

Este periodo comienza la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo da el llamado “Grito de Dolores” y termina el 27 de septiembre de 1821 (11 años después) con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México.

El objetivo principal de este movimiento era liberar a nuestro territorio de los españoles y olvidar por completo el término virreinato.

Este movimiento se divide en cuatro etapas; la primera abarca desde el Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de Calderón (en el actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811). La gente, dirigida por Hidalgo, peleaba más con fuerza que con estrategia. En este momento, cuando el cura de Dolores llegó a su cita con la historia en el Puente, sus fuerzas se calculan en alrededor de cien mil hombres (entre criollos, indios, mestizos y gente de las castas). Mientras que los realistas, soldados leales al virrey y a la corona española, debían rondar entre los 50 mil efectivos.

En la segunda etapa entra en escena José María Morelos y Pavón. Éste va desde principios de 1811 hasta la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco (en agosto de 1813). Durante este tiempo los insurgentes tuvieron varios triunfos gestionando el primer Congreso de Anáhuac de la actual República Mexicana.

La tercera etapa se caracteriza por un gran desorden. Con la muerte del “Siervo de la Nación” creando un vacío en el mando insurgente donde los realistas aprovechan para recobrar fuerzas y obtener el mando y sólo unas cuantas partidas, como la que comandaba Vicente Guerrero (en el sur), siguieron en pie de lucha. Este periodo acaba en febrero de 1821 con el trascendental “Plan de Iguala”.

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