Revolución en marcha y la polarización de la sociedad

Revolución en marcha y la polarización de la sociedad

Los inicios de la transición

Cuando llego Enrique Olaya Herrera (1930-1934) a la presidencia se puso en la tarea de mitigar los severos efectos causados por la Gran Depresión del 29, tras el desplome de las bolsas internacionales, había sumido el mundo entero en una profunda crisis socioeconómica. Ya que se redujo drásticamente las ventas de las exportaciones de café, tanto el sector oficial como el privado, cortos de recursos.

Olaya impulso las obras publicas en especial al de las carreteras, apoyaba las leyes proteccionistas establecidas a finales de la hegemonía conservadora con el fin de ayudar la industria nacional , Olaya pretendía generar nuevas fuentes de trabajo, quería modernizar la vida política para ello creo la cédula de ciudadanía para que no existiera el fraude que se veía en ese entonces y por otro lado del do cabida a la nuevas generaciones que provenían en especial de las clases media que en muchos casos debían su posición por sus méritos personales.

Olaya mostro cierta preocupación por la situación jurídica de la mujer, la cual le negaban la posibilidad de manejar sus bienes inmuebles una vez se casara, reconoció una serie de peticiones que los trabajadores y sus representantes venían solicitando desde tiempo atrás, como las vacaciones remuneradas y la jornada laboral de ocho horas. En este periodo hubo dos importantes puntos para el Gobierno Liberal como fue el caso de la cuestión agraria y de las relaciones Estado- Iglesia, para el primer punto se limitó a repartir algunas hectáreas que provenían de unas cuantas haciendas previamente adquiridas por el Estado y fomento los préstamos a los campesinos mediante la creación de la Caja de Crédito Agrario. En cuanto al segundo punto Olaya no quería ninguna iniciativa que pudiera afectar el interés del clero.

La revolución en marcha

Se conoce como revolución en marcha al primer periodo presidencial de Alfonso López Pumarejo que fue de 1938 a 1942. Esto debido a las grandes reformas acordes a los nuevos tiempos con el fin de modernizar el país. Pumarejo no dudaba en criticar las elites tradicionales que solo se preocupaban por mantener regímenes oligarcas. Su gobierno afirmaba que estaría al servicio de una república liberal y social.

La revolución en marcha buscaba superar el atraso en diferentes ámbitos que tenía el país.

A pesar de que se presentaban varios rasgos favorables el desarrollo industrial era inferior a algunos países vecinos. para Pumarejo los bajos resultados de la industria nacional se explicaban principalmente por la mano de obra no especializada y por el atraso tecnológico.

Por consiguiente, la revolución en marcha se caracterizó por los cambios en materia social, de educación e infraestructura.

Entre sus principales aportes esta:

-limites: incluyo el archipiélago de san Andrés y providencia y demás islas en los límites de la republica

-igualdad jurídica: que los extranjeros gocen de los mismos derechos que los colombianos, excepto derechos políticos

-propiedad: garantizo la propiedad privada como una función social que implica obligaciones.

-intervención del estado: dispuso que este pudiera intervenir por medio de leyes de explotación de las industrias y empresas públicas con el fin de racionalizar la producción, distribución y consumo de las riquezas o de dar al trabajador la justa protección a la que tiene derecho.

-Libertad de conciencia: se garantizó la libertad de culto

-Educación: educación escolar obligatoria y gratuita.

          Carrera de profesor por concurso

Una revolución a medias

La mayor parte de las reformas impulsadas por el Gobierno no llegaron a concluirse fue el caso de los que se identificaban con el “feminismo”, a las mujeres se les dio el derecho a ingresar a la universidad, así como la eliminación de algunas cláusulas discriminatorias en las relaciones conyugales, en cuanto a los  asuntos políticos, la mujer siguió igualmente excluida los pocos avances de los derechos de la mujer se explican por la actitud conservadora de los propios liberales.

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