Tendencias Políticas

El 4 de mayo de 1809 se celebraron en Puerto Rico las primeras elecciones de su historia para escoger un diputado que representara a la Isla en la Junta de Gobierno del Reino. Salió electo Ramón Power y Giralt quien en 1812 llegó a ser primer vicepresidente de las Cortes de Cádiz. En épocas pasadas las tendencias políticas en la Isla eran tres. Éstas eran el liberalismo, que promovía para la Isla un gobierno propio con las mismas prerrogativas políticas y económicas que cualquier provincia española y por ende ser una de ellas, el conservadurismo, que defendía el status de administración colonial de siempre con los destinos regidos totalmente desde la Madre Patria y el separatismo que, siguiendo el ejemplo dado por otras colonias hispanoamericanas, buscaba la ruptura total con la metrópoli. De modo que, son tres perspectivas totalmente distintas que tenía como objetivo un estatus para Puerto Rico y se enfocaban en diferentes peticiones.

Las principales diferencias son: Los conservadores, apoyaban la monarquía española, eran anti-separatistas, percibían el autonomismo como separatismo velado, enfatizaban el orden garantizado por España, fueron anti-estadounidenses. Se oponían a la libertad de imprenta, la elección popular de los alcaldes, la abolición de la esclavitud y el sufragio universal. Estaba compuesto por españoles, comerciantes y funcionarios de gobierno. Los liberales, apoyaban el gobierno constitucional en España, buscaban representación en las Cortes españolas, reclamaban libertad de prensa y asociación, pedían el sufragio universal, apoyaban el gobierno constitucional, muchos fueron abolicionistas y hubo dos vertientes: una autonomista y otra anexionista. Estaba compuesto por los hacendados criollos, los pequeños agricultores, los ganaderos, los comerciantes nativos, los profesionales, los industriales (más tarde) y la pequeña clase media urbana (más tarde). Asimismo, estaban los separatistas el cual componía un movimiento ilegal en todo el siglo XIX. Muchos individuos estuvieron ligados al movimiento abolicionista, anti-españoles, algunos participaron en las revoluciones de independencia de América y en la guerra de independencia de Cuba. Sus manifestaciones fueron clandestinas y culminaron en el Grito de Lares de 1868. Su composición social o base de poder eran los hacendados criollos, los pequeños agricultores, los ganaderos, los comerciantes nativos y los profesionales.

La tensión entre el constitucionalismo y el absolutismo en España tuvo un gran efecto en Puerto Rico. La política española del siglo XIX se concentró en las luchas entre los Liberales y los Conservadores. Hubo 9 años de constitucionalismo y 91 años de absolutismo. Ambas posturas tuvieron sus equivalentes en Puerto Rico, aunque no se convirtieron en partidos políticos hasta la década de 1870. No había partidos políticos, pero sí había elecciones para algunos puestos de la administración colonial y la diputación provincial. Los candidatos se identificaban con una de las dos visiones de gobierno: conservadores y liberales; la visión separatista no figuraba de manera oficial

La mayoría de los liberales habían favorecido la asimilación con España. De los dos partidos políticos fundados a comienzos de la década de 1870, el Partido Liberal Reformista fue el primero en organizarse en noviembre. Los Conservadores formaron el denominado Partido Incondicional Español, que duró hasta el fin del régimen español en Puerto Rico. Los Liberales adoptaron el nombre de Partido Liberal Reformista. Desde el primer momento se manifestaron en dos tendencias: unos favorecían las reformas hacia la autonomía regional, liderado por Román Baldorioty de Castro; y los otros favorecían las reformas en asimilación con la madre patria, encabezado por José de Celis Aguilera. Durante los gobiernos que sucedieron en España después de 1868, el Partido Liberal Reformista mantuvo distintas alternativas, asimilista, federalista y autonomista, según la situación prevaleciente bajo los diversos gobiernos que se sucedían en España.

El movimiento del liberalismo puertorriqueño culmina en la memorable asamblea de Ponce de 1887 cuando se fundó el Partido Autonomista Puertorriqueño, que unió firmemente a la familia puertorriqueña en sus anhelos y demandas de gobierno autonómico bajo la bandera española. Algunos peninsulares españoles de ideas liberales abrazaron la causa de los puertorriqueños. Muerto Román Baldorioty de Castro, y pendiente el país de los vaivenes de la política y de los gobiernos españoles, prevalecieron siempre dentro del liberalismo puertorriqueño dos diversas tendencias: los autonomistas, inclinados más al republicanismo español, y los autonomistas asimilistas que favorecían las reformas bajo la monarquía. Los autonomistas proponían la concesión de un gobierno propio a la Isla, pero estaban divididos en cuánto a qué modelo

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