Transformación De La Sociedad En La Historia
moreno67624 de Junio de 2011
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revolución
52 / El Viejo Topo
Juramento de Bolívar de salvar America
revolución
El Viejo Topo / 53
Bolívar y el socialismo
del siglo XXI
texto de Higinio Polo
n la búsqueda de la alternativa al actual e injusto modelo de sociedad, bueno será recordar
ideas emancipadoras que han llegado a encarnarse en procesos reales de cambio y
por tanto se han transformado en hecho social: la revolución francesa, la lucha por la
independencia de América Latina, las revoluciones socialistas del siglo XX y la actual revolución
bolivariana en Venezuela.
E
En cada uno de esos procesos podemos detectar una
serie de características comunes:
a) Surgen de una crisis económica, social e ideológica
de la sociedad anterior. La vieja estructura muestra su
inviabilidad y la sociedad reclama nuevas formas de
organización.
b) Existe previamente una propuesta ideológica
nueva, que impide que pueda sostenerse que la crisis
tiene una causa accidental (mal rey, mala cosecha, etc.)
y empuja a la sociedad a romper con el fatalismo de
que no existe nada nuevo bajo el Sol.
c) El proceso de cambio implica un proceso de acción
destructiva de lo viejo.
d) En este contexto se consolida una nueva forma de
organización social, sobre la base de las concepciones
ideológicas previas pero también en función de cómo
estas se pueden aplicar en la práctica. Se abre un proceso
de experimentación social que consolida una
nueva propuesta organizativa, que difiere parcialmente
de los planteamientos iniciales
e) Este proceso de creación social está condicionado
por la reacción interna y externa a los cambios y por la
necesidad de construir una organización coherente en
relación a los medios culturales y económicos disponibles.
f ) La Revolución se consolida y se reinterpreta teóricamente
para justificar su forma final.
La herencia de la Revolución francesa
La Revolución Francesa fue una enorme convulsión
social en la que emergieron ideas y propuestas que
removieron el viejo orden y abrieron las puertas de la
libertad y emancipación humana hacia un horizonte
que iba mucho más allá de los resultados que finalmente
se obtuvieron.
Fue una revolución burguesa, pero como diversos
autores han apuntado, muy particular. Las condiciones
históricas no permitieron un cambio negociado entre
aristocracia y burguesía como en Inglaterra, porque la
crisis del trigo (que movilizó efectivamente por hambre
a las clases populares), no permitía a la aristocracia
reconvertir sus explotaciones feudales en capitalistas.
Frente a esa resistencia, la burguesía tuvo que aceptar
la movilización de las clases populares (sans culottes)
para desplazar violentamente a la nobleza, que no aceptaba
negociar la perdida del diezmo y sus privilegios
jurídicos en un contexto de crisis. Sin embargo una vez
las capas populares estuvieron movilizadas y percibieron
que podían literalmente cortar la cabeza de quien
siempre les había mandado, reformularon sus aspiraciones
de manera mucho más ambiciosa.
Estos grupos percibieron que no sólo eran explotados
por la nobleza, sino que los especuladores, los rentistas,
los acaparadores, formaban parte de los explotadores
aunque no fueran de sangre noble. Por las razones
antes expuestas, durante un tiempo la burguesía se
radicalizó, desplazando a los girondinos (partidarios
de la negociación con el rey) por los jacobinos, que se
apoyaron en las clases populares y aceptaron ciertas
medidas socializadoras (impuestos, precios máximos,
requisas) de manera coyuntural, para poder imponerse
militarmente a una nobleza que se resistía ferozmente
a los cambios, porque a diferencia de Inglaterra le era
muy difícil convertirse en propietarios capitalistas. En
ese periodo aparece por primera vez una corriente
socialista autónoma de los jacobinos, con los sectores
agrupados bajo Hèbert.
Un aspecto muy relevante de ese periodo es el recurso
al Terror. La inseguridad en las fronteras se resuelve
recurriendo a una “Dictadura” transitoria para liquidar
a la nobleza conspiradora, pero ese Terror anula también
las formas democráticas de participación y convierte
la lucha política en una lucha de lideres jacobinos
contra reaccionarios, prescindiéndose de la iniciativa
popular. La burguesía utilizó su poderoso Comité
de Seguridad Pública para anular los Tribunales
Populares, la lucha abierta de ideas de los clubs políticos
y la prensa. De hecho el Terror llevó la revolución al
terreno de las nuevas élites, haciéndola pasar de las
calles a los comisarios y prefectos.
En ese contexto de desmovilización, una vez la burguesía,
que era hegemónica entre los jacobinos, vio que
tenía la situación controlada frente a la nobleza y la
iglesia, pasó a aplicar el Terror sobre los Herbistas y
empezó a ejecutarles. Para mantener las formas a Hèbert
se le ejecutó junto a Danton (dirigente girondino),
para dar la imagen de aplicar equitativamente el Terror
hacia la derecha y la izquierda.
Pero Robespierre, dirigente de los jacobinos, hizo un
mal cálculo con la liquidación de los dirigentes populares,
porque una vez liquidada la izquierda, la gran
burguesía ya no necesitó a los jacobinos. A los pocos
meses sobrevino la reacción Termidoriana y fue Robespierre
quien a su vez acabó pasando por la guillotina.
Es tras ese periodo donde surge con fuerza la voz de
Babeuf, quien recogiendo sistemáticamente la difusa
ideología de Hèbert planteará la necesidad de una
nueva revolución que complete la obra iniciada en
1789 estableciendo una sociedad comunista. Así planteará
la abolición de la herencia y una profunda reforma
agraria que convierta en iguales a los ciudadanos y
por tanto radicalice la democracia hasta la igualdad.
Babeuf ocupa un destacado lugar en los primeros capítulos
de las historia del movimiento y pensamiento
socialista.
Napoleón1 cerró los clubs políticos que difundían
abiertamente las ideas de Babeuf y este pasó a la clandestinidad.
En ella surge otra innovación de Babeuf, su
táctica conspirativa. Esta se basaba en articular una
estructura piramidal dirigida por un Comité de 7 personas,
que preparaba una insurrección armada2. Su
técnica insurreccional se basa en una preparación muy
cuidada de toda la operación como acción militar a
cargo de un grupo clandestino de activistas comprometidos,
que pretendían tomar la dirección de las
masas. Los iguales se organizaron en células independientes
entre sí, cuyos miembros desconocían a los de
otras células, apelaron directamente a la clase obrera
de París utilizando el periódico como mecanismo de
propaganda, formaron células en los barrios, pueblos,
ejército y policía. Desde entonces los métodos de Babeuf
quedarían como modelo para la revolución socialista:
Blanc, Blanqui o Lenin se inspiraron en la idea de
hacer la revolución por medio un partido firmemente
estructurado que crease las condiciones ideológicas y
organizativas del cambio.
Una segunda contribución de Babeuf es su plan de
acción a aplicar tras el triunfo de la revolución. Frente
a los socialistas utópicos posteriores que confían en el
automatismo espontáneo social, Babeuf cree que la
tarea de transformación de la sociedad sólo puede ser
ejecutada por una dictadura revolucionaria, provisional,
que tiene como fin asegurar la transición a una auténtica
situación de igualdad. Una vez distribuida la
riqueza y consolidada la igualdad entre las personas, la
Dictadura daría paso a una amplia democracia. Esta
idea seria recogida por autores como Marx y Lenin, que
formularán en un sentido parecido su concepto de
Dictadura del Proletariado como forma de gobierno
transitorio para las revoluciones en que se verán implicados
(Comuna de París en 1871 y la Revolución Rusa
en 1917).
revolución
54 / El Viejo Topo
Babeuf quiere instaurar la felicidad,
es decir, la igualdad en el goce
de los bienes.
Babeuf quiere instaurar la felicidad, es decir, la igualdad
en el goce de los bienes. Hay que instaurar la igualdad
económica y, sobre ella, la igualdad política. La
idea fundamental es la distinción aprendida del feudalismo
entre dominio directo y dominio útil. Aquél ha de
ser un dominio de la sociedad. Hay que construir, por
tanto, la propiedad colectiva de la tierra. Para ello la
dictadura provisional comenzará por incautarse de los
bienes pertenecientes a los emigrados y los enemigos
de la república, y procederá a una redistribución de la
riqueza. Esto preparará al pueblo
...