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Analisis de "La comadre de Barh" de Geoffrey Chaucher

SeelbaaEnsayo24 de Enero de 2016

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BREVE COMENTARIO SOBRE EL CUENTO
“LA COMADRE DE BATH” DE GEOFFREY CHAUCER

-Selba Guersenzvaig, 2015-

1. Presentación

Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado.
Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo quiero evitárselos
(I Corintio 7: 28)

El matrimonio y sus consecuencias morales, sociales, políticas, económicas y personales han sido un concepto sustancial a lo largo de la historia. Indudablemente, en el ámbito cristiano-medieval ha supuesto un tema central, como veremos a continuación con el cuento “La comadre de Bath”, y el prólogo de éste. Redactado a finales del siglo XIV[1] por Geoffrey Chaucer, el relato se ubica en la obra conocida como The Canterbury tales, originalmente llamada Tales of Caunterbury, pues se redactó primeramente en inglés medio[2].

The Canterbury tales es una colección de 24 historias enmarcadas por una situación común, aportando así un concepto unitario entre ellas. Se observa aquí la influencia de la estructura del Decamerón de Boccaccio, que también parte de un primer nivel narrativo para luego ir adentrándose en niveles intra y metadiegéticos. No obstante, a diferencia de esta obra, los cuentos de Chaucer, de gran variedad temática, presentan personajes con personalidades variadas, representando así a la clase media medieval casi en su totalidad.

Con todo, el motivo narrativo de The Canterbury tales es el viaje de un grupo de peregrinos que viajan desde Southwark a Canterbury para visitar allí un templo. El cuento aquí analizado está en boca de Alice de Bath, un personaje que se presenta, según Arboleda y Mediero (2013 :14), como “una mujer emprendedora con una personalidad extrovertida y liberal que desea tomar las riendas y disfrutar de la libertad en su vida de casada, lo que parece vislumbrar el feminismo”. El primer nivel narrativo propone la reunión de Alice con los demás peregrinos, introduciendo así el concepto de vetula típico de la época; las mujeres mayores daban sus enseñanzas a los jóvenes, principalmente fruto de su experiencia. Asimismo, la agrupación de los peregrinos implica la reunión de mujeres y esto refleja a su vez la movilidad femenina y el espíritu grupal, un asunto delicado en la sociedad medieval.

Como hemos mencionado, el texto en cuestión no se refiere únicamente al cuento sino también al prólogo de éste que, sorprendentemente, lo supera  en extensión más del doble. De este modo, el cuento en sí “constituye el justo colofón a otro soberbio relato; la autobiografía marital de Alice de Bath que se halla en el prólogo” (Hernández, 2002:117). Parece ser que el relato es una excusa para Alice para proceder a contar su biografía enfocada a su vida matrimonial, y asimismo su opinión sobre este asunto.

El prólogo y el cuento se verán caracterizados por un estilo irregular y energético (Hernández, 2002:128) y además intensamente caótico (Leicester, 1990). La narradora “comienza a jugar, seleccionar, olvidar y contradecirse” (Hernández, 2002: 119) e interrumpe su narración constantemente para expresar su opinión, lo que puede dificultar la lectura, pero sin duda refuerza la caracterización del personaje, aspecto sustancial en la obra.


2. Resumen

Alice de Bath comienza el prólogo del cuento argumentando que su experiencia justifica su capacidad para hablar sobre el matrimonio, pues se ha casado cinco veces. De manera aleatoria, cita versos de la Bíblia, reinterpretándolos a su manera para apoyar sus argumentaciones y justificar su pasado y su manera de ver el matrimonio. Así, explica que Dios nunca prohibió el matrimonio como tal y que aconsejó no casarse a “los que desean llevar una vida de perfección” (p.86), entre los que no se incluye. De igual manera, justifica que los organos reproductores fueron creados tanto para la reproducción como para el placer que éste conlleva, y añade que como esposa utililizará su instrumento generosamente.

Después de la interrupción del bulero, y la respuesta enfadada del fraile a éste, Alice comienza a contar su vida matrimonial: tuvo cinco maridos, tres buenos y dos malos. Seguidamente explica el sistema que utilizaba para hablarles y hacerles sentir culpables, y de esta manera controlarlos. De manera directa reproduce los reproches que hacía a sus maridos y explica lo que le hacía creer. Entre otras cosas, que las mujeres ocultan sus defectos hasta después del nudo del matrimonio, y asimismo que necesitan ser libres y que no las controlen. Alice afirma que eran todo mentiras, pero que de este modo causaba angustia y pena y se sentían culpables. Mediante su ingenio femenino, según explica, innato en la mujer, se las arreglaba para que ellos dejaran correr la discusión y cedieran.

Después de esto introduce a su cuarto esposo, que tenía una amante y al que atormentó de muy diversas maneras. Continua presentando a su quinto marido, Jankin, un joven al que tomó por amor y no por dinero, y al que le desea lo mejor, aun considerándolo un sinvergüenza. Después de comentar que se casó con él al mes de quedarse viuda de su anterior esposo, explica una anécdota que cambió su relación. Jankin se dedicaba a leer libros críticos hacia la mujer, y un día Alice, harta de escucharlo hablar sobre el libro, le arrancó tres páginas y le pegó. El hombre, en respuesta, le dió a su esposa un golpe que la tiró en el suelo y la dejó sorda. Alice cuenta que fingió estar cercana a la muerte hasta escuchar la promesa del esposo de que le daría todo su honor y bienes. Así pues, ella tomó las decisiones desde entonces y no volvieron a discutir.

Después de este prólogo el fraile comenta que es bien largo, pero el alguacil lo manda a callar argumentando que estropea la diversión, y pide a Alice que continúe con el relato. Así pues, se propone a explicar el cuento que relata cómo un joven caballero de la corte del rey Arturo, un día volviendo a casa, se encontró con una doncella que estaba sola, y “”le arrebató la doncellez a viva fuerza” (p.103). Esto provocó gran revuelo, y se hicieron peticiones al rey para castigar al joven con la muerte. No obstante, la reina y otras mujeres del pueblo pidieron elegir su castigo, y así lo hizo el rey. Así, la reina decidió perdonarle la vida al joven si sabía decir qué era lo que deseaban las mujeres por encima del todo; le dio un año y un día para encontrar la solución. El caballero, encontrándose sin alternativa, aceptó y marchó.

Visitó distintos lugares con el fin de encontrar la respuesta y aun recibiendo gran variedad de opiniones, no hubo ninguna dominante. Cuando se cumplió el año, el caballero volvió a casa entristecido, pero de camino se encontró con un grupo de damas bailando. Todas marcharon excepto una fea anciana. Ésta ofreció al caballero dar la respuesta a su pregunta, a cambio de que hiciera después una sola cosa que le pediría, y el joven aceptó. Cuando llegó a la corte dio la respuesta argumentando que lo que las mujeres más desean es “ejercer autoridad tanto sobre sus esposos como sobre sus amantes y tener poder sobre ellos” (p.106). Ninguna mujer contradijo esta afirmación, así que la anciana le exigió al joven que cumpliera su trato y le pidió que se casara con ella. El joven, asqueado, aceptó y se llevó a cabo la boda sin festejo alguno.

La anciana, al ver el comportamiento y la angustia del joven, le preguntó a qué se debía y éste le explicó que era por su vejez y fealdad, además de su bajo estatus. La anciana, después de explicar que la nobleza no depende de las posesiones sino del comportamiento, explicó al joven que podía convertirse en joven y bella rápidamente y le dio a elegir entre dos opciones. La primera, que sería bella y joven aunque tendría que soportar todos los celos que eso conllevaba. La segunda, que seguiría como estaba pero sería fiel y obediente. El joven dejó la decisión en manos de la anciana y ésta le dijo que la besara. A la mañana siguiente, se había convertido en una bella dama y fueron felices el resto de sus días.



3. Valoración

Geoffrey Chaucer ha sido justificadamente considerado “a critical witness of his times” (Crépin, 2002). Mediante su obra maestra, The Canterbury tales, el autor refleja la sociedad en la que se encuentra y el parecer que ésta tiene de la mujer, una concepción ciertamente derivada de diferentes tópicos medievales: los lugares comunes. Desde este concepto, se presentan fundamentalmente dos principios: el deseo de la mujer de mandar y el insaciable apetito sexual de ésta; ambas manifestadas en este cuento.

La respuesta a los lugares comunes fue habitual en la literatura medieval y se dio en textos de diferente naturaleza. Es relevante el caso de la segunda parte del Roman de la Rose, redactado c. 1265 por Jean de Meun. En este escrito se presenta el prototipo de “mujer prosaica”, que también encontraremos en el cuento de Chaucer. Jean de Meun presenta un personaje femenino de avanzada edad que enseña sus conocimientos a las damas jóvenes. Estos conocimientos implican principalmente diferentes técnicas para engañar a los hombres, y esto será exactamente lo que explique Alice en el prólogo del relato: “este es el modo de hablarles y hacerles sentir culpables (...) escuchad el sistema que utilizaba” (p.89). De este modo, con la caracterización de Alice, ésta “se va a erigir en encarnación de una de las figuras más temidas por el clero: la predicadora” (Hernández, 2002 :118).

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