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Arrancame La Vida


Enviado por   •  11 de Mayo de 2014  •  1.264 Palabras (6 Páginas)  •  224 Visitas

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Así, más de un siglo después, uno de los problemas más insidiosos en México es que los gobernantes y las instituciones de nuestro país gobiernan para un Estado mexicano “imaginario”, cuyas lógicas anglo-europeas, hacen imposible dar cabida o representación a la mayoría de los ciudadanos que pueblan este país; un Estado tremendamente sexista, homófobo, anti-indigenista, autoritario, corrupto, centralista, déspota y desobligado.

Un Estado que traiciona radicalmente los ideales revolucionarios, los cuales buscaban destruir el Estado oligárquico y crear uno nuevo que incorporara a las clases campesinas, trabajadoras y medias. Un Estado que a través de la Constitución de 1917, “prometió reformas agrarias a los campesinos, protección, beneficios sociales y derechos de organización a la clase trabajadora; el control nacional de los recursos naturales y la liberación de espíritu, mente y cuerpo del control católico” (Vaughan, 2010: 40),[4] y cuyo desarrollo biopolítico se ha dado de manera desigual y hasta contradictoria —a excepción de algunos ejercicios de movilización, reforma social y nacionalismo económico hechos durante el gobierno de Lázaro Cárdenas—, pues mientras México se maravillaba ante el milagro mexicano (1940-1970), el autoritarismo, la violencia de Estado y la represión abrían caminos para que la biopolítica del “Estado benefactor” se transformara en un estado neoliberal que radicalizaría las desigualdades sociales, desestructuraría el incipiente estado de bienestar y conduciría a la necropolítica en la que nos encontramos actualmente y que nos tiene de regreso del “sueño” del progreso y la globalización.

Sin ánimos de ser reduccionistas o simplificar demasiado, pero si con ánimo de resumir, podemos decir que ante la traición de los ideales revolucionarios que se ve reflejada en el descuido del campo, lo cual obligó a la migración forzada de la clase campesina; primero del campo a las ciudades y después a la migración transnacional, el adelgazamiento constante de la clase media, el crecimiento de las desigualdades sociales, el elitismo, el clasismo, el endoracismo, las crisis económicas acumulativas, la falta de conciencia crítica para decolonizarnos mentalmente y el neocolonialismo capitalista (conocido y celebrado como globalización) se crea un campo propicio para que la violencia depredadora que nos atraviesa y acompaña cotidianamente en México sea una realidad innegable e incluso hasta predecible, puesto que los acontecimientos antes citados “[…]nos demostraron que el progreso no llegaba, o peor aún, aparecían numerosos fenómenos regresivos.” (Morin, 2004: 58).[5]

Los elementos antes enumerados son altamente conocidos y citados por especialistas en distintas disciplinas. Elementos que conforman una serie de labelizaciones dentro de los discursos críticos y académicos. Y que parecen configurar una realidad difícilmente modificable a nivel estructural. Desde mi perspectiva, existe un elemento que falta en esta serie de análisis y que es necesario para crear una crítica que logre articular un cambio en la perspectiva y la forma en que entendemos las narrativas de la violencia en el México actual.

Este elemento faltante, se refiere a la creación, también ubicada dentro del momento posrevolucionario, de un arquetipo social que exalta la figura del macho. Una especie de nacionalismo-machista, donde aquél es el representante fiel de los ideales nacionalistas. No afirmamos que esta exaltación de la figura del macho como modelo cultural no haya acompañado a los discursos y las prácticas pre-revolucionarias. Sin embargo, nos centramos en la época posrevolucionaria por considerar que dada la cercanía en el tiempo, puede darnos mejor noticia de cómo se construye la biopolítica estatal que se retraduce en una biopolítica de género y que tiene, amplias consecuencias en la violencia exacerbada actual; ya que, este elemento aunado a violencia económica y a la depreciación simbólica de aquellxs que no pueden ser hiperconsumidores, crea un cóctel explosivo.

Analicemos pues, los lazos que existen entre la violencia ejercida por los criminales y la construcción de la nación mexicana basada en el machismo y el despliegue de la violencia que ello implica.

Carlos Monsiváis, nos dice que el término macho está altamente implicado en la construcción

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