Comentario crítico de “El año del desierto”

   En este comentario crítico se analizará la idea de cómo es que, pese a que es posible privar de la dignidad de la condición humana a las personas al despojarlas de su identidad y derechos, es imposible remover de su condición humana de manera permanente a las personas.

   Para esto, proponemos que aún cuando las personas son privadas de sus derechos y de medios para vivir y expresar su individualismo, los individuos y los grupos aún mantienen características que los distinguen propiamente como humanos con personalidades individuales, y encuentran pequeñas maneras de expresarse y mantener su dignidad.    

   Viendo el caso de María en la novela, ella inicia la historia como una persona con una personalidad definida por su pasado y su herencia familiar, con derechos otorgados por el estado. Luego, ella pierde su propiedad (en la forma de su casa, su espacio personal y sus libros), que es una parte de lo que la identifica, su identidad (al perder su trabajo y volverse enfermera, donde ella es vista como una enfermera más), y finalmente su dignidad y respeto (con la prostitución y esclavitud). “- ¿Como te llamas? - me pregunto una mujer con una mancha violeta en la cara. Yo dudé, hacia mucho que no pensaba en mi nombre. […] Creo que, ese año, al ir pasando por el hospital primero, después por el inquilinato y más tarde por el Ocean, me había alejado de mí hacia zonas desconocidas. […] – María – dije, por fin, y me costó mucho decirlo” (El año del desierto, Pedro Mairal, página 258) Pese a esto, María mantiene parte de su identidad, en la forma de su lenguaje, como en el Ocean Bar con su inglés, que la identifica aparte de las otras mujeres, y con los braucos y su insistencia por hablar castellano en lugar del lenguaje que todos le hablan. Además, se destacan sus pequeños actos de rebeldía que le permiten mantener su dignidad y tomas venganza contra aquellos que la trataron de privar de ella en primer lugar, como se veía con las mujeres de Carlauch. “Desde ese día empecé una guerra oculta contra las dos esposas y las viejas lechuzas. Les tendía minitrampas: les ponía una hoja de ombú picada en el mate para que les diera diarrea, les aflojaba un poco las piedras de la entrada para que patinaran en el barro, les sumaba pulgas a los cueros y jergones donde dormían.” (El año del desierto, Pedro Mairal, página 252). A través de esto, María logra superar sus adversidades manteniendo un semblante de la persona que solía ser, y finalmente es capaz de recuperarse, saliendo del otro lado como la misma persona que solía ser en su esencia, pese a ser una persona cambiada por las cosas que le acontecieron.  

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