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Cuerpos Y Almas


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2014  •  1.384 Palabras (6 Páginas)  •  200 Visitas

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Desarrollo

CAPITULO I y II

Todo la trayectoria del presente desarrollo proviene de una persona en aquel tiempo un niño de nombre Lucano, quien era de origen griego, y el cual era hijo de una mujer llamada Iris y Eneas, liberto de Diodoro, tribuno de la región y noble guerrero romano, hijo de Prisco quien era honrado por su recta moral, sus virtudes militares y su integridad, era admirado por su amabilidad y justicia hacía con los esclavos, con virtudes mismas que sin duda fueron enseñadas con digno ejemplo a su hijo. Lucano fue educado desde su infancia con muchos valores, respeto y admiración hacia un Dios desconocido,

Sin duda un niño mismo que fue educado por su padre, con grandes valores, y por lo tanto esto me hace sentir que los valores, conocimientos se adquieren desde la infancia, desde el momento en que empiezas a vivir tu vida y sin importar si estas o no con tu familia todo tu vida; sin embargo a raíz del tiempo cada uno de nosotros los vamos aplicando en nuestra trayectoria, que por lo tanto uno mismo y con el tiempo va estableciendo sus respectivas metas que nos inculcan el respeto y admiración hacia las personas, y en donde tiene mucho que ver la iniciativa que tenga uno mismo como persona, de emprender y desarrollar metas grandes, pequeñas o cortas, trayectorias que desde pequeños y depende mucho de nosotros el reto a seguir en el caso de Lucano. He aquí como uno mismo se da la oportunidad para emprender grandes metas y habilidades que fuera, dentro, posee uno como humano, y que siendo tanta nuestra iniciativa en ocasiones determinadas conversaciones se consideran como áreas de oportunidad tal como Lucano en el interés del menor a la medicina, quien poco antes de retirarse del jardín le entrega una piedra de reflejos inexplicables y un saco con hierbas para aliviar los malestares de Rubria, y en donde las personas con las que estamos nos dan esa confianza de emprender nuestras metas.

CAPITULO III y IV

Dentro de estos dos capítulos me hacen sentir que en ocasiones es tanta nuestra fe, esperanza y gratitud que son los sentimientos que se destacan en torno a este acontecimiento, he aquí en el caso del padre de Rubria quien aunque era un ser místico y nada agradable deposita tanto estos sentimientos con tal de ver mejoría en la salud de su hija.

Situación que nosotros en ocasiones pasamos y que a veces en nuestra desesperada ocasión por salvar o porque nuestros hijos estén bien damos o hacemos lo que sea necesario, y por considerar asi a determinada persona como esa estrella tan resplandeciente que iluminaba más que la propia luna indicaba la llegada del tan esperado Dios. He aquí en donde surgen nuestros diferentes sentimientos como padres de familia tal es mi caso por ser madre de tres hijos, una jovencita de 19 años, un niño de 13 años y un pequeñín de casi cuatro añitos y que tiene mucho que aprender.

En este desarrollo una de las principales metas es establecer los valores en nuestras diferentes maneras de actuar como personas, dentro de nuestro entorno familiar, laboral, social, etc., que como se determinaba en “La esperanza de Roma -cómo escribe el amigo de Diodoro- es volver a los valores religiosos” palabras éstas que hacen pensar al joven Romano en aquél Dios desconocido del que hablan los griegos, del que es justo, el incorruptible, el padre, el amante, el que daba esperanza a los desesperanzados, amor a quienes carecían de él, y considerando a ello a quedarse envuelto ante su propia iniquidad o muriese por su propia espada”; a ello le llamo hambre de salvación, de sanidad, hambre de paz.

CAPITULO V y VI

Dentro de estos capítulos nos encontramos que en ocasiones las personas con las que iniciamos o tenemos por determinadas circunstancias una relación ya sea familiar, social, laboral etc., se ven opacadas por la capacidad, habilidad o desarrollo en nuestros conocimientos, y hechos que a través del tiempo o de tratar a las personas no debemos considerarlas como rivales, o porque vernos opacados por su inteligencia, no, claro al contrario

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