CUERPO Y ALMA EN UNIDAD

INTRODUCCIÓN

La capacidad que tenemos los seres humanos de poder volver nuestra mirada hacia nosotros mismos, es increíble. De todos los animales somos los únicos que podemos reflexionar sobre lo que está en nuestro entorno y a la vez aplicarlo a nosotros mismo. Es por eso que tratar de escudriñarnos es una tarea interesante pero que por otra parte implica un desenvolvimiento, un salir de nuestra mente para captar las realidades presentes a nuestro alrededor y esto muchas veces no es nada fácil, pues “tomar conciencia de las limitaciones del propio conocimiento es ya sobrepasar dichas limitaciones; este conocimiento anticipado de mí mismo, precisamente porque no es completo, espolea mi deseo de saber quién soy”. (Vélez, 1995, pág. 19)

Con esta pequeña introducción, que describe un poco el estudio antropológico, me gustaría iniciar, presentando mi pequeña y humilde reflexión, sobre un fondo que contiene dos aspectos que para muchos se contraponen y para otros es una perfecta unidad, se trata de Alma y Cuerpo, un tema que me llama la atención puesto que desde antiguo ha sido objeto de discusiones, aquí se puede señalar a Aristóteles con De Anima o Tratado sobre el alma en el cual propone o sienta algunas bases sobre el alma y su relación con la corporeidad. Por otro lado, hoy en día por ejemplo el alma, con todo lo que implica la dimensión espiritual, ha pasado a un segundo plano para dar paso a lo corpóreo, a los “placeres de la vida”, es por eso que en un término medio, de hecho en la Edad Media, se presenta un autor en el cual me voy a basar y con el cual voy a tratar de complementar mis ideas, es Santo Tomas de Aquino quien nace aproximadamente en el siglo XIII en Italia, estudió en la Universidad de Nápoles, ingresa a la orden de los Padres Dominicos, fue profesor en la Universidad de Paris y escribió la muy famosa “Suma Teológica” de 14 tomos en 4 años, muere a los 49 años, es canonizado 50 años después en 1323 y fue proclamado doctor de la Iglesia. Este gran filósofo y teólogo es quien, apoyándose en los escritos de Aristóteles, retoma este pensamiento y lo cristianiza, es decir, le da un sentido cristiano y precisamente de la Suma Teológica, específicamente del Tratado del Hombre que va desde la cuestión 75 hasta la 102, que es donde extraeré ciertos pensamientos.

Ahora bien, no tratare de redundar en lo que ya está escrito, ni tampoco de crear un nuevo fundamento, por el contrario, expresare mi punto de vista desde una perspectiva antropológica, que se asienta también en los conocimientos adquiridos en clase y que forman parte del contenido asimilado del curso como parte esencial de la formación filosófica. Por tanto advierto que este ensayo no es de carácter investigativo, ni muchos menos científico, sino más bien una expresión de la realidad, la cual percibo.

El problema del alma y el cuerpo

Desde pequeño, me han enseñado a rezar por las almas de los difuntos y hasta cierta edad era el único contacto con el concepto de alma que pude tener pero ¿Cómo entender el alma? Ahora sé que es mucho más complejo que rezar, aunque lo sigo haciendo, por las almas de los difuntos y esto no porque no comprenda también esta etapa que inicia cuando nuestro cuerpo muere, sino porque comprende muchas más dimensiones de las que se podría pensar y de las cuales ni siquiera personas tan sabias como Santo Tomas han podido entender en su totalidad. Acercándonos un poco al conocimiento del alma, llegamos al problema del cuerpo, ¿Cómo el alma se une al cuerpo? ¿Cómo son una solo cosa? teniendo en cuenta que son dos aspectos diferentes pero que forman una sola realidad

Por eso he querido plantearlo, en primer lugar, como un problema, porque para una persona que no haya estudiado filosofía o metafísica probablemente su comprensión ante un tema tan complejo como lo es esta unión, sea nula o equivoca y más si aunamos a ello la confusión creada en cuanto a este tema por diferentes grupos religiosos e ideologías que distorsionan la idea clara de lo que es esta cuestión. Por otro lado ¿Cómo puedo conocer esa realidad? El alma no es algo sensible pero sin embargo esta ahí, pero como nuestra captación es a través de nuestros sentidos, la comprensión que podamos tener de la realidad va ser en base a ellos y por ende, en teoría, no podríamos entender lo que es el alma. El hecho es que se nos olvida que el alma se une al cuerpo y “el cuerpo es ante todo la dimensión física, orgánica o material de la persona” (Burgos, 2008, pág. 67), y como se une a nuestra realidad corpórea tendríamos algún acceso a lo que es, entonces sí podemos tener un conocimiento, aunque no sea completo, de lo que es el alma y su unión al cuerpo, pues tal y como lo dice Trigg: “sentir no es solo una actividad del alma, sino que también es necesario el cuerpo”. (Trigg, 2001, pág. 61)

Planteado lo que para mí es el problema sobre el alma y el cuerpo, tratare de ir exponiendo a continuación, algunos puntos esenciales para la comprensión y aclaración de dicho problema.

Origen del alma y su unión al cuerpo

En primera instancia nos podríamos preguntar ¿de dónde viene el alma? Y esta, para mi es una pregunta sumamente difícil, puesto que si somos cristianos, rápidamente pensamos que Dios lo creo y que lo pone en nuestro cuerpos para darnos vida, en una definición sencilla, pero si no soy cristiano y creo en la existencia del alma como puedo explicar el origen del alma. A esta última interrogante no creo ser capaz de dar una respuesta, pero enfocándonos en la primera pregunta, creo que el alma nace junto con el cuerpo, puesto que es una unidad, y por ende el alma no podría existir antes que el cuerpo, por otro lado también, si el alma ya existiera se podría decir que lo que ocurre es una encarnación, puesto que el alma preexistente se introduciría a un cuerpo en este caso nuevo. Esta última postura es la que asumían filósofos como Platón y Plotino (neoplatónico) quienes sostenían la idea de la preexistencia y la reencarnación: “el alma puede unirse sucesivamente a varios cuerpos y que es, por lo tanto, un algo independiente, una sustancia por su propio derecho” (F.C.COPLESTON, 1960)

Pienso que el alma no es independiente al cuerpo, puesto que sin el cuerpo no es completa y no debe preexistir puesto que si así lo fuera, seriamos seres como los ángeles que han existido desde el principio. Esta es la postura desde la cual he querido trabajar, es la de Santo Tomas, la postura de la unidad, Ante esto él dice:

Si la naturaleza del alma poseyera la especie completa de tal modo que hubiera sido creada en cuanto tal, aquel argumento sería válido, y podría admitirse que

...