DERECHO DE RÉPLICA

DERECHO DE RÉPLICA

- CARLOS AHUMADA

ENSAYO

La política siempre ha ido de la mano de la corrupción y de las vendettas privadas, entre muchas otras artimañas para hacerse del recurso público, motivo por el cual, siempre es necesario que quien gestione dichos actos (puramente y a todas luces ilícitos) sea un individuo que tenga no solo habilidad sino que se haya ganado la confianza de aquellos servidores públicos que de forma reiterada y vulgar, realizan negocios fraudulentos a los ojos de la población, pero que buscan legitimar al establecer un intermediario que no los relacione con dicho acto ilegal.

El autor, de manera puntual y directa, da señas y pormenores de aquellos actos en los que la clase política requirió de sus servicios para hacerse de negocios ilícitos que les permitieron un enriquecimiento desmedido y un tráfico de artimañas (y de influencias por supuesto) que les lleno los bolsillos del dinero de los contribuyentes.

Pero regresando al autor, es necesario mencionar que éste, siempre actuó de forma tal que fue fácil manchar la reputación de quienes realizaron tratos con él. Basta recordar los videoescándalos, donde, de manera tangible se mostraba a algunos políticos la voracidad con la que incluso se “llevaban” los billetes a las bolsas, hecho por el cual posteriormente se le llamó “El señor de las Ligas”; o bien al que, de forma despreciable, jugaba en distintas ocasiones en plena madrugada en el Hotel Bellagio de Las Vegas, quien fuera secretario de finanzas del GDF.

Los contenidos de estos videos, aparecían en un momento idóneo, ya que se apresuraba la carrera por la Presidencia de la República (hacia el 2006), estando como contrincantes (aunque no definitivos) Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón, entonces candidatos a dicho puesto de elección. López Obrador encabezaba las preferencias de voto con un amplio margen. Desde esos momentos, ya AMLO, era considerado como un Peligro para México.

Con la exposición de Bejarano y Ponce, López Obrador dijo que no estaba enterado de cómo si no fuera suficiente, se relacionó a Ahumada con Rosario Robles, jefa de Gobierno del Distrito Federal y presidenta del PRD.

Del libro objeto de análisis, cabe resaltar que es la obra expiatoria en la que tras ser privado de la libertad por 1131 días, el autor se vio en la necesidad de, como él mismo dice, “reconstruir” su vida; el quinto de los seis hijos de Carlos Aníbal Ahumada Ferreira y de Mercedes Kurtz Salvatierra. Vivió en Córdoba, B.A., llegó a la ciudad de México el 6 de octubre de 1975, acompañado de su madre y de hermano. Posteriormente se trasladó a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pero regresó el año siguiente a la ciudad de México. Estudió en la Universidad Nacional Autónoma de México; tras laborar en distintas empresas y crear otra tantas, lo obligó a buscar nuevos horizontes para su actividad empresarial. En 1990, con la renta de maquinaria, camiones de volteo y una flotilla de camionetas al Gobierno del Distrito Federal, trabaja para el Departamento del Distrito Federal (DDF). Se le priva de la libertad por razones carias, pero al salir fortaleció su compañía incrementando los servicios que ofrecía, siendo uno de los más importantes el que se refiere al relleno de minas en zonas de alto riesgo de la ciudad de México. Sus trabajos con el GDF comenzaban a rendir frutos durante la gestión de AMLO.

Sobre los equipos de futbol, participó como accionista en el equipo Texcoco de Tercera División, y posteriormente, Roberto Zermeño le ofrece la compra del equipo León de la Primera División del futbol mexicano; logró integrar una plantilla de primer nivel, dando oportunidad a jóvenes y recuperando a futbolistas de gran trayectoria. A fines de 2003 adquirió el equipo Santos Laguna de la Primera División. Para fines de 2003, ya había pasado por la agricultura, la minería, la industria restaurantera; una constructora; un periódico de circulación nacional; y dos equipos de futbol, el León en la Primera A y el Santos en la Primera División.

Su relación con el PRD inició a través de Ignacio Morales Lechuga, quien se lanzó como candidato de la coalición entre el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), en su campaña conoció a Alberto Anaya, el presidente del PT, y al presidente del Partido Verde de aquel entonces, Jorge González Torres. Morales le comentó que conocía al delegado de Iztapalapa, Ramón Sosa Montes. Con éste surgió una relación de amistad. Apoyó en ese momento, por primera vez al PRD, al candidato perredista, Andrés Manuel López Obrador, al Gobierno del Distrito Federal, y a Rosario Robles, quien apuntaba a ser presidenta de la República. Con Bejarano, la relación surgió con una llamada hecha para desistirse jurídicamente de la denuncia penal que interpuesta por en Tlalpan; nunca le tuvo confianza a éste ya que no era de fiar, se manejaba como las mafias y sólo respetaba a su grupo.

Con Gustavo Ponce solo se relacionaba para los asuntos de los pagos de las obras contratadas y realizadas. Ponce le decía: "Mira, me quiero ir a Las Vegas, necesito un reloj, le quiero regalar esto a mi esposa”; viajó con Ponce a Las Vegas una sola vez. A Bejarano, según dice en su libro, lo extorsionaban de una forma sutil: si no accedía a los apoyos económicos que le pedían, se tendría que atener a las consecuencias. Trabajó en el Distrito Federal durante las administraciones de Manuel Camacho, Óscar Espinosa, Manuel Aguilera, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles.

Apoyó a candidatos del PRD, al Partido del Trabajo y al Partido Verde, incluso al Partido Revolucionario Institucional, y al Partido Liberal Progresista (PLP). En la campaña presidencial de 2000 los amigos de Fox, eran patrocinios encabezados por Carlos Slim y Roberto Hernández. En Michoacán coordinó el conteo de votos para poder dar por hecho la victoria de Cárdenas, quien se avergonzó de verlo en el mitin de celebración. Apoyó económicamente a algunos periodistas como fueron Miguel Badillo, para el financiamiento de su revista Fortuna, así como a Miguel Ángel Velázquez, mejor conocido como el Patán, autor de la columna "Ciudad Perdida", que se publica en La Jornada; préstamos que no se pagarían jamás.

Sobre la ruptura con el PRD y el GDF, ocurrió cuando no se respetó una licitación del Periférico; fue entonces cuando Andrés Manuel le hizo la vida imposible, fue por eso que declaró ante la revista Poder, que Andrés Manuel era un peligro para México. La respuesta no esperó mucho, ya que AMLO congeló y retrasó los pagos, y desencadenó auditorías.

En relación a las videograbaciones,

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