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De La Fe En Los Jueces


Enviado por   •  14 de Agosto de 2013  •  1.264 Palabras (6 Páginas)  •  329 Visitas

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CAPITULO PRIMERO.

DE LA FE EN LOS JUECES PRIMER REQUISITO DEL ABOGADO.

Para encontrar la justicia es necesario serle fiel como todas las divinidades, se manifiesta solamente a quien cree en ella.

Defender una causa es importante no importando del tipo que sea, ya que la resolución siempre depende de la vida de un hombre y la felicidad de una familia, siempre deberemos estar convencidos que nuestro cliente siempre tiene la razón, ya sea según la ley, y la conciencia moral, ya que tiene más valor que la misma ley, sabiendo que se tiene que vencer si en el mundo existiera justicia, aunque esté lleno de temores y sospechas.

El abogado aunque sea principiante no debe ser temeroso ante la situación, ni frente a su adversario, ese hombre profesional, a esos príncipes del foro.

Con frecuencia los jueces, siempre tienen que proteger al más débil.

El abogado siempre tiene fe en que el juez va a actuar de buena fe, elocuente, con certeza y la razón para el que la tiene, no para al que más le convenga, pero siempre no es así ya que siempre se encuentran con personas tan corruptas en la vida que por cualquier cosa que le convenga siempre le dan la razón al que no la tenga pero que mejor le beneficie, y a él también al juez corrupto y que no es digno de tenerle fe y confianza para resolver un asunto que casi siempre es familiar.

Guicciardini, dice que es triste darse cuenta que las sentencias de nuestros Tribunales no siempre consiguen ser justas para todos, o seguir el ejemplo del Juez Rabelais que decía que para ser justo el decidía los pleitos con los dados, es por eso que Guicciardini, decidió que el no nació para la abogacía, ya que muchas veces los abogados olvidan la sutiliza de los códigos.

El derecho mientras nadie lo perturbe o trastorne y lo contrasta resulta invisible e implacable, como el aire que respiramos, pasa inadvertido como la salud, y solo nos damos cuenta de cuan o tan valiosa es cuando te das cuenta que la has perdido, el juez es el derecho hecho hombre, ya que él es el único que puede decidir sobre el bien jurídico tutelado de las personas.

Al dictar una sentencia el juez, no radica solo en el misterio final de la conciencia del juez, sino en su mejor decisión y posición de concluir con la causa iniciada, ya que finalmente en el recae la fe de la gente y del abogado pero más que nada de la gente que espera que la resolución de la sentencia siempre sea favorable para su familiar ya que por ellos es por lo que siempre toda la familia tiene una fe ciega en el gran juez, y con la fe y esperanza de que su familiar vuelva pronto a casa.

CAPITULO SEGUNDO

DE LA URBANIDAD (O DE LA DISCRECIÓN) EN LOS JUECES.

La justicia es una cosa seria, pero hoy cuando todos saben que en cada proceso, se ventila no un juego atlético, sino la más celosa y alta función del Estado, ya que los abogados no son artistas de circo ni conferenciantes de salón.

Los jueces cuando no visten la toga, en verdad serán las mismas personas correctas y discretas que practican las reglas de urbanidad, en un juicio como en su casa, de la misma manera que se comportan en un juzgado serían igual de flexibles o imparciales con su familia, y en la vida real serán personas distintas de las cuales nadie conoce nada y sólo cuando entran en su personaje de autoridad, la más alta autoridad se transforman y se vuelven otras personas con poder y jerarquía, distinta a tranquilo y amoroso padre de familia.

Un abogado debe ser siempre cauteloso, firme y discreto ante su cliente y de igual manera ante el juez ya que muchas veces

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