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EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA


Enviado por   •  27 de Febrero de 2020  •  Reseñas  •  2.024 Palabras (9 Páginas)  •  142 Visitas

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Universidad Santo Tomás – Villavicencio

Facultad de Derecho

Gramática y retórica. (Código: 20027) Grupo: X

Estudiante: Nombre completo. Código estudiantil: xxxxxxx

Fecha: (25-02-2020) – Reseña crítica 1

  1. Referencia en formato APA 6 Ed

Zuleta, E. (1985). Suárez, H. & Valencia, A. (Comp, ed). (2016). Educación y democracia: un campo de combate. Colombia: Editorial Planeta Colombiana S. A

  1. Resumen

Este libro es una entrevista que concede el Maestro Estanislao Zuleta en el año 1985, quien ha dedicado su vida a realizar la docencia sin la angustia que para muchos genera esta actividad. El primer capítulo, “La educación, un campo de combate”, tiene como premisa la problemática que se presenta a la hora de enseñar a pensar, de forma crítica y autónoma, responsabilizando de manera abierta a los profesores que intimidan y ejercen represión al pensamiento libre de cada estudiante, lo cual relaciona con el gusto escondido de algunos por el autoritarismo. De igual forma, señala la precariedad de materias prácticas, o aplicables, a la vida por fuera de la institución, es decir, en la educación media se enseñan materias que no van a funcionar en la vida real, basando esta afirmación en que se han acostumbrado, educadores y educados, a transmitir datos e información que no son susceptibles a refutación alguna; dos más dos es igual a cuatro, y hasta ahí llega la explicación, no se ahonda en el tema, volviéndose un trabajo técnico y obligatorio, de saberes ajenos a los propios. No se enseña el sentido de lo que se aprende, solo se aprende de forma monótona y reiterativa en razón a que los estudiantes arrojen resultados, en los exámenes de estado, favorables para la misma institución.

La entrevista a Zuleta es una crítica clara y una reflexión -como lo señalan los autores de la entrevista en la página 6-, sobre la crisis de una sociedad en la que, como cualquier otra, tiene como eje principal la educación, afectando incluso los procesos económicos de un país. Termina este primer acápite haciendo alusión a la democracia, dándole un sentido más central y específico, que no es el derecho de las mayorías, sino el derecho a diferir contra la mayoría.

  1. Valoración crítica global.

Este texto me parece claro y contundente. En el Maestro Zuleta no se nota ni un poco

de duda, o remordimiento al responder tales preguntas. Bien se sabe que la educación, en cualquier etapa, incluso en algunos casos de la universidad, tiene muchos problemas por solucionar, tiene precariedad en muchos aspectos y tiende a ser disfuncional respecto a la vida fuera de la academia, y eso muy bien lo dice Zuleta, sin embargo, no es el primero en hacerlo. Se hace alusión a lo que dice Freud en 1856 “el niño es un investigador; si lo reprimen y lo ponen a repetir y a aprender cosas que no le interesan y que él no puede investigar, a eso no se puede llamar educar.” (Estanislao Zuleta, 1985, p. 12). Pero, ¿qué hacen las personas que leen a Freud, y ahora a Zuleta, para contrarrestar esta situación? Este texto es casi poético, es una crítica que dan ganas de seguir leyendo, seguir discutiendo, pero, así como muchas tertulias que se dan frente a otros problemas sociales, se van quedando ahí, en el papel. Son muy pocos los profesores que se empeñan de verdad en enseñar, que trabajan con intenciones diferentes al simple lucro a cambio de buenas notas, que se preocupan por la salud mental, e incluso emocional, de un estudiante, lo cual influye en gran medida en los procesos de aprendizaje; esto porque no todos los estudiantes aprenden de igual forma, por eso es que no todos funcionan en clase. A veces, con algunos estudiantes, se debe tener un proceso académico diferente al general, pues muchos son buenos para cosas específicas, por lo que se les dificulta lo que no deriva de ello, pero esto para algunos no tiene importancia. Hay profesores que son la excepción, claro, inician estudiando alguna licenciatura, o inician en esta profesión con alguna otra carrera hecha, por el placer de enseñar y transmitir al otro, no datos para memorizar, sino información para procesar, apropiar, y continuamente profundizar para así llegar más lejos de lo que se ha descubierto; sin embargo, después de un tiempo de estar insistiendo en esta forma de educación, varios se rinden, desisten, y se entregan por completo a la mediocridad, lo cual pasa a los estudiantes. Con profesores mediocres, no se puede esperar mucho de quienes aprenden de ellos. Aunque no todo se les puede dejar a los educadores, este papel también se cumple en casa, después del colegio, desde que se levanta hasta que se acuesta, en las cuestiones familiares y las amistades, debe ser un trabajo en conjunto, pero a la mayoría le da pereza trabajar en pensar diferente, así que se acoplan, se callan, y siguen. El cambio inicia, y continua, con uno mismo, dependiendo de las ganas que se tengan de no dejarse supeditar sin sostenimientos razonables por el otro.

  1. Núcleos de significación.

  1.  Núcleo de significación número 1 cita.

“Lo que se enseña en matemáticas o en geografía es, por una parte, tan elemental, que cuando el estudiante termina sus estudios los conocimientos supuestamente adquiridos ya no le sirven para nada práctico en la vida, ni en sus actividades educativas posteriores, cuando no suele ocurrir que olvide todo lo visto.” (p. 9)

En las escuelas no se busca una aprehensión del tema, ni por parte de los profesores y mucho menos de los estudiantes, los dos se preocupan más por pasar el año de la mejor forma para así poder ser remunerados debidamente. Bien decía Zuleta que lo que se enseñan son fechas y bandos, pero no las razones de la guerra, o el porqué de ese resultado, simplemente es así, no se discute. Entre más se afirme eso, más discusión debe generar. Eso diferencia a una persona conformista, de una que se atreve a ir más allá, sin pasar por la arrogancia, claro.

  1. Núcleo de significación número 2, cita.

 “La educación y los maestros nos hicieron un mal favor: nos ahorraron la angustia de pensar.” (p. 13)

Lo que me angustia es precisamente esa expresión con tanta veracidad. Pensar agobia, estresa, y pensar por sí mismos se vuelve una práctica tediosa, pero todo esto es por falta de costumbre. Llegamos al salón, esperamos que el profesor dicte lo que debemos aprender, y nos vamos contentos porque no hubo un proceso profundo del tema, entre menos para el estudiante, mejor. No importa que esté a medias una clase, desde que esté masticado entra fácil y con felicidad.

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