EL CORRAL DE LA INFANCIA

El corral de la infancia- Graciela Montes

Posiblemente aparezcan más errores que en el caso anterior. Podría ocurrir que en el caso del prisma de base rectangular, los alumnos no consideraran la diferencia entre los rectángulos laterales y los correspondientes a las bases, es decir que tomaran seis rectángulos iguales. También podrían elegir rectángulos sin haber considerado las medidas de los mismos.

Se propone también el registro de las conclusiones incluyendo, además de la cantidad y formas de las caras necesarias en cada prisma, la comparación entre ambos prismas y con respecto al cubo

http://www.espacioebook.com/cuentos/grimm/Grimm_Elloboylos7cabritos.pdf

http://mariamatica.blogspot.com.ar/2011_11_01_archive.html

http://www.ebicentenario.org.ar/ebooks/Matematica_docentes_segundo/files/assets/basic-html/page25.html

Realidad y fantasía o cómo se construye el corral de la infancia

La querella entre los  defensores de la “realidad” y los defensores de la “fantasía” es una vieja presencia en las reflexiones de los pedagogos acerca del niño y de lo que le conviene al niño, defendiendo lo real y lo razonable. Para muchos, una de las cosas que menos les convendría era la fantasía. Ogros, hadas, brujas, varitas mágicas, seres poderosos, amuletos milagrosos, animales que hablan, objetos que razonan, excesos de todo tipo deberían ser desterrados de los cuentos. Para la psicología positivista. “Con los cuentos truculentos, sanguinarios y feroces que leyeron los niños hasta ayer, es lógico que aumentara la criminalidad en tiempos de guerra y en tiempos de paz”. En 1978, durante la dictadura militar, se prohibió la circulación de La torre de cubos, de Laura Devetach, hablaba en sus consideraciones de exceso de imaginación –ilimitada fantasía”, En fin, la fantasía es peligrosa en eso parecen coincidir todos pero para  esta autora en  esta oposición entre realidad y fantasía, se esconden mecanismos ideológicos de revelación/ ocultamiento que les sirven a los adultos para domesticar y someter (colonizar) a los chicos. A lo que ella apunta es a la relación entre grandes y chicos, a la idea que nosotros los grandes tenemos de la  infancia ideal.

¿Qué es lo infantil? Recién en  siglo XVIII, se empezó a hablar de infancia, hasta entonces hubiese sido insólito q un escritor escriba para niños!, en  la cultura occidental los chicos se morían como moscas y no valía la pena de detener la mirada en ellos, si bien los grandes tardaron en “descubrir” a los chicos, en cuanto lo hicieron no pararon de interesarse en ellos, y de la indiscriminación se pasó a una especialización cada vez mayor: una habitación para los chicos (la nursery), la industria del juguete, el jardín de infantes, muebles diminutos, ropa apropiada, la literatura deliberada, en fin, lo infantil  los niños vivían ignorados y marginados del mundo de los adultos, hasta que el desarrollo de la economía enfocada al mercado los hizo objeto de su interés y contribuyó a que los fueran "integrados" a la sociedad, no en condiciones de igualdad o de reconocimiento, sino como un nicho de mercado no explotado antes. Esta interferencia de la economía va a tocar todas las esferas de la vida (alimento, vestido, educación, recreación...), hasta llegar a la industria editorial. Con el tiempo se fue sabiendo más de los niños, su evolución, etapas, necesidades y su psicología y por eso la literatura infantil tenía que ser también adaptada. Los cuentos tradicionales, hadas ogros brujas, la fantasía debía ser desterrada del mundo infantil. Era la época de los juguetes didácticos y de la literatura de "corral" nada fuera de la infancia. Al niño sometido y protegido a la vez se lo llamaba cristal puro. con el tiempo se elaboraron reglas acerca de cómo debía ser un cuento, debía ser sencillo, comprensible, dirigido a cierta edad y no incluir crueldad ni muerte ni sensualidad porque pertenecían al mundo de los adultos. Fue una época de creciente control sobre la infancia el cuento educaba e informaba acerca del entorno.

 En los años 60 los pedagogos más progresistas consideraban necesario hablar sobre la actividad sexual de la naturaleza y sugerían que se hable de flores primero, pollitos después y por último de los terneros. Los mismos que proponían una literatura realista hacían suponer que los niños Vivian en un mundo de ensoñaciones con poco contacto con el mundo real.En fin, el manejo de la realidad- fantasía le permitía al adulto ejercer poder sobre los niños. En el s XX  el psicoanálisis demostró que no todo estaba bajo control ( Freud, Piaget) y se devolvió a la fantasía la estima oficial, hizo falta también que los educadores rescataran el juego como constructor de lo real y que Piaget centrara el desarrollo de la inteligencia en esa actividad que a la vez giraba en torno a la fantasía: el juego simbólico en donde el niño jugaba a “ser”  y a “hacer”, era central para el desarrollo del símbolo, del pensamiento y para la adaptación inteligente y creadora de la realidad. En el juego el niño compensaba carencias, anticipaba situaciones y purgaba temores. Las reglas han cambiado, aunque muchos resisten en abandonar el método del corral y siguen sosteniendo que la fantasía es peligrosa. Ha cambiado la crianza y la conciencia sobre la infancia, ya nadie cree q los chicos vivan en un mundo de ensoñaciones todos comprenden que son testigos y actores sensibles de la realidad.

 No hay como un buen ogro para comprender la infancia

El ogro es una imagen fuerte, incomoda, inquietante. Hay distintas maneras de vincularse con la infancia, pero primero está el ogro, primero está el poder. La autora da un ejemplo de una escena de ogros en donde chicos asustados golpean la puerta de una casa de un ogro come niños porque son perseguidos por lobos, el ama de casa se niega a dejarlos entrar y pulgarcito le dice – si no nos deja entrar seremos comidos por los lobos así que preferimos que sea el sr quien nos coma-  Pulgarcito el niño que busca protección se desprende de la animalidad , elige la humanidad y la cultura- No hay como un ogro para comprender la infancia, el poder y el no poder, el ogro tan inmenso, enojado hegemónico, voraz y tan amante, porque los ogros aman a los niños-

En el ogro esta la infancia porque lo que hace que la infancia sea infancia, lo que la define, es la disparidad, el adulto- niño, maestro –alumno, el que sabe y el que no, el que puede y el que no puede. Una relación marcada por la hegemonía, una relación de poder-

La infancia y los responsables

Los responsables del bienestar o malestar de los niños son los adultos. Los adultos somos responsables de los niños porque somos hegemónicos, tenemos el poder. De un lado hay alguien que puede y sabe más, el grande y del otro menos, el chico. Y somos los grandes los que tomamos decisiones. Los niños se entregan confiados a nosotros, nosotros en el mejor de los casos los protegemos y jugamos con ellos en el peor los abandonamos o devoramos. Exploramos el deseo de ampararlos de todo mal pero también la sensación de aprovecharlos para gratificación propia, de a ratos somos hadas madrinas y de a ratos de ogros devoradores. No se puede hablar de bienestar o malestar de los niños sin comprender el malestar o bienestar de sus padres ya que los niños suelen sufrir la misma suerte que sus propios padres. Hoy hay niños librados a su suerte y niños encerrados en lujosos barrios privados que solo irán a colegios de excelencia, pero hay algo que los une, todos están sometidos a los medios de difusión, deseando y esperando lo que la publicidad y el mercado les proponen y todos con la sensación de falta de adultos que les marquen el rumbo. Cuando las cosas empeoran la sociedad suele señalar a los padres pero estos padres están en condiciones semejantes a las de sus hijos, sin trabajo, con sensación de q la sociedad los rechaza, delinquen, golpean a su mujer, se drogan o alcoholizan. Las circunstancias cambiaron  y vincularnos con la infancia es muy difícil si no encontramos un sentido. Hoy la pregunta es, ¿seremos capaces de proteger a nuestros hijos del mercado? ¿tendrá sentido educarlos para q sean ciudadanos libres o alcanzara con que sean obedientes consumidores.? La cuestión de la infancia es una cuestión pública y privada al mismo tiempo y nos compromete a todos.

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