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EL MAESTRO DE ESCUELA


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  915 Palabras (4 Páginas)  •  252 Visitas

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EL MAESTRO DE ESCUELA

Autor: Ignacio M. Altamirano

Lo que son los curas de pueblo

El año de 1863. La diputación permanente había convocado al Congreso de la Unión, y yo en mi calidad de diputado, acudía al llamamiento. Llegué un día a un pueblo de indígenas. El alcalde del lugar, deseando proporcionarme un rato de conversación agradable, vino a buscarme a mi alojamiento, en unión del cura; y éste me invitó pasar a su casa, que era evidentemente la mejor casa del pueblo. Presento a sus dos sobrinas. Mandó por el preceptor para que cerrara la escuela, y se viniese a acompañar a las niñas con la guitarra, Al poco llegó el maestro de escuela, con el sombrero quitado y cruzando los brazos humildemente. Pero tome usted antes esta copita, es un vino muy bueno que quizá no habrá usted probado nunca. El maestro se negó humildemente, no he comido

Patriotismo de los curas

Pasamos al comedor y tomamos asiento. Describir la cena, es inútil. Suculentos asados. Se me olvidaba decir que el pobre maestro, que había llegado al principiarse la cena, se mantenía acurrucado en un rincón fijando sus ojos tristes en aquel opulento festín mientras que él, sus hijos, su mujer y madre, enflaquecidos, apenas podían llevar a la boca una tortilla y un poco de arroz o frijoles.

—A todo esto —dijo— ¿qué hay de nuevo?

Yo respondí entonces lo que sabía; díjele cómo el ejército francés, según informes, habiendo concluido ya la mala estación, comenzaba a moverse para salir del centro a los estados, hablé de la resolución incontrastable que teníamos los republicanos de luchar sin descanso en defensa de la Patria, El maestro me escuchaba satisfecho y conmovido.

—Señor diputado, usted parece de genio fogoso: es usted joven y no tiene experiencia, ni ve las cosas a sangre fría. Usted, además, profesa ideas exaltadas, y es natural que sus sentimientos se sobrepongan hoy a la voz poderosa de la razón. Yo veo las cosas de otro modo. ¿Se incomodará usted si le digo mi modo de pensar?

—De ningún modo, usted puede decir lo que guste; pero ya conoce mis ideas respecto de patriotismo.

—Sí; pero me permitirá usted decirle que es un patriotismo indiscreto. Yo creo que la monarquía está ya fundada en México; y vea usted: yo tengo la convicción de que ella hará la felicidad de nuestra patria, imperará otra vez con toda su grandeza nuestra santa religión

Yo no pude seguir escuchando con calma, y después de decir al cura que aquella manera de hablar no parecía digna de un mexicano, y que me retiraba sintiendo sólo haber estado

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