ENSAYO DE LA MUERTE DE IVAN ILICH

ENSAYO DE LA MUERTE DE IVAN ILICH

La muerte de Iván Ilich es “una mirada directa a ese vacío que tanta angustia nos provoca la muerte”. La muerte es “un fenómeno natural, universal y único de todo ser humano”, la cual principalmente siempre genera  temor en las personas hasta el punto de llegar a perder el control en la vida, lo que permite entrar a un estado de depresión crítico, que invade en cuerpo y alma la mente de una persona, ocasionando problemas físico y psicológicos que le obstruye el paso a aceptar la realidad en que vive, por la simple razón de aferrarse a la negación de su propio vivir.

Este es el caso de Iván Ilich, quien en ciertas medidas es un ejemplo de superación, porque proyecto su vida hacia unos objetivos por los cuales lucho sin cesar por alcanzarlos y hacerlos realidad, lastimosamente padeció una enfermedad mortal que cambio totalmente su forma de vida. Desde ese momento Iván Ilich entra en una crisis de desespero y angustia, donde para el nada valía la pena, su vida se convirtió en una monotonía de sufrimiento y dolor, no soportaba la idea de aceptar que pronto llegaría su muerte, como lo manifiesta Gabriel Rollón: “la desesperación lleva a un mecanismo de defensa que se llama negación, uno tiende a negar cuando no puede aceptar lo que le duele”.

“La negación”, es un monstruo mental, que acaba con el sentir de una persona, es como una armadura o un escondite donde se refugia un individuo para evadir su entorno real, para fingir que todo está bien cuando realmente hay algo que está causando dolor, pero no nos atrevemos a enfrentarlo y a reconocer que ese mal en cierta medida ya es parte de nuestra vida y que tenemos que hacerle frente con valentía,  cambiar de actitud frente a nuestros problemas y no rendirnos ante ellos, sino mantenerlos en la lucha aunque el destino este definido y no cambie. Como dice Honore de Balzac: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia.

La familia ante esta situación desempeña un papel muy importante, en la aceptación ante cualquier problema que tenga una persona, la clave está en darle conocer la verdadera esencia de la magnitud del asunto, sin importar que la condición no sea favorable, y así de esta manera no sembrar dudas que generen descontrol en la persona que padezca dicho contratiempo.

Decir la verdad por muy dolorosa que sea,  siempre es el camino adecuado, porque es mejor herir con la verdad y no destruir  con una mentira.

Con las mentiras, solo se siembran las dudas de no saber con certeza la incertidumbre que nos mortifica, generándonos trastornos que pueden ser fatales para la vida de un ser humano, porque la mentira es un arma de destrucción masiva, “basta tan solo una mentira para poner en duda todas las verdades”.

La mentira fue una de las principales desventajas de Iván Ilich, porque su familia nunca le dio a saber la verdadera magnitud de su enfermedad que padecía, siempre resguardaban la verdad a base de mentiras y consuelos momentáneos para no hacerlo sentir mal, sin darse cuenta que eso en vez de ayudarlo lo perjudicaba cada vez más.

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