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El "otro" Analisis De Barthes


Enviado por   •  8 de Abril de 2015  •  4.353 Palabras (18 Páginas)  •  209 Visitas

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Resumen

Nos hemos adentrado en el análisis textualista presentado por el semiótico y semiólogo francés Roland Barthes, él, nos presenta este análisis para comprender y entender de mejor manera los textos, utilizando métodos poco usuales, pero muy eficientes a la hora de aplicarlos.

Nos da a conocer que el término texto no está dado como lo entendemos actualmente de una manera coloquial sino, que hay que entenderlo de su nombre etimológico que proviene del latín textus, participio de ‘texo’ del verbo texere, que significa tejer, trenzar, entrelazar. (Etimologías de Chile, 2013) Esto último es de suma importancia, ya que Barthes propone su método para deshilachar el texto y exhibir su pluralidad, estrellar el texto como si fuera un espejo, y luego ir separando los trozos significativos en los que se podrá ver lo que no se veía en la superficie lisa. (Gomez, pág. 4)

Este análisis no pretende ser una crítica literaria ni mucho menos una manera de buscar el sentido único del texto, al contrario este método intenta abrir el mundo de significancias que guarda un texto y que muchas veces sus significados son ocultos a los ojos del lector. Barthes nos invita a vivir lo plural del texto por medio de sus diversas connotaciones, sacar a la luz lo que no podemos ver a simple vista.

Barthes y su método

Roland Barthes, era de nacionalidad Francesa, nacido el 12 de noviembre de 1915 en Cherburgo. Fue un semiólogo, pensador, filósofo, teórico literario, ensayista y semiótico francés. Su defunción fue en 1980, tras ser atropellado en París.

Gracias a ciertas influencias de lingüistas como Ferdinand de Saussure y Émile Benveniste (entre otros), participó de la escuela estructuralista, en donde se estudiaban los signos sociales, a través de un análisis textual.

Roland se preocupaba y trataba de entender el por qué el lector básico no logra comprender el lenguaje metafórico de ciertos textos, y nota que este tipo de personas evita leer ese tipo de escritos y por el contrario, buscan textos manifestados de manera literal, es por esto que él intenta mostrar el texto tal cuál es, sacando a flote su estructura. Él realiza todo un análisis estructural textual, mostrándonos una nueva mirada a los textos, una nueva manera de leerlos viéndolos en un sentido más etimológico.

Para entender a Barthes, primero hay que comprender el texto como un conjunto de códigos que se entrelazan entre si formando avenidas de sentidos. Es por esto que la connotación es un factor importante para abordar la pluralidad del texto, un factor que nos lleva a menciones exteriores y anteriores de otros textos, es decir que comprende al signo lingüístico de diversas miradas no obstante no se reduce a la subjetividad de la persona, más bien, se abre un mundo de objetividad.

La connotación, sería entonces, el arranque del código de un campo asociativo, que en su campo resguarda diversos significantes que le dan cierta coherencia. Definicionalmente la connotación, añade Roland Barthes, es una determinación, una relación, una anáfora, un rasgo que tiene el poder de referirse a menciones anteriores, ulteriores o exteriores, a otros lugares del texto, y a otros textos. (Gomez, pág. 2)

Se podría decir que los códigos son las avenidas de sentidos donde transitan innumerables lexías que de cierta manera están relacionadas coherentemente, es decir son las infinitas voces de un texto.

Los códigos son los arranques, los puntos de partida de lo ya leído, de lo ya visto. Son los puntos de arranque de una serie de significantes. Ese carácter deshilvanado de los códigos no contradice la estructura, sino al contrario, es parte integrante de la estructuración. El deshilachamiento del texto, como él lo llama, es lo que distingue la estructura (objeto del análisis estructural propiamente dicho), de la estructuración objeto del análisis textual. (Gomez, pág. 3)

La lexía es la herramienta de trabajo que nos ayuda desmenuzar un texto, es la unidad de lectura que se traduce en una frase u oración, de la cual se pueden observar los sentidos del texto. Saussere previamente había ya aplicado un método parecido con el signo lingüístico, dividiéndolo en significado y significante, lo que nos muestra que Barthes hereda esa idea y trata de hacer cortes en el texto arbitrariamente enumerados (para facilitar trabajo), procediendo luego a analizarlos y verlos como una continuidad de significaciones. “Si se quiere estar atento a lo plural del texto, hay que renunciar a estructurar el texto en grandes bloques” (Gomez, pág. 3), como diría Barthes.

Antes de aplicar estos conceptos y pasos, se debe hacer una lectura acabada y lenta, que para Barthes sería una condición primordial y necesaria para empezar a realizar el análisis, el arte de leer y releer sería, fundamental para encontrarse con los sentidos ocultos que en una primera lectura rápida pasarían desapercibidos.

No olvidemos que este método del análisis textual es un constante volver al texto, a lo ya leído, a lo ya visto. Por lo tanto, una vez dividido el texto en lexías, hay que leerlo lentamente, de lexía en lexía, lo más lentamente posible, deteniéndonos tanto tiempo y tan a menudo cuanto sea necesario. “La calma es una dimensión esencial en este tipo de trabajo.” (Gomez, pág. 4)

Borges y su biografía

Jorge Luis Borges, escritor y profesor, nacido en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899, nació en una familia dedicada a la milicia, su padre fue el primero en romper con la tradición al convertirse en profesor de psicología e inglés. Borges aprendió a leer y a escribir en inglés desde pequeño gracias a su abuela Fanny Haslam, con sólo seis años, ya sabía que su vocación era ser escritor. Escribió su primera fábula en 1907. Ya a los diez años tradujo al castellano “El Príncipe de Oscar Wilde”.

En 1914, en pleno estallido de la Primera Guerra Mundial, se establece junto a sus padres en Ginebra, donde realizó su bachillerato. En 1919 vive una breve temporada en España donde se relaciona con escritores ultraístas, dos años después regresa a su país natal, y con otros jóvenes escritores funda la revista Prisma y la revista Proa, firmó el primer manifiesto ultraísta de Argentina. En 1923 publica “Fervor de Buenos Aires”, el primero de los volúmenes de una recopilación de sus poemas inspirados en temas históricos de su país, lo siguieron ”Luna de enfrente” (1925) y “Cuaderno de San Martín” (1929).

Comenzada la década de los treinta su fama comenzó a crecer en Argentina, aunque su consagración internacional se vendría muchos años después. En ese mismo periodo a causa de una enfermedad hereditaria comienza a perder la vista.

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