Ensayo la muerte de ivanilich

La muerte de Iván Ilich

Se comienza el libro con la introducción del personaje principal y su historia. Se describe a Iván Ilich como un hombre agradable, inteligente, honorable y apasionado, pero por sobretodo extremadamente ambicioso.

Si bien esta característica en exeso no es la óptima, no se puede culpar completamente a Iván Ilich por adquirirla de una manera tan notoria pues, el fue criado en un entorno con estas características desde pequeño, en el cual, las personas siempre miraban hacia arriba, tratando de parecer mas de lo que eran, dejando sus gustos y personalidades de un lado solo para encajar correctamente en la sociedad que esperaban y no ser tachados como parte del marginado. De este modo se vivía, los que se estaban en un nivel inferior, se encontraban siempre mirando siempre hacia arriba, y los que se encontraban arriba, mirando orgullosos hacia abajo. Se describe a todos los personajes como seres ajenos a la muerte, con sentimientos compasivos poco notorios. Esto se da a entender al comienzo del libro con la descripción de ellos frente a la muerte de Iván Ilich, dejan de lado los sentimientos naturales humanos por otros mas codiciosos y superfluos de modo que actúan con compasión actuada o de la manera que “se cree” es honorable a la situación, pero se deja ver claramente entre líneas sus pensamientos y propósitos escondidos.

Si bien se da a entender que Iván Ilich era un personaje interesado por los demás ya que jamás abusó de su poder, no se alejaba del mismo actuar que los demás, pues su ambisión se ve reflejada a lo largo de la historia, siempre viviendo dependiendo de deudas por mantener un estilo de vida fuera del estrato social que representaban sus ganacias, añorando puestos altos, y un círculo social importante pues, la sensación de poder estar por sobre otros causaba en él un inmenso placer que al final del día solo afinaba su entusiasmo por subir cada vez mas de estrato.

Todo sus sistema de vida sufrió un cambio drástico cuando comienza con un dolor punzante en su costado. Un golpe causó en él algún tipo de enfermedad que cada vez fue empeorando más y acercándolo a la muerte. Su concientización respecto al tema, el miedo al futuro y su aceptación a la muerte, le hizo generar en su cabeza una reflexión profunda respecto a su forma de pensar. Decide como un medio de escape al dolor y al sufrimiento concentrarse más en el servicio y en el trabajo, esto a raíz de adoptar los pensamientos previos que lo mantenían a estable, tener una vida cómoda y en paz. Esta situación es comparable con el famoso libro de Miguel de Cervantes “Don Quijote de la Mancha” y con la vida ficticia que se crea Alonso Quijana al añorar la vida de antaño, llena de justicia, caballeros, buenas virtudes y decencia. Al igual que Iván Ilich recurría a su trabajo como una salida, Alonso Quijana se escapa de su realidad y deja de lado cosas importantes de la vida personal “se daba a leer libros de caballería con tanta aficción y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aún la administración de su hacienda”(123). Es decir, se escapó de su realidad para vivir en una de fantasía en la cual según él, le traería gusto y paz.

Sin embargo ambos personajes encuentran en su intento de escape una obstrucción constante en su propósito de olvido. Iván Ilich se esmeraba en su trabajo, pero el constante dolor seguía invadiéndolo y luchaba constantemente para lograr llegar al final del juicio. Socialmente, sus subordinados y colegas notaban sus nuevas actitudes y, junto a él “tomaron conciencia de que todo el interés que él producía en los demás consistía solo en cuando sería que al fín dejara vacante su puesto” (67). En esta ocasión Iván Ilich pensaba que en ese mismo momento sería en el cual se liberaría también él de sus propios sufrimientos. En el caso de Alonso Quijana, si bien el personaje no toma conciencia de lo que sucede, se deja ver que las actitudes de la sociedad derrumban sus sueños a base de burlas y golpes, claro es el encuentro con los galeotes pues, Alonso Quijana decide liberarlos pensando en la justicia humana, mas uno de ellos “ya enterado que don Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate había acometido como el de querer darles libertad, viéndose tratar de aquella manera, hizo del ojo a los compañeros, y, apartándose aparte, comenzaron a llover tantas piedras sobre don Quijote, que no se daba manos a cubrirse con la rodela” (266). Una vez más, Alonso Quijana quedaba derrotado.

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