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Estilos De Aprendizaje


Enviado por   •  30 de Octubre de 2012  •  2.355 Palabras (10 Páginas)  •  584 Visitas

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Cultura y formación de docentes de Rodolfo R Roux nos habla que “el educador sinónimo de culto, y cultura una vieja palabra latina que significa cultivo, planeación. Un educador debe ser más que nadie una persona culta, cultivada, por que por vocación y por oficio él es un cultivador, un jardinero de hombres, y si no tiene algo para cultivar no podrá cosechar. El educador, pues, o es culto o no es educador. Pero, ¿Qué cultiva un educador? Cultiva las potencialidades de las personas que se han encomendado, su pasión por el saber, su capacidad critica, su mentalidad reflexiva, su creatividad. Educar es cultivar a la persona toda; no solo su cerebro si no también su corazón, su capacidad de amar, desear de imaginar, de sentir e integrarse a la colectividad y mejorarla.

También citamos a el autor Antonia Gramsci que escribía sobre la cultura de la siguiente manera: “hay que perder la costumbre y dejar de concebir la cultura como papel enciclopédico el cual el hombre no se contempla mas que bajo la forma de un recipiente que hay que rellenar y apuntar con datos empíricos, con hechos en bruto e inconexos que el tendrá luego que encasillarse en el cerebro como en las columnas de un diccionario para poder contestar, en cada ocasión a los estímulos varios del mundo externo. Esa forma de cultura es verdaderamente dañina, solo sirve para producir desorientados, gente que se cree superior al resto de la humanidad por que ha amontonado en la memoria cierta cantidad de datos y fechas que se desgrana en cada ocasión para levantar una barrera entre si mismo y los demás” y continua diciendo “la cultura es cosa muy distinta, es organización ,disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes”.

Ernesto Sábato anota que “una sociedad como la nuestra, que no se preocupa, infortunadamente, por atraer a los mejores para convertirlos en educadores y que además descuida el cultivo esmerados de aquellos que se reclutaron para ser educadores, es una sociedad con vocación suicida y que no tiene derecho mas tarde a lamentarse pidiéndole peras al olmo, pues es de sobra conocido que nadie da lo que no tiene. Quede pues claro que en lo referente a la cultura y formación de los educadores se requiere voluntad política y erogaciones económicas por parte del estado. La cultura cuesta, pero lo que no se inviertes en ella, mas tarde se paga caro. Bien lo sabia la antigua sabiduría china cuando proclamaba: si tus planes son para un año, siembra trigo. Si son para diez años, planta un árbol. Si son para cien años, instruye al pueblo. Sembrado el trigo una vez, cosecharas una vez. Plantando un árbol, cosecharas diez veces. Instruyendo al pueblo, cosecharas diez veces.”

Según paulo Freire “nadie educa a nadie. Nadie se educa solo. Los hombres se educan entre si mediatizados por el mundo”. La interacción no se da en el vacío; se da en espacios sociales concretos. El ambiente puede favorece o ser adverso a una acción educativa y cultural. Por eso hay que hacer del entorno algo educativo. Bien lo sabe la sabiduría popular cuando afirma que las cosas se parecen a uno y que uno termina pareciéndose a las cosas .no se puede aclamar a favor de la cultura cuando nuestra cotidianidad transcurre en el desaseo y en la más elemental fatal de estética. Eso es tan contradictorio como abogar por el dialogo mientras se le tapa la boca al otro.

Ustedes, los aquí presentes, están llamados a ser dirigentes y a formar dirigentes. Como insistía el ya citado Gramsci, Educar no es simplemente convertir a un peón en obrero calificado, sino desarrollar en todo ciudadano la capacidad de dirigir, de gobernar, colocándolo así sea de manera abstracta en la posibilidad de ejercer esa capacidad gobernante. O si no es posible, por condiciones históricos-sociales, formarlo para controle a quienes lo dirigen.

En el planteamiento que presenta Eloísa vasco se reconocen asuntos sustanciales como el saber pedagógico en manos del maestro que plantea “cuando un maestro enseña, pone en juego un saber especifico, al que llamaremos saber pedagógico. Este saber puede analizarse a partir de los elementos y factores que el maestro tiene en cuenta cuando esta preparando su clase. Si le preguntamos a un grupo de maestros en que piensan cuando preparan su clase las respuestas podrían agruparse generalmente alrededor de cuatro categorías: ¿que se enseña?. ¿a quien se enseña?, ¿para que se enseña? Y como enseñar.

Nosotros como maestros del hoy debemos saber que los niños y jóvenes tienen otras expectativas frente a la vida, que han construido nuevos valores porque los valores ancestrales ya no les sirven como referentes axiológicos y que han centrado su interés en la información, quizás porque los medios han estimulado de manera sorprendente todos sus sentidos y el hechizo de la imagen se ha apoderado de sus existencias. Por lo tanto, se requiere un maestro que sepa canalizar la “furia” de la imagen y dosificar su impacto para que su singularidad, antes que diluirse, se fortalezca.

Hoy sabemos que un sistema educativo será más exitoso cuanto mayor cantidad de aprendizaje pueda garantizarles a los alumnos en la menor unidad de tiempo. En este sentido, los medios de información, la informática, la telemática y las aulas virtuales y multimodales cobran cada vez más importancia.

El maestro de hoy no se asume como intelectual ni, mucho menos, como investigador, lo cual impide asignarle a su práctica una dinámica de construcción y apropiación del conocimiento científico. Y, lo que es peor, ante la sorprendente velocidad con que se transforma la ciencia y se produce el conocimiento, el maestro permanece anclado en el pasado y no renueva su práctica pedagógica ni actualiza su saber pedagógico. De otro lado, las instituciones formadoras continúan formando maestros en serie sin percatarse de la necesidad de transformar la enseñanza y de construir modelos de formación docente capaces de enfrentar la realidad de una sociedad cada día más globalizada e informativa educación y, en particular, los sistemas de formación de maestros en el mundo atraviesan un momento de crisis, derivado de su reacomodamiento y transición hacia una nueva visión de formación del hombre y del ciudadano, exigida por la sociedad globalizada en los actuales momentos.

Nos preguntarnos acerca de lo específico de la formación de los maestros, es decir, acerca de las condiciones de posibilidad para la formación de un maestro “anfibio” que se pueda desempeñar con eficiencia tanto en la docencia como en la investigación, que domine el saber pedagógico tan bien como su saber por enseñar, y cuya práctica pedagógica responda acertadamente

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