Evaluación De Los Aprendizajes
Enviado por albagomez21 • 5 de Diciembre de 2014 • 1.611 Palabras (7 Páginas) • 156 Visitas
UNIDAD IV. PLANIFICACIÓN DE LA EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
Objetivo: Diseñar la planificación de la evaluación de los aprendizajes.
Contenidos:
- Teorías del aprendizaje:
o Conductismo
o Cognitivismo
o Constructivismo
- Planificación de la evaluación de los aprendizajes:
o Estrategias de evaluación
o Técnicas
o Instrumentos y actividades
- Factores que determinan:
o ¿Qué evaluar?
o ¿Cómo evaluar?
o ¿Con qué evaluar?
o ¿Para qué evaluar?
o ¿Cuándo evaluar?
- Técnicas de Evaluación:
o Observación
o Entrevistas
o Análisis del discurso
- Instrumentos:
o Lista de cotejo
o Escalas de estimación
- Pruebas:
o Pruebas de ensayo o libre respuesta
o Pruebas objetivas
o De memoria e identificación
o Completación
o Respuestas breves
o De reconocimiento o selección
o De respuestas alternas
o De organización
- Pruebas orales
- Pruebas prácticas
- Registros
- La evaluación y la toma de decisiones
TEORÍAS DEL APRENDIZAJE
CONDUCTISMO TEORÍA ESTÍMULO-RESPUESTA
Teoría: es un conjunto de enunciados relacionados que intentan explicar fenómenos recurrentes
y como al mismo tiempo, indican
métodos para controlar esos
fenómenos.
Un estímulo es un acontecimiento u objeto que puede percibirse o experimentarse mediante el uso de alguno o varios de los cinco sentidos. (Estos acontecimientos u objetos llamados, en plural, estímulos). Este mismo libro, el color de las paredes y la temperatura de la habitación, las sombras de las personas que pasan por delante, los apuntes tomados y el ruido del tráfico que viene de la calle son estímulos. Los conductistas, o los psicólogos que estudian estos fenómenos, han elaborado teorías estímulo-respuesta, que explican el aprendizaje humano o la ausencia de aprendizaje en función de las reacciones o respuestas de una persona a los estímulos. Creen que el desarrollo de respuestas a estímulos se efectúa mediante dos procesos: el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante. Antes de exponer en detalle estos procesos, vamos a examinar brevemente la evolución de la teoría estímulo-respuesta en general.
LA EVOLUCIÓN DE LA TEORIA E-R
La explicación del aprendizaje por parte de los defensores de la teoría estímulo-respuesta tiene una larga e interesante historia (Goodall, 1972). Ya en 1927 el psicólogo ruso Iván Pavlov publicó un libro en el que describía minuciosamente cómo se podría utilizar un estímulo –un tono o una campana- para lograr que los perros manifestaran, como respuesta, una conducta tan poco usual como la salivación. Junto con otros psicólogos, empezó a estudiar cómo y en qué situaciones se podían usar determinados estímulos para obtener determinadas respuestas de los animales. En los años 30 los psicólogos experimentales acudieron con frecuencia al sistema de encerrar a los animales en jaulas para estudiar problemas tales como la medida en que se podían emplear alimentos y otras recompensas como estímulo para enseñarles conductas complejas (abrir un picaporte, por ejemplo). En otros estudios, colocaron a ratas en laberintos y observaron en qué condiciones aprendían o no aprendían a recorrer determinados tramos. El objetivo de estos experimentos era, por lo general, enseñar a un animal a elegir, entre varios, un
itinerario que conducía a una caja de meta que contenía comida. Estos estudios, realizados casi exclusivamente en laboratorios de investigación universitarios, desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo de la psicología. Gracias a ellos, se descubrieron muchos de los principios básicos referentes a las relaciones entre estímulos y respuestas, principios que, más tarde, demostraron su utilidad para modificar la conducta humana.
A principios de los años 60, varios psicólogos clínicos y escolares empezaron a emplear técnicas de estímulo-repuesta parecidas a las que utilizaban los experimentadores que intentaban enseñar a animales. Estas técnicas se usaron en centros de salud mental, en clínicas y en aulas de educación especial para afrontar y modificar conductas no deseadas.
A finales de la década, el uso de estas técnicas había alcanzado una popularidad creciente en las aulas normales e, incluso, en los hogares, a medida que terapeutas, profesores y padres las aceptaron masivamente en un intento de resolver problemas sociales y educativos.
En los años 70, estas técnicas fueron aceptadas por su valor preventivo y por su eficacia en el tratamiento y en la corrección de problemas de conducta. Empresas, centros de asistencia social, escuelas, asociaciones y otras organizaciones intentaron emparejar estímulos y respuesta al objeto de alcanzar metas tan diversas como el mantenimiento o
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