Grandes Esperanzas Taller de Habilidades Comunicativas

UNIVERSIDAD DEL VALLE DE ATEMAJAC

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PLANTEL LA PIEDAD

Lic. INGENIERO ARQUITECTO.
1er. Cuatrimestre.

María del Carmen Gómez García.

ENSAYO:
“Grandes Esperanzas 1-30”
Charles Dickens

Taller de Habilidades Comunicativas.
Claudia Buenrostro                            La Piedad, Mich. 06 de septiembre de 2016.

Esta novela narra la historia de Felipe Pirrip, un huérfano aprendiz de herrero cuya aspiración pasará a convertirse en un noble caballero, describiendo su vida desde su niñez hasta su madurez. La trama de la historia comienza desde la víspera de Navidad de 1812, cuando el protagonista solo tiene siete años de edad.

La historia comienza cuando Felipe Pirrip (Pip) estaba en el cementerio próximo a su pueblo, frente a la losa sepulcral de su padre, de su madre y de sus cinco hermanos, a la muerte y soledad le atribuía que era un manojo de nervios que se asustaba de todo y empezaba a llorar.

 “En aquella ocasión di por seguro que aquel lugar desierto lleno de ortigas era el cementerio; que Felipe Pirrip, último que llevó tal nombre en la parroquia, y también Georgina, esposa del anterior, estaban muertos y enterrados”

C. Dickens. (1860). Grandes Esperanzas. Reino Unido: Chapman & Hall. P. 1

En el cementerio se refugiaba un prófugo que encuentra a Pip; el hombre le hace varias preguntas a cerca de donde vive y cuestiones por el estilo, Pip asustado por el aspecto de este responde sumiso, el hombre le pide que al día siguiente le lleve una lima de hierro y varios alimentos, y que si no se los llevaba se las vería con su compañero que era peor que el, Pip horrorizado solo afirma con la cabeza.

Despúes cuando llega a casa no encuentra a su hermana Georgina (señora de Joe Gargery) la cual tenía un modo agresivo de ser.
“Tenía veinte años más que yo y había logrado gran reputación consigo misma y con los vecinos por haberme criado ‘a biberón’”. C. Dickens. (1860). Grandes Esperanzas. Reino Unido: Chapman & Hall. P.3

Joe le dijo que Georgina había salido a buscarlo, que estaba muy enojada y había bebido, cuando llegó regañó a Pip hasta que lloriqueó y se fue a la cama tan solo con una rebada de pan con manteca. Al día siguiente Pip recordó lo que había prometido en el cementerio y decidió llevar a cabo el plan de robar algunos víveres y la lima de la fragua de Joe, tomó pan, queso, carne picada, un poco de coñac y un pastel de carne de cerdo.

Salió al cementerio en busca del prófugo y todo lo que veía a su alrededor le remordía la conciencia por el robo que acababa de cometer. Cuando pasó por el lugar donde el día anterior había estado creyó haber encontrado al hombre, ya que tenía la misma ropa y el fierro en la pierna, pero su sorpresa fue al verle la cara con un aspecto feroz que abandono el lugar con rezongos, entonces Pip distinguió cerca de la capilla al otro hombre que temblaba de frío, se aproximó a él y le entregó la lima con los víveres. Al ver que el prófugo comía vorazmente Pip le hizo la observación de que no dejaría nada para el otro joven. Después de contarle el encuentro con el otro hombre Pip se fue a casa.

Cuando llegó a casa su hermana le preguntó dónde estaba, Pip respondió que había ido a oír los canticos de Navidad, y por esta razón la señora Joe estaba muy ocupada disponiendo de la casa para la festividad del día, en ese instante entró Joe a la cocina y le cruzó los dedos índices, lo que significaba que la señora Joe estaba de mal humor.
  “Tal estado era normal en ella, que tanto Joe como yo nos pasábamos semanas enteras haciéndonos cruces, señal convenida para dicho objeto, como si fuésemos verdaderos cruzados.”
C. Dickens. (1860). Grandes Esperanzas. Reino Unido: Chapman & Hall. P. 10

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