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Habilidades Comunicativas Orales


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2017  •  Exámen  •  726 Palabras (3 Páginas)  •  149 Visitas

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Título del Control: Habilidades Comunicativas Orales

Nombre Alumno: Brenda Bahamondez C.

Nombre Asignatura: Comunicación Oral y Escrita

Instituto IACC

Octubre 05 de 2016


DESARROLLO

Analizando situaciones cotidianas y cercanas, en que la asertividad y empatía se ven involucradas en la conducta y comunicación, he querido presentarlas a través del siguiente cuadro comparativo:

Falta de asertividad y empatía

Conducta empática y asertiva

Me tocó presenciar una situación durante el desfile de fiestas patrias de los preescolares la semana pasada, en el que participó mi hija. Una educadora de párvulos, preocupada por llevar el orden del curso, desplazó al final del grupo a una pequeña que lloraba, entregándosela a la técnico del nivel, mostrando poca consideración con la niña y la apoderada que acompañaba a la menor. Justificó su actitud diciendo: “no sé para qué la traen a desfilar, si ella siempre llora, tiene pánico escénico”. A mi parecer no fue un buen comentario y creo que pudo haber sido más empática, calmando a la menor y animándola de alguna otra manera.

En la misma situación mencionada. Frente a la menor que lloraba por el nerviosismo de desfilar, la tía técnico acogió a la menor y se dirigió a su mamá, diciéndole que estuviera tranquila que la niña desfilaría junto a ella de su mano,  para que no se sintiera sola. Esta actitud logró tranquilizar tanto a la niña como a la madre.

El día de ayer, se realizó un operativo en el colegio de mi hija, con diferentes entidades gubernamentales y otras de servicio público. Esperando junto a mi mamá en una fila para ser atendida, se pasó por delante una joven mujer, la que llevaba menos tiempo esperando, cuando le hice ver que estábamos antes que ella, un hombre que la acompañaba se molestó increpándonos “qué se quejan, si igual las van a atender, además que esto es gratis”- dijo. Me pareció que su comentario era de un estilo totalmente agresivo.

Seguido a la situación descrita en el operativo del colegio, una de las funcionarias que observó la incómoda situación, se acercó a mi mamá y le dijo “no se preocupe señora, yo estoy consciente de que usted estaba antes, pero pase y yo la atiendo en seguida”, esto en tono amable, sin discutir con el caballero que nos había increpado.

Hoy me contó la secretaria del jardín, que una apoderada llegó a dejar a su hijo, notoriamente afectada emocionalmente por diversas situaciones personales que ha pasado. Una de las tías al verla, abrió la puerta para recibirle al niño. Al optar por un estilo pasivo, no se logra la empatía y asertividad necesarias.

Frente a la situación mencionada y ante la reacción de la tía, la secretaria salió para ver si podía ayudar en algo a la apoderada. Efectivamente le entregó  unas palabras de aliento, animándola a seguir esforzándose por sus pequeños y destacando su labor como mamá. Ella agradeció sus palabras y la empatía demostrada hacia su persona.

Ayer por la tarde, se produjo un incendió a dos pasajes de nuestra casa. Mis padres pasaron en su auto por fuera de la casa incendiada junto a mi pequeña sobrina, y escucharon como algunos niños corrían para ver el accidente, movidos por el morbo y la curiosidad, con comentarios tales como: “corramos, antes que se apague el fuego para ver el incendio”, “si yo quiero ver el fuego”. No existe empatía por las personas afectadas.

Cuando llegaron mis padres a la casa, junto a mi sobrina Josefa de 4  años. Mientras ellos nos contaban del lamentable incendio, Josefa decía: “pobrecitos tía, se les quemó su casita, ojalá alguien pueda ayudarlos”. Su comentario me dio gusto, al ver la actitud que había en ella.

Esperando locomoción en el centro, lamenté ver la actitud de un chofer de taxi, que se negó a llevar a una señora que iba con su bebé y un coche, explicando que le era complicado “desarmar el coche”, como razón excusable para no prestarle el servicio.

Veo cada día a mi pequeña hija (tiene casi 5 años), preocupada del bienestar de mi abuela que tiene 86 años y se encuentra postrada, pero cada vez que la escucha llamar, corre a buscarnos y avisa: “la mami necesita algo, hay que cuidarla porque es viejita”. Su cuidado a veces exagerado, me permite ver empatía en sus comentarios para con ella, lo que habla bien de su persona.

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