LA TRAVESÍA DE LÁZARO. Un Recorrido Necesario Para Crecimiento Personal.

LA TRAVESÍA DE LÁZARO.

Un recorrido necesario para crecimiento personal.

Una de las maneras de pensar que más es recurrente en el ser humano es aquella que nos hace creer que si logramos pasar las pruebas difíciles que la vida nos impone nos veremos retribuidos en el futuro por el sacrificio, y es una filosofía que ha permanecido intacta a través de la historia del hombre, y en ésta historia del Lazarillo de Tormes está más que clara, pretendiendo mostrar al lector las ventajas del sacrificio mientras hace su propia crítica.

Es claro que la principal intención del Lazarillo de Tormes es reflejar en las páginas toda la realidad de la España del siglo XVI y, valiéndose de esta denuncia, si se puede llamar así, para reflejar el anhelo del hombre. La condición de la mendicidad es su principal preocupación, tomando a personajes de diferentes naturalezas para explorar en la sociedad de la época. Por un lado tenemos a los siete amos por los que pasa el Lazarillo, una muestra de los diferentes caracteres y clases sociales de aquella época, contrastando con el Lazarillo, quien es un crisol de la mayoría de los sentimientos más fuertes y comunes del ser humano, entre ellos la fe y el deseo de tener un futuro próspero, merecido luego de haber superado los obstáculos que la vida nos impone. El protagonista hace el recorrido con la ambición, lo que presupone la construcción, a través de la experiencia, de la sicología que lo identifica como pícaro.

En la mayoría de ellas [novelas picarescas] se narra una vida desde sus orígenes, subrayando momentos críticos que implican, a su modo, cierta organización formal, la genealogía que predetermina la futura conducta del pícaro; el paso del protagonista de la inocencia a la experiencia; el despertar del antihéroe y la formulación de su actitud picaresca; la serie de aventuras que demuestran la nueva sicología del protagonista … (1977: 21- 22)

Por otro lado están los sentimientos del Lazarillo. Son sentimientos que evolucionan y cambian con el paso del tiempo, desde su inocencia hasta su malicia, condicionada en un principio por la relación entre él y sus amos, y que en el futuro lo llevarán a tomar decisiones importantes en lo que concierne a su propio bienestar.

En el Lazarillo de Tormes, los obstáculos están configurados en las indeseables condiciones de miseria y hambre, además de los tratos de cada uno de sus amos, tomados como una manera de aprendizaje para el crecimiento personal y futuro éxito. Los percances son el medio más eficiente para aprender y descifrar los secretos de la vida y la mejor manera para desarrollar la agudeza y las capacidades de razonamiento a través de la experiencia, como primera medida de sobrevivir.

La educación del Lazarillo comienza desde temprana edad y la primera conclusión que saca el personaje, relativamente joven, pero que es muy consciente: «¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos».

Quizá el autor no calculó bien al atribuir al personaje ésta frase, pues siendo tan joven es poco probable que pueda acertar con un problema que habita en lo más profundo de los corazones. Pero dejando pasar ese detalle, ya desde el comienzo de la obra nos hemos hecho una idea de cómo transcurrirá la vida del lázaro, observando, absorbiendo información para poder sobrevivir a lo que será su vida trajinada al servicio de la hipocresía y tiranía de los amos, que más que amos son el ejemplo a seguir, no habiendo más alternativa a su alcance.

Lo que en los tiempos modernos afirma la ciencia, de que el niño jamás olvidará lo que aprende en sus primeros años de vida, parece que no es nada nuevo y, como vemos, está ya claro en la época del Lazarillo. El primer amo, un ciego que lo trata a las patadas, a pesar de su agresión constante, será a quien más recuerde Lazarillo por todo lo que con él aprendió, ya sea directa o indirectamente. Gracias a los golpes que éste le propina, Lazarillo despierta y es consciente de la realidad que está viviendo. Sabe que si no reacciona no saldrá jamás de su condición de sirviente.

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