ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Educacion Ambiental Formal Y No Formal

juana19846 de Abril de 2014

10.711 Palabras (43 Páginas)425 Visitas

Página 1 de 43

La Educación Ambiental formal y no formal: dos sistemas complementarios

María Novo (*)

(*) María Novo es titular de la Cátedra Unesco de Educación Ambiental de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España y directora del máster en Educación Ambiental de dicha Universidad. Ha dictado cursos y conferencias en numerosas universidades y foros nacionales y extranjeros durante las últimas décadas y es autora de diversos libros y artículos sobre el tema, los últimos de ellos los titulados “Bases para una estrategia española de Educación Ambiental” (ICONA, 1993) y “La Educación Ambiental: bases éticas, conceptuales y metodológicas” (Univérsitas, 1995).

El objetivo de este trabajo es relacionar la Educación Ambiental que se desarrolla en ámbitos escolares (Educación formal) con aquella otra que vienen realizando las organizaciones no gubernamentales, grupos ecologistas, ayuntamientos y comunidades autónomas (Educación no formal), por considerar que ambas forman parte de un mismo sistema de pensamiento y acción, en el que los avances de una influyen y realimentan los avances de la otra.

Nuestro estudio se inicia con una secuencia de los acontecimientos que marcan la evolución de la Educación Ambiental en las últimas décadas, de modo que podamos comprender los principios inspiradores de esta corriente educativa. Seguidamente pasamos a delimitar los que, a nuestro juicio, pueden ser considerados como “ejes vertebradores” de la Educación Ambiental, tomando en cuenta las interrelaciones que, en torno a tales ejes, se producen entre la acción educativa ambiental desarrollada en el ámbito formal y el no formal.

Todo ello nos conduce a planteamientos prospectivos que nos permiten vislumbrar cuál puede ser el papel de las organizaciones de Educación Ambiental como coadyuvantes del necesario cambio que han de experimentar nuestras sociedades hacia modelos ecológica y éticamente sostenibles.

1. Introducción

Aproximarse a un planteamiento que integre y relacione la Educación Ambiental desarrollada en ámbitos escolares (Educación formal) con aquella otra que vienen desarrollando las organizaciones no gubernamentales, grupos ecologistas, ayuntamientos y comunidades autónomas, etc., creemos que requiere, como premisa previa, un estudio evolutivo que dé cuenta de las raíces de este movimiento educativo y de su progresiva configuración como vía formativa de primer orden, atenta a un problema gravemente preocupante como es el deterioro de nuestro medio ambiente.

Nos proponemos, por tanto, introducir este estudio con una breve secuencia de los acontecimientos que marcan la evolución de la Educación Ambiental, desde sus inicios como movimiento institucional, hacia el año 1968, hasta el momento presente. Creemos que ello nos permitirá comprender mejor el modo en que se han ido consolidando los principios inspiradores de esta corriente educativa, para que así podamos situarnos con mayor claridad en un contexto científico cuyos debates teóricos y realizaciones prácticas ocupan los últimos treinta años de nuestra historia.

Seguidamente nos centraremos ya en delimitar los que, a nuestro juicio, pueden ser considerados como «ejes vertebradores» de la Educación Ambiental, tanto si ésta se desarrolla en el ámbito formal como si alcanza al no formal. El hecho de que todas y cada una de estas consideraciones sean aplicables a ambos espacios formativos da cuenta de las interrelaciones que mantienen inextricablemente unidas unas y otras experiencias. En efecto, hoy no puede hablarse ya de una Educación Ambiental escolar que no se apoye en recursos organizados ad hoc por los ayuntamientos, las comunidades autónomas, etc., y que no se vea beneficiada por la inmensa e interesante labor que están llevando a cabo las granjas-escuela, los centros de Educación Ambiental, organizaciones no gubernamentales, etc.

Finalmente, querríamos dedicar una parte de nuestro trabajo a desarrollar un planteamiento prospectivo que nos permita otear el futuro, considerando cuál está siendo y, sobre todo, cuál puede ser el papel de las organizaciones de Educación Ambiental no formal en una sociedad en cambio como la que vivimos.

2. Evolución de la Educación Ambiental en las últimas décadas

Resultaría difícil señalar una fecha que fije la aparición del movimiento que denominamos Educación Ambiental (en adelante E.A.). La fundación del Council for Environmental Education (Consejo de Educación Ambiental) en la Universidad de Reading, Inglaterra (año 1968), suele ser el punto de referencia. Este organismo, de carácter planificador y coordinador, pretendía aglutinar e impulsar el naciente trabajo que, sobre el medio ambiente, estaban desarrollando algunas escuelas y centros educativos del Reino Unido.

Es evidente la orientación conservacionista del movimiento en este momento inicial. No podía ser de otro modo, dada la antigua y amplia tradición conservacionista de los países anglosajones.

Una característica del movimiento de E.A. en sus orígenes, común en otros países, es el hecho de que se inicia desde las bases educativas. Son los maestros quienes realizan los primeros ensayos de E.A., muchas veces en el seno de trabajos de campo en asignaturas de Ciencias Naturales, actividades de conocimiento del medio, de cuidado y conservación de la naturaleza, de estudios del entorno, etc.

Paralelamente, las ideas que luego compondrán el modelo que ahora conocemos se iban desarrollando también en el ámbito no formal, principalmente en el seno de los grupos ecologistas, que en aquellos momentos eran escasos, pero muy activos.

En cuanto a la siguiente década, 1960-70, podríamos definirla como la del arraigo del movimiento en determinados grupos más avanzados y concienciados. La tarea más urgente que se nos presentaba a quienes trabajábamos en este ámbito era la de progresar conceptualmente en un campo que se estaba configurando al mismo tiempo que íbamos caminando.

Una «conquista» que ahora puede parecernos lejana pero que requirió de largos debates y procesos, consistió en ampliar el concepto de medio ambiente, que hasta ese momento estaba asociado casi exclusivamente al medio natural, extendiéndolo a lo que eran no sólo los aspectos naturales sino también los aspectos sociales. Costó trabajo que se entendiera que medio ambiente no era solo un ecosistema natural (una charca, un bosque), sino que la ciudad, los sistemas económicos, etc., también eran sistemas ambientales de enorme incidencia en los impactos globales.

En segundo lugar, y ya en el campo educativo formal, fue necesario superar esa tendencia de la tradición educativa a compartimentar los aprendizajes, a asignarlos (de ahí el término «asignatura») en bloques estancos, reflejo más o menos riguroso de las respectivas ciencias que se pretende enseñar. En esta línea, la tarea consistió en convencer, también desde las bases, a las autoridades educativas, de quela E.A. tenía que ser una dimensión que impregnara todo el curriculo; de que no queríamos una nueva asignatura para el curriculo escolar.

En tercer lugar, hay que destacar que en la década de los setenta se comenzaron a dar los primeros pasos interdisciplinarios, las primeras experiencias en las que el medio ambiente era considerado como un centro de interés y en las que intervenían profesores de distintas materias. Estos trabajos fueron el cimiento de toda la comprensión de un nuevo método de acercamiento a la realidad, que posteriormente desarrollaríamos en esta línea.

Como cuarta aportación, cabe recordar este período como una década especialmente difícil para afianzar algo que hoy está bastante asumido, afortunadamente, y es que la E.A. si es algo es antes que nada un movimiento ético. Este planteamiento fue difícil de consolidar en un movimiento nacido de la tradición conservacionista, pero creemos que tuvo la virtualidad de permitir que se fuese avanzando más allá del simple conservacionismo, sin necesidad de abandonarlo.

En el plano de la E.A. no formal, esta década coincide con el despegue de los grupos ecologistas, y comienzan a aparecer en los países anglosajones algunas experiencias pioneras en dotar a estos colectivos de una cierta dimensión educativa, a través de manifiestos, conferencias, etc., al tiempo que se van sensibilizando algunas instituciones extraescolares de tipo local para crear estructuras de apoyo a la escuela en su acción a favor del medio ambiente.

Naturalmente esta evolución que vamos reseñando no se presenta de un modo uniforme, ni en lo que se refiere a los países ni a los grupos dentro de cada país. Pero puede afirmarse que unos y otros van consiguiendo notables avances, con vistas a lo que será el período que se avecina.

Y con ello entramos en la siguiente década. Podemos considerar el decenio 1980-90 como el del salto de la conciencia sobre la problemática ambiental desde los grupos minoritarios a la ciudadanía en general; el del desarrollo de las ONGs. y de los grupos ecologistas; el del afianzamiento de experiencias de E.A. en el ámbito no formal (granjas-escuela, aulas de la naturaleza, etc.).

Se trata de una década en la que la crisis ecológica se acentúa y los problemas demográficos se unen a los fuertes desequilibrios Norte-Sur. Es el momento en que empieza a divulgarse más allá del mundo científico todo el problema de la capa de ozono, de los cambios climáticos, etc. El avance más importante quizá sea que ahora se generaliza al fin la comprensión de que la problemática ambiental es un fenómeno global y comienza a percibirse esta idea de globalidad que lleva aparejada la idea de relación, la idea de interrelaciones

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (69 Kb)
Leer 42 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com