ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Reina Del Pacifico

navarreten30 de Noviembre de 2014

3.939 Palabras (16 Páginas)299 Visitas

Página 1 de 16

Capitulo 3

Introducción

Este capítulo cubre el impacto que las mujeres narcas tienen en la sociedad mexicana, especialmente con los medios de comunicación. Sandra Ávila Beltrán será el enfoque de este capítulo y sobre como ella ha inspirado la creación de una película, novela y narcocorridos. El capítulo se enfocará en los narcocorridos que son dedicados a mujeres que no se someten ante nada, mucho menos a los hombres. Mujeres que toman la justicia con sus propias manos y no les tiembla el pulso para matar.

La sociedad mexicana ha tenido significantes cambios y se ha beneficiado con el negocio del narcotráfico pero no cabe duda que los problemas que trae el negocio exceden a los beneficios. La industria de la droga es de gran beneficio para los mexicanos especialmente para la gente campesina ya que es el trabajo que es mejor pagado. Para muchos mexicanos el narcotráfico es un negocio que les ofrece una vida mejor y una oportunidad de salir de la pobreza que los rodea. Se puede decir que el narcotráfico ofrece beneficios económicos que ningún otro trabajo legal en México puede ofrecerles a los mexicanos. Aunque el narcotráfico ofrece los mejores saldos —emplea a cualquiera sin importar la educación, sexo y edad—, la violencia y la corrupción que produce en la comunidad mexicana ha convertido a México en uno de los países más violentos del mundo (Vargas, “El impacto económico del…”). El narcotráfico es responsable por la creación de organizaciones que se dedican al asesinato, el incremento en la prostitución, un significante aumento en porcentaje de drogadicción, la muerte de mucha gente inocente y entre otros crímenes que van contra la salud de los habitantes mexicanos. En el narcotráfico los individuos que reciben más atención son los líderes que están al cargo de mantener el orden y a dar la cara por sus organizaciones. Estos líderes tienen bajo su mando a trabajadores que se dedican al asesinato o a la producción y venta de las drogas. La mayoría de estas cabecillas —suelen ser siempre hombres— son representados como los típicos machos de México.

El narcotráfico se está convirtiendo en algo positivo y ha tenido un gran impacto en la cultura mexicana especialmente en la música y los medios de comunicación. Un narcocorrido es una forma de contar sobre las hazañas, los logros y sobre todo enfatizar el poder que el “capo mayor” —sinónimo para la cabeza— tiene en el tráfico de drogas. El narcocorrido en sí es un tipo de música que es escuchado por la población de la clase baja y promueve el estilo de vida del narcotráfico. “Los narcocorridos al igual que los carteles de la droga son un producto social muy complejo que surge de la desigualdad social existente en México” (Caropresi, “Narcocorridos: apología del delito”). En México solo los de la clase alta viven una vida lujosa y son los que tienen el poder mientras los de la clase baja pasan hambre y aunque trabajen de sol a sol jamás podrán ganar el mismo sueldo. Es más, el narcocorrido idolatra a los narcotraficantes por enfrentarse al gobierno mexicano y los compara con héroes de la Revolución Mexicana (Caropresi, “Narcocorridos: apología del delito”). El narcotráfico fue un negocio exclusivamente solo para el género masculino y como resultado los primeros narcocorridos compuestos eran únicamente sobre los hombres que estaban al frente del negocio. Usualmente los narcocorridos eran compuestos para las cabezas de los infames carteles que no solo controlaban el mercado de drogas sino que también estaban al frente de organizaciones criminales.

Las organizaciones criminales al principio solo reclutaban al género masculino pero al ver lo eficientes que eran las mujeres empezaron a emplearlas. Aunque la mujer empezó con un papel muy mínimo en el negocio, poco a poco empezó a subir de rango y eventualmente terminó como la cabecilla. El género femenino empezó a hacerse un nombre en el negocio de tráfico de drogas y empezó a dominar un negocio dominado por el género masculino. Al igual que los hombres, las mujeres también viven una vida glamorosa llena de joyas, ropa de marca, automóviles blindados de último modelo y fincas hermosas. Lo que estas mujeres tienen de bonitas lo tienen de peligrosas y eso les ha dado el respeto y temor del género contrario. Son mujeres independientes de carácter fuerte a quien no les tiembla el pulso cuando tienen que matar. Estas mujeres son muy cuidadosas al manejar sus negocios ilícitos y mantienen bajo su mando a bandas que se dedican al crimen organizado. Como los hombres estas mujeres del narcotráfico también tienen sus propios narcocorridos, han inspirado a los medios de comunicación y hasta cantan narcocorridos dirigidos a las mujeres que están involucradas en el negocio. Los narcocorridos dirigidos a las mujeres usualmente cuentan sobre sus estilos glamorosos, sus personalidades, lo violentas que pueden ser y sobre sus vidas como narcas (Santamaría Gómez, cap. 6).

Las narcas como se les conoce a las mujeres que están involucradas en el tráfico de drogas no son las únicas que tienen sus corridos. Los narcocorridos también son dirigidos a las mujeres que o tienen alguna relación con algún traficante o son mujeres de armas tomar que no se encogen ante la muerte. El corrido norteño a diferencia de la tradición corridística del centro y sur de México está inclinado “a mostrar mujeres fuertes”.

En el cancionero acompañado por acordeón y bajo sexto abundan las mujeres valientes, de armas tomar, alejadas de la victimización y mostrando una capacidad agencial que les gana el reconocimiento del corridista; mujeres como Amparo del Fierro, miembro de la famosa dinastía de la muerte, la familia del Fierro, que ha sido objeto de múltiples corridos a través de los años (Ramírez-Pimienta, “Sicarias, buchonas y jefas: perfiles de la mujer en el narcocorrido”).

El acordeón es el instrumento que siempre acompaña a los narcocorridos y es quien le da vida a la música. Las mujeres que son mencionadas en los narcocorridos son violentas y están acostumbradas a la muerte. La familia del Fierro conocida como la “dinastía de la muerte” es una familia del norte de México “que a lo largo del siglo XX sufrió innumerables asesinatos, supuestamente causados por problemas de lindes con familias rivales de gatillo fácil, casi siempre en tierras de Matamoros y Valle Hermoso, en el estado de Tamaulipas” (“Los hermanos del fierro, la dinastía de la muerte…”). La familia del Fierro ha sido la inspiración de varios narcocorridos que han organizado la película La dinastía de la muerte. Los narcocorridos cuentan sobre las muertes de los hermanos Fierro que o fueron asesinados por la policía o en emboscadas por sus rivales. Amparo del Fierro —hermana de los hermanos Fierro— inspiró el corrido de Santiago Iracheta donde “se muestra el valor de esta mujer de una manera que no deja lugar a la ambigüedad”. El narcocorrido cuenta sobre cómo Amparo del Fierro siempre está bien armada —con ametralladora— y cómo ella no le teme a nada (Ramírez-Pimienta, “Sicarias, buchonas y jefas…”).

Amparo del Fierro es tan solo una de las muchas mujeres —de armas tomar— que son mencionadas en narcocorridos. Otro ejemplo es la protagonista de “La entadallita” —escrito por José Albarrán— Teodora, una mujer que no permite que un hombre celoso la amenace de muerte y en ves decide tomar la ofensiva al arrebatarle la pistola y matarlo. Como Amparo del Fierro y Teodora hay muchas que tienen sus propios corridos en donde son representadas como mujeres valientes que no temen mancharse las manos con sangre. Estas son mujeres que no toman la traición a la ligera, son independientes y no dejan que nadie mucho menos un hombre las cele o mande. Son mujeres que toman la justicia con sus propias manos y se vengan de quien les hace daño a ellas o a su familia. La mayoría de estas mujeres nacieron en una familia que de alguna manera estaba involucrada con el narcotráfico. No cabe duda que estas mujeres mencionadas en los narcocorridos llaman la atención especialmente las mujeres que forman parte en el tráfico de drogas, las mujeres que están al mando de organizaciones que se dedican al asesinato o al tráfico de drogas ilícitas.

Las drogas ilícitas han creado un negocio que se ha convertido en una tradición que se está pasando de generación en generación a lo largo del tiempo. Desde que el negocio del narcotráfico llegó a México los hombres siempre han sido el género dominante pero en los últimos años el género femenino ha empezado a tomar los mismos trabajos. Al igual que los hombres estas mujeres también empiezan a tener sus propios narcocorridos en donde ya no son las simples acompañantes de los narcos sino que ahora ellas son las protagonistas. En los narcocorridos la mujer está adoptando “un papel “activo””, convirtiéndola en la protagonista de algunos cuentos “gracias a su condición de “Jefa de Jefas” o “Chacalosa”: epítetos dados a las mujeres que adquieren poder y ocupan cargos importantes en una actividad presumiblemente masculina”. Se puede decir que los narcocorridos quieren enfatizar el “empoderamiento” femenino, al incluir en varias canciones el grito: “También las mujeres pueden plebes” (“Tambien las mujeres pueden plebes…”). Estas mujeres también han inspirado a los medio de comunicación y han obtenido fama no solo en su estado natal, sino también en países extranjeros. Son mujeres inteligentes y calculadoras que no se intimidan con nada y son capases de todo por el bien estar de sus familias. Un ejemplo perfecto es la infame Sandra Ávila Beltrán mejor conocida como la Reina del Pacifico, quien fue la inspiración de narcocorridos,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (23 Kb)
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com