La “urba” el nuevo conjunto urbano de exclusión.

La “urba” el nuevo conjunto urbano de exclusión.

Los modelos de conjuntos urbanos han mutado a través de la historia de la ciudad, en la actualidad la construcción de lo que se conoce popularmente como urba (urbanización, residencial) es el modelo que predomina en la estructura de los nuevos modelos urbanos. Dichos modelos surgen principalmente de la necesidad por el aumento de la inseguridad y la violencia urbana, la incapacidad del estado para asegurar ciertos servicios considerados básicos, como es la seguridad ciudadana; la progresiva desaparición en la ciudad del sentimiento de comunidad; el aumento de la desigualdad social y el incremento de la brecha entre pobres y ricos, sumado al deseo de lograr status y cierta homogeneidad social por parte de algunos grupos sociales y la puesta en marcha por parte de los desarrolladores urbanos, de una nueva "moda" urbana.

Con respecto al hecho de la desaparición del sentimiento de comunidad, los desarrolladores urbanos crearon estos complejos cerrados como respuesta a este fenómeno, basándose en la premisa de que el simple hecho de compartir un mismo espacio geográfico generaría un sentimiento de empatía entre los residentes. Pero como la realidad lo demuestra generalmente ocurre lo contrario, en las urbas personas que tienen varios años de vivir a lo mucho conocen cuantas personas viven en la casa del frente, algún nombre de los vecinos de al lado, etc. Dicho fenómeno se puede asociar al hecho de que en estas urbas no se realizan actividades que faciliten la socialización de la personas debido, en gran parte a que en estos complejos, que si bien parten de la idea de homogeneidad  esta categoría solo abarca la variable económica, por lo general son habitados por personas de diferentes creencias religiosas, la gran oferta que existe con respecto a los centros educativos genera que los jóvenes y niños no compartan centros de estudio, en resumen no realizan actividades sociales comunes.

En contraste en el barrio este sentimiento de comunidad suele tener toda una trascendencia histórica pues los habitantes generalmente son el resultado de varias generaciones que han sido parte en la formación de dicho complejo. El simple hecho de asistir a la iglesia del pueblo  la cual pertenece a cierta (o) patrona (o) que paralelamente reproduce un sentimiento de pertenencia, las fiestas que se realizan en ofrenda a este o esta funcionan como promotores de identidad y por ende la aparición de un sentimiento de pertenencia a un grupo determinado. Por otra parte la formación de grupos o redes comunales tales como ASADAS, Directivas, comités funcionan como organismos que contribuyen a la organización de las personas para que estos luchen por una meta en común, además funcionan de mediadores entre la realidad social común (el barrio) y la realidad social local (el país), propiciando que las personas estén al tanto de la realidad del contexto donde están inmersos, algo contrario sucede en las urbes donde sus habitantes al pertenecer a una clase social con mayor ingresos (clase media alta) utilizan servicios privados (educación, salud) lo que provoca un desarraigo de la realidad social local, por ejemplo poco le puede importar a una persona que tiene sus hijos en un centro educativo privado una huelga de los sindicatos del sector educación, o muy poco interés le presta una persona de Cartago a la situación catastrófica del hospital si utiliza los servicio de la clínica privada.

Además en lo que respecta al espacio urbano, las principales consecuencias de la urba se refiere a la fragmentación del espacio urbano, en donde son fácilmente identificables a partir de la existencia de elementos que marcan claramente los límites de estos complejos: barreras, murallas, cercos de alambre y casillas de seguridad, entre otros,  por otra parte entre sus efectos sociales más negativos se encuentra el tema de la segregación social que estos generan al constituir complejos exclusivos que se aíslan de la ciudad y transforman barreras físicas en barreras sociales. Las agujas, muros y dispositivos de seguridad refuerzan la segregación social urbana y establecen claramente la división entre "los de adentro" y "los de afuera", siendo este el efecto más importante en el tejido social. Además, como se citó antes tiene incluido un sentimiento de intolerancia hacia el barrio y la ciudad como complejos abiertos y los problemas sociales que se dan en la segunda.

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