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Profesorado Cultura Y Posmodernidad


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  2.839 Palabras (12 Páginas)  •  804 Visitas

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Profesorado, cultura y postmodernidad es una obra inspiradora, sin embargo, como Hargreaves menciona, no es una invocación de soluciones a las dificultades de la reestructuración en la educación. El autor presenta las realidades del trabajo de los maestros tal como ellos las experimentan. Su argumento se fundamenta en entender de los propios docentes la manera en que ellos viven su trabajo y las formas en que éste está cambiando. Reconoce los testimonios de “maestros sinceros, abiertos que generosamente cedieron su tiempo para hablar de su práctica” (p. 25).

Una parte importante de la evidencia presentada en el libro proviene de docentes de 12 escuelas primarias en Ontario que participaron en un estudio sobre el trabajo de los profesores y los usos de planeación del tiempo. Primero presentamos la revisión del contenido del libro, para enseguida dar una referencia a la visión relevante de la obra en relación con el compromiso de los docentes, su colaboración y profesionalismo en la restructuración de la educación.

El Cambio

Hargreaves analiza el proceso del cambio: las prácticas y procedimientos, las reglas y relaciones, los mecanismos sociológicos y psicológicos que determinan el destino de cualquier cambio y lo llevan a que prospere o fracase. El autor responde a cómo cambian los docentes, qué los hace cambiar y qué les mantiene firmes y resistir. En esa visión, el involucramiento de los docentes en el cambio es vital para su éxito. Para el autor no es suficiente que los maestros adquieran nuevos conocimientos relacionados con los contenidos curriculares o nuevas técnicas de enseñanza, el cambio debe ser significativo y productivo. Destino de las nuevas estrategias que buscan asegurar el cambio a través del desarrollo profesional, como los esfuerzos hechos para involucrar a los docentes en el proceso del cambio, para hacerlo más parte de ellos, darles más oportunidades de liderazgo y aprendizaje profesional, así como establecer la cultura de la colaboración profesional y el mejoramiento continuo. Sin embargo, para el autor, en muchos aspectos estos movimientos conllevan algunas paradojas inquietantes.

Cuanto más los reformadores sistemáticamente tratan de alinear los mecanismos de cambio con los deseos propios de los maestros para cambiar, pueden reprimir el deseo mismo de enseñar.

Las innovaciones en los métodos de enseñanza y desarrollo profesional generalmente se concentran en la cooperación y colaboración como el eje del perfeccionamiento, sin embargo, a menudo lo hacen imponiéndolas y controlándolas, produciendo simulaciones seguras de cooperación y colaboración de las cuales se han eliminado los riesgos de la espontaneidad, las sensaciones y la creatividad. Las estrategias del aprendizaje cooperativo entre los alumnos, y los sistemas de apoyo o preparación entre colegas muestran como se les puede diluir el deseo cuando los sentimientos y las emociones están sujetas al control administrativo.

Los primeros temas del capítulo analizan la esencia del cambio educativo, tal como está afectando a los docentes, y el contexto del que surge.

Hargreaves explica que la construcción de los actuales patrones del cambio educativo enfrenta una poderosa lucha entre dos enorme fuerzas sociales: las de la modernidad y la posmodernidad. La postmodernidad es una condición social. Las economías postmodernas se estructuran en torno a la producción de más bienes pequeños que grandes, a los servicios más que a las manufacturas, al software más que al hardware, a la información y las imágenes más que a los productos y las cosas.

El autor manifiesta su interés en ciertos aspectos, como el colapso de la certidumbre científica, pero no acepta esa ausencia de certeza en su análisis de la educación. No pretende adoptar una postura acrítica en relación con la condición posmoderna, sino comprender y evaluar las nuevas oportunidades y nuevas limitaciones que ofrece la posmodernidad. El libro describe siete dimensiones fundamentales de la condición social postmoderna y lo setos que suponen para el profesorado y su trabajo: las economías flexibles, las paradojas de la globalización, el final de las certezas, el mosaico móvil, el yo ilimitado, la simulación segura y la compresión del tiempo y del espacio. El mundo postmoderno es rápido, comprimido, complejo e incierto. La compresión del tiempo y el espacio está creando el cambio acelerado, sobrecarga, innovación y la intensificación en el trabajo de lo docentes.

La incertidumbre científica demerita los reclamos de una base segura de conocimiento para la enseñanza y hace sucesivamente cada innovación aparecer cada vez más arbitraria y superficial.

Desde la visión de los profesores y profesoras, lo que hacen es una profesión, arte o carrera. Para el autor, el trabajo del maestro, que es enseñar, es además un empleo: una serie de tareas y de relaciones humanas estructuradas de manera determinada. El lugar de trabajo—la escuela—está también estructurado mediante recursos y relaciones que pueden hacer que el trabajo sea más fácil o más difícil, fructífero o inútil, gratificante o desalentador.

Debido a que la imagen popular del trabajo del docente es el que se realiza en el aula con los estudiantes—preguntando, dando instrucciones, dando consejos, manteniendo el orden, presentando material, calificando o corrigiendo—, dichas actividades y la preparación para organizarlas representan para mucha gente los componentes de la enseñanza. A pesar de toda la inversión en el desarrollo del personal y la formación docente, la enseñanza en el aula, incluso para los maestros, sigue siendo fundamental para la definición de lo que es la enseñanza.

En este sentido, el texto también se refiere al trabajo invisible de la enseñanza como son las reuniones con los padres de familia, con el personal docente, o la revisión de cuadernos, llevar tareas a casa para calificar, etc. Cuando el público juzga a los maestros, lo hace a través de los ojos de los alumnos que los ven dando clase, pero no preparando la clase, calificando o reuniéndose.

Por eso, a menudo, el trabajo del maestro parece menos difícil y demandante de lo que en realidad es. En los años 90s estos componentes del trabajo de los profesores que van más allá del aula se volvieron más complejos, numerosos y significativos. El riesgo creciente de litigios y demanda de responsabilidad han provocado la proliferación de notas, explicaciones, así como otras formas de formularios y papeleo.

De acuerdo a esta perspectiva, la enseñanza se ha hecho más compleja y más especializada, los profesores más involucrados en roles de liderazgo, compartiendo con sus colegas decisiones y aconsejando a otros con su experiencia

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