Proyectos
Lis_alexa1 de Julio de 2013
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CAPITULO VI
CAPITULO IV
LAS INVERSIONES Y FINANCIAMIENTO DEL PROYECTO
Una vez que se ha definido el mercado para el proyecto y dentro de este la posible demanda de los bienes o servicios ofertadas por parte de la organización productiva, así como el tamaño del proyecto, el tipo de proceso productivo a implementarse y la infraestructura, maquinaria y equipos requeridos; el estudio de este capítulo tiene como objetivo determinar la cuantía de las inversiones requeridas para poner en marcha al proyecto, así como la forma en que se financiarían dichas inversiones y de esta manera incluir como un elemento fundamental en la proyección del flujo de caja, permitiendo de esta forma realizar la avaluación final del proyecto.
En un cronograma se registran en orden cronológico las inversiones que deben realizarse antes del inicio de las operaciones del proyecto, las que representarán el mayor porcentaje, sin embargo, deben también registrarse las inversiones que sean necesarias realizar durante la operación, las que pueden tener su origen en el reemplazo de activos desgastados y dados de baja o por la decisión de incrementar la capacidad productiva de la planta, ocasionada por incrementos proyectados en la demanda. Con el mismo criterio el capital de trabajo inicial puede sufrir variaciones de incremento o reducción durante la operación del proyecto, debido a cambios proyectados o imprevistos en los niveles de actividad ocasionados por un incremento o reducción de la demanda.
Inversiones previas a la puesta en marcha
Un proyecto que va a iniciar las operaciones puede registrar dentro de las inversiones previas a la puesta en marcha los siguientes grupos: activos fijos tangibles, activos intangibles y capital de trabajo.
Al primer grupo, es decir a los activos fijos tangibles corresponden todas las inversiones que se realizan en bienes tangibles que se requerirán para el proceso de transformación de las materias primas e insumos en productos intermedios o finales, o la dotación de servicios, así como aquellos que sirvan de apoyo a la operación normal del proyecto. Los activos fijos tangibles más importantes son entre otros: los terrenos, las edificaciones de obras físicas, entre los que pueden estar las naves industriales, bodegas, sala de ventas, áreas de carga y descarga, áreas verdes oficinas administrativas, vías de acceso, estacionamiento, cerramientos, etc.; maquinaria y equipo para la planta industrial o servicios, equipos de oficina, muebles y enseres, herramientas, la infraestructura en servicios de apoyo como es el caso de red de energía eléctrica, agua potable, sistemas de descargas de aguas residuales, comunicaciones; etc.
Una característica fundamental de este tipo de activos es que para efectos contables éstos activos a excepción de los terrenos son sujetos de depreciación, elemento que es muy importante por cuanto este rubro afectará al resultado de la evaluación del proyecto por su efecto que se produce sobre el cálculo de los impuestos. En el caso de los terrenos por ley no se debe de considerar depreciaciones y más bien por lo general éstos pueden aumentar su valor por la plusvalía especialmente en áreas afectadas por el desarrollo urbano. También en muy pocos casos puede presentarse lo contrario, es decir que los terrenos se deprecien. Sin embargo, por regla lo común en estos casos se aconseja considerar como constante el valor del terreno durante el período de evaluación del proyecto, a no ser de que tenga un conocimiento cierto de que su valor pueda cambiar en función de los elementos señalados anteriormente.
“Las inversiones en activos intangibles son todas aquellas que se realizan sobre activos constituidos por los servicios o derechos adquiridos necesarios para la puesta en marcha del proyecto” . Este tipo de inversiones son sujetas de amortización y, de la misma forma que la depreciación de los activos fijos tangibles, tendrá una incidencia indirecta en el flujo de caja mediante una disminución de la base imponible, lo que permitirá legalmente la reducción en el pago de los impuestos. Así como los activos fijos tangibles, los activos intangibles pierden valor con el tiempo, mientras la pérdida del valor contable de los activos fijos tangibles se denomina depreciación, la pérdida del valor contable de los activos intangibles se denomina amortización.
Los principales componentes de los activos intangibles o diferidos son los gastos de organización, las licencias, los gastos en adquisición de patentes, los gastos de puesta en marcha, las bases de datos y los sistemas de información preoperativos, inclusive los gastos de capacitación y publicidad antes de la puesta en marcha del proyecto.
El primer componente, es decir los gastos de organización lo conforman todas las erogaciones motivadas por la dirección, planificación y coordinación de las obras de instalación y por el diseño de los sistemas y procedimientos administrativos de gestión y apoyo, en los que pueden incluir sistemas de información, y los gastos legales dirigidos a la constitución jurídica de la empresa que se creará para la operación del proyecto.
A las erogaciones que se realizan por el derecho de utilización de una marca, proceso productivo o fórmula, licencias oficiales para el funcionamiento de la organización e incluyendo los permisos municipales se denominan licencias y patentes.
En cambio que los desembolsos que deban realizarse para dar inicio al funcionamiento de la planta como son las instalaciones, las pruebas preliminares para el inicio de la operación normal y hasta que alcancen un funcionamiento adecuado, se denominan gastos de instalación y puesta en marcha. Por cuanto aunque estos rubros constituyen un gasto de operación, muchos ítems requieren necesariamente un desembolso inicial al momento de la puesta en marcha del proyecto.
Igualmente otros gastos como remuneraciones, arriendos, publicidad, seguros y que se efectivice entes del inicio de la operación productivas de las organizaciones deben quedar registrados en el momento real en que ocurren. Con este mismo criterio, los gastos de capacitación dirigidos al adiestramiento y preparación del personal para el desarrollo de las habilidades y conocimientos tanto del área técnica como personal de apoyo que deben adquirir con anticipación a la puesta en marcha del proyecto, se deben registrarse dentro del activo diferido.
De otra parte el costo del estudio del proyecto hasta el nivel de Factibilidad, no debe considerarse dentro de las inversiones por cuanto constituye un costo inevitable, ya que el inversionista deberá cancelar sea que el proyecto se ejecute o no, y por tanto se considera como irrelevante. Por lo tanto, por regla general solo deben incluirse como inversiones aquellos costos en que deberá realizarse solo si decide implementar el proyecto, como es el caso de los estudios y diseños definitivos.
Todas las inversiones que se programen realizarse durante la operación del proyecto se deberán registrarse en el cronograma de inversiones, de esta forma dicho cronograma se convierte en un instrumento de programación y control, lo cual permite determinar con la suficiente anticipación las necesidades de financiamiento de las inversiones y programar las adquisiciones de los bienes importados. El cronograma de inversiones puede ser representado en forma gráfica a través de un diagrama de Gant o a través de una red PERT.
Es necesario señalar que, el total de las inversiones que se tengan que efectuar previas a la puesta en marcha deben expresarse en el año cero del proyecto. Contablemente se puede manejar de dos formas distintas pero que permiten llegar a un mismo resultado económico financiero. El primero consiste en capitalizar el flujo resultante del calendario de inversiones a la tasa del costo del capital del inversionista, para ello se debe denominar momento cero al momento en que se realiza el primer desembolso, con lo cual se obtendrá flujos negativos los primeros períodos de operación. El segundo consiste en añadir un rubro que contenga gastos financieros en el calendario de inversiones, los que representen al costo de los recursos así invertidos por el inversionista.
Para el objetivo de evaluación de las inversiones financiadas con recursos propios, si bien el costo de oportunidad del uso de estos recursos no constituye un desembolso real, cuando se financien con recursos propios deben registrarse en la inversión, de lo contrario se estaría sobrestimando la rentabilidad económica verdadera del proyecto.
Inversión del Capital de Trabajo
El capital de trabajo no es otra cosa que el conjunto de recursos necesarios en la forma de activos corrientes que deberá disponer el inversionista, para la operación normal del proyecto, hasta que los ingresos generados por el propio proyecto cubran los gastos de operación, durante un ciclo productivo, para una capacidad y tamaño determinados. Desde el punto de la teoría financiera al capital de trabajo se denomina activos de corto plazo, lo cual es cierto, únicamente desde el punto de vista de su administración, pero no desde la óptica de la inversión del proyecto, en razón de que el capital de trabajo inicial más bien constituirá una parte de las inversiones de largo plazo, por cuanto pasa a formar parte del monto permanente de los activos corrientes necesarios para asegurar la operación del proyecto, ya que el mismo permanecerá rotando durante toda la vida útil del proyecto.
De otra parte es necesario indicar que el capital de trabajo no será
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