Psicología Tanatología

ANTES DE PARTIR

“El ser humano no se “termina” psicológicamente hablando cuando acaba su máxima maduración física y biológica, ni empieza su deterioro cuando termina en la edad adulta... El desarrollo humano, desde una perspectiva psicológica, dura mientras siguen produciendo las transacciones entre el organismo biológico y el contexto sociocultural” (Fernández, s/f)

El envejecimiento es un proceso que se da a lo largo del ciclo de vida, desde que nacemos hasta el final de nuestros días. Sabemos que un organismo recién nacido tiene comportamientos muy primarios y es con el paso del tiempo, con la madurez e interacción con el contexto social y cultural que se van complejizando las habilidades motoras, procesos cognitivos y las emociones. Con lo que respecta a la vejez o adultez tardía existen falsas creencias de que esta fase corresponde a la pérdida, declive y deterioro del organismo, aunque efectivamente ocurre un deterioro en los sistemas biológicos y su eficiencia, también se siguen dando procesos relacionados con el aprendizaje y la interacción social. Al ser un individuo psico-social, la parte psicológica influye mucho sobre el aparecimiento de la vejez, la motivación permitirá que el individuo reinstaure habilidades perdidas, compensando la carencia con el desarrollo de otras destrezas. Con todo esto podemos afirmar que durante esta etapa se dan tanto pérdidas como ganancias. También existe gran diversidad en esta etapa entre los individuos ya que está marcada por la historia de aprendizaje y el contexto socio-cultural.

Con el paso de los años las funciones cognitivas van cambiando, debido a que la información procesada se soporta por el Sistema Nervioso Central, esto nos lleva a concluir que el envejecimiento produce un enlentecimiento y menor eficiencia en el funcionamiento cognitivo. El adulto mayor tarda en responder o reaccionar a la información que recibe del exterior, sobre todo cuando se requiere de mayor atención. Con base en el artículo de Psicología de la vejez, autores mencionan que a pesar de requerir un mayor número de ensayos y tiempo de ejecución, los adultos poseen una gran capacidad de aprendizaje. Por otro lado, mencionan que la memoria semántica y procedimental se mantienen estables en comparación de las que entran en declive, pero es importante remarcar que existen recursos que ayudan a evitar la pérdida de dichas habilidades cognitivas. Al mismo tiempo la inteligencia biológica asociada con la velocidad perceptiva, fluidez verbal, razonamiento o la aptitud espacial, ésta se desarrolla exponencialmente en las primeras etapas de la vida, pero la inteligencia cultural puede ser incrementada hasta la vejez.

La vejez es una fase difícil porque conlleva situaciones conflictivas relacionadas con la pérdida y proximidad a la muerte, por esto los individuos pueden sufrir de emociones negativas de mucho sufrimiento. Lo anterior no es determinante para la satisfacción del adulto mayor ni de su experiencia de felicidad. Los mayores pueden experimentar emociones igual de intensas que los jóvenes, la experiencia emocionales negativa se da a menor escala en los adultos mayores de 60 años, poseen una mayor riqueza y complejidad emocional. Con la edad, los humanos logran encontrar un balance entre lo cognitivo y emocional.

La película de Antes de Partir nos presenta dos casos de vejez ejemplares. Considero que, si de por sí envejecer es un proceso difícil que nos confronta con nosotros mismo ante situaciones de pérdida y proximidad con la muerte, esto se complejiza más al tener una enfermedad terminal. Ambos personajes con diferentes temperamentos confrontan su cercanía con la muerte, llenándose así de sentimientos y emociones contradictorias entre sí. En este filme podemos ver como ante una situación parecida, el bagaje emocional, contextual y el carácter nos lleva a enfrentar la enfermedad desde diferentes enfoques.

En lo personal, esta película me hizo reflexionar mucho acerca de qué estoy haciendo con mi vida y por qué dejo tantas cosas inconclusas o pendientes. Considero que por indecisión, miedo, postergación, por creer que somos inmortales, por dar prioridad a los gusto de otros, por no encontrar un sentido de vida más allá de lo superficial, por no valorar lo que tenemos, como la salud, es que dejamos tantas cosas para “mañana”, un mañana que nunca llega. Ponemos atención en cuestiones materiales, el ritmo de vida nos arrastra y nos pierde en el trabajo para solucionar cuestiones meramente materiales, pero cuando llegamos al final de la vida volteamos y nos damos cuenta que no hemos hecho lo deseado y que estamos lejos de haber vivido una vida plenamente feliz. Me parece muy doloroso, darme cuenta cómo desperdiciamos el perfecto desempeño de nuestro organismo y capacidades cognitivas, sólo hasta que tenemos alguna pérdida o estamos cerca de la muerte nos damos

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