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Resumen De Capitulo 5 Al 7 De Gordon Childe


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2013  •  2.167 Palabras (9 Páginas)  •  1.013 Visitas

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Cap.5

Apenas terminada la Edad de Hielo algunas comunidades humanas europeas modificaron radicalmente su forma de obtención de alimentos. En vez de sólo recolectar vegetales, comenzaron también a sembrarlos; en vez de sólo cazar animales, se dedicaron además a criarlos. Ésto les permitió, por selección de los especímenes a reproducir, mejorar sus características nutritivas y las de algunos subproductos útiles, así como facilitar su cultivo y crianza (las características seleccionadas han sido detalladamente descriptas por autores como Jared Diamond). No se sabe con certeza si la agricultura precedió a la ganadería, si fue a la inversa o ambos desarrollos se produjeron simultáneamente; probablemente el orden de aparición tuvo que ver con factores regionales, aunque en este libro se adopta la primer hipótesis. Los más importantes alimentos cultivados fueron los cereales —especialmente trigo, cebada y arroz, cuyos antepasados silvestres han sido mayoritariamente identificados (en América el cereal usado fue el maíz)— debido a la facilidad con que pueden almacenarse, el alto rendimiento en granos por unidad de superficie y el trabajo razonable necesario para obtenerlos. Al ser las tareas estacionales, dejaban además tiempo libre para otras tareas.

Un importante efecto de la producción de alimentos fue el aumento de la población. La caza y la recolección tienen un límite cuantitativo que depende de la tasa natural de reposición de las plantas y animales. Cuando esta tasa se excedía las poblaciones sobrantes debían buscar nuevos territorios para satisfacer sus necesidades, lo que junto con el clima fueron las principales razones de las migraciones humanas. Otro de los efectos fue el aumento de la energía humana disponible para las tareas, en la que podían participar también los niños. Comenzaron también a proliferar asentamientos y construcciones como las tumbas construidas con grandes piedras que se encuentran en la península escandinava, Dinamarca y el norte de Alemania y Holanda. La cantidad de esqueletos encontrados en estas tumbas de la Edad Neolítica es varias centenares de veces mayor que los correspondientes a la Edad Paleolítica.

La práctica de la agricultura por un grupo humano no necesariamente implica su asentamiento permanente. En su forma primitiva más común, el cultivo de azada u hortense, se limitaba a despejar un terreno en una zona favorable, escarbarlo con una azada o estaca para enterrar las semillas y, luego de un tiempo, recolectar los frutos. Después de un par de cosechas el rendimiento disminuía y convenía despejar otra parcela, y así sucesivamente, lo que es compatible con o requiere un modo de vida nómade. La excepción son los terrenos donde la reposición de los nutrientes se produce naturalmente, como en las riberas periódicamente inundadas de ríos ricos en ellos como el Nilo, base de la sedentaria civilización egipcia. Tampoco la ganadería obliga a la vida nómade, ya que se puede alimentar bien al ganado conduciéndolo a zonas apropiadas según la estación del año: las zonas bajas más templadas en el invierno, los valles fértiles de montaña en la época de deshielo. El uso de los rastrojos remanentes de las cosechas agrícolas para la alimentación del ganado permiten, asimismo, combinar de modo eficiente agricultura con ganadería. El uso de los restos de las comidas favorece. asimismo, la incorporación al entorno humano de animales auxiliares o mascotas como los perros. La reproducción selectiva durante miles de años de los animales más mansos y con las características deseadas por razones prácticas (caso de la obtención de carne y fibras textiles) o estéticas (caso de los perros) condujo a las actuales razas de animales domésticos.

La agricultura y la ganadería no terminaron con la recolección de productos silvestres, la complementaron. En algunos casos, como la pesca, la recolección continúa hasta nuestros días siendo todavía de enorme importancia para pueblos como los asiáticos y los de las regiones polares. El predominio sobre la recolección hasta su casi desaparición se dio solamente en las comunidades con gran capacidad de generación de excedentes agrícolas acopiables por períodos largos de tiempo, como los cereales, caso en que el trueque permitía obtener con menor esfuerzo productos de la recolección como la miel. Sin embargo, éste es un fenómeno posterior ya que un rasgo esencial de la etapa neolítica es que las comunidades eran mayoritariamente autosuficientes, siendo capaces de cubrir sus necesidades básicas sin necesidad de recurrir a fuentes externas de aprovisionamiento. Esta autosuficiencia incluía tanto los productos como los útiles necesarios para obtenerlos. La autosuficiencia completa difícilmente se haya alcanzado nunca y el reducido intercambio de bienes, probablemente de lujo, fue la base de lo que sería la siguiente revolución.

Los útiles neolíticos de piedra se diferencian de sus antecesores porque se afilaron por pulimento, por roce contra una superficie igualmente o más dura, a diferencia de la técnica de percusión con que se fabricaron los equivalentes paleolíticos. Las armas y herramientas así fabricadas son más durables porque se pueden usar materiales menos frágiles. Esto permitió el trabajo de la madera para la fabricación de viviendas más durables, arados y embarcaciones, tareas imposibles sin herramientas resistentes. El almacenaje de granos y líquidos fue posible gracias a la invención de las técnicas alfareras, también un rasgo universal de la etapa neolítica, a la que necesariamente precedió. La alfarería es probablemente el primer proceso físico-químico conscientemente ejecutado por la especie humana (el fuego es también un proceso químico, pero no fue comprendido hasta tiempos muy recientes; también lo es, pero mucho más complejo, el de cocción de los alimentos). Luego de la cocción la arcilla cambia tanto de color como de consistencia, y lo hace de manera repetible y predecible si se usan la materia prima y los combustibles apropiados. Esto requirió: ensayo y error, el método céteris páribus; la identificación de minerales, su clasificación y separación; la técnica de generación y confinamiento de calor. Las técnicas de coloración de la cerámica requirieron ampliar grandemente tanto el rango de los minerales usados como mejorar el control del proceso de generación de calor, una condición previa imprescindible para la metalurgia. Los primeros indicios de industria textil se encuentran en poblaciones neolíticas de Egipto y el Cercano Oriente. Las ropas hechas primero con lino y luego con lana, comenzaron a reemplazar a las de pieles y hojas como protección contra el frío y el sol. Fue entonces cuando se desarrollaron los telares, ingeniosos artefactos que facilitan el entrecruzamiento de los hilos y perduran hasta hoy en sus diversas

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