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Resumen "cartas A Un Joven Ingeniero"

Jesmag6 de Octubre de 2014

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“CARTAS A UN JOVEN INGENIERO”

CARTA 1 “sobre la verdadera vocación”.

Lamentablemente, no siempre ocurre que se analicen con cuidado las aristas de un asunto tan especial como es decidir a qué te vas a dedicar profesionalmente el resto de tus días.

Hace no mucho, las familias mexicanas aspiraban a contar entre sus miembros a un militar, a un médico ya un sacerdote- siempre hablando de los hijos varones, ya que las mujeres estaban claramente limitadas a atender el hogar, cuando no a consagrarse a Dios. Conocemos al licenciado, al ingeniero, al médico o al odontólogo que estudiaron sin vocación, lanzados a esas profesiones sólo porque en su familia, durante generaciones, alguien las ha estudiado o porque lo hicieron su padre o su madre. También conocemos a quienes se dedican a cosas diferentes a la que estudiaron o, peor aún, se mecen en la hamaca de la mediocridad profesional y lamentan con amargura su mala elección. Escucha, pide opiniones pero que al final sean sólo tus intereses, tus gustos, tus aspiraciones, tus habilidades, tu sensibilidad, tu vocación, los que definan tu decisión. Así lograras también hacer felices a quienes quieres y ser útil en la sociedad en la que vives.

El aprendizaje se logra con base en muchas preguntas y de una que otra respuesta, de búsqueda más que de descubrimientos, de duda más que de acatamiento. La libertad Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos: con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encumbre. Por la libertad, así como por la honra, se puede o se debe aventurar la vida.

Hace casi cincuenta años al ingresar a la Escuela Nacional de Ingenieros era de poco más de 800 alumnos, había solo una mujer. La ingeniería “no era una profesión para las mujeres”. Corría incluso la especie, por ejemplo, la de que una mujer no podía bajar al tiro de una mina, porque era de “mal fario”.

Hoy los prejuicios van desapareciendo, e incluso en algunas especialidades el sexo femenino se impone ya en número, como desde hace un buen rato lo ha hecho cuanto a capacidad.

CARTA 2 “sobre la ética profesional”.

Emilio Rosenblueth, un distinguido ingeniero mexicano recientemente desapareció, repetía con frecuencia; “Todo lo que parece estar más allá de la ingeniería, no es sino sola y pura ingeniería”, y agregaba: “el ingeniero no puede estar hecho solo de las ciencias de la ingeniería; la cultura, la sensibilidad social, la ideología, la política, la filosofía, el arte, son ropajes de los que no se pueden desprender”.

Considerar la actividad profesional dentro de un marco ético único, indivisible e inquebrantable, implica postular como valores dedicación, estudio, calidad, lealtad, verdad, equidad, congruencia, y debiera ser consubstancial al individuo. En la excelencia profesional no hay pero que valga. Aquí sí, la expresión shakesperiana: “Ser o no ser”, tiene validez absoluta. Todo en la profesión es discutible, excepto el comportamiento ético, en el que debemos ser intransigentes.

Los decálogos éticos, los juramentos profesionales, son útiles como llamadas de atención, como guías sociales, siempre limitadas y lamentablemente siempre interpretables, que es la moral propia la que se arraiga en el alma. La ética no puede enseñarse de modo temático, como una asignatura más, sino que debe ejemplarizarse en todas las actividades.

CARTA 3 “sobre que es la ingeniería”.

En una encuesta realizada en cincuenta ingenieros de de distintas edades –desde principiantes hasta próximos a jubilarse- por Claudia Lange, autora del libro Etre ingénieur aujourd d´hui , todas las respuestas fueron distintas: cada uno tenía su propio concepto, su percepción de lo que era la ingeniería, dependiendo de su actividad y experiencia: por lo que, a la manera de Ortegas y Gasset, podríamos decir: “El ingeniero es él y su circunstancia”.

El libro de Ralph J. Smith Endineer as a career (Ingeniero como carrera) recopila una serie de definiciones entre ellas:

Thomas tredgold (1828): La ingeniería es el arte de dirigir las grandes fuentes de poder de la naturaleza para el uso y conveniencia del hombre.

Willard A. Smith (1908): Ingeniería es la ciencia de la economía para la conservación de la energía, cinética, potencial, proveída y almacenada por la naturaleza, para el uso del hombre. Es asunto de la ingeniería utilizar esa energía en la forma más ventajosa, a manera de lograr el menor desperdicio.

J.A.L Wadell, Frank W. Skinner, y H.E. Wessman (1933): La ingeniería es la ciencia y el arte de manejar eficazmente materiales y fuerzas […] comprende el diseño y la ejecución más económicos […] asegurando, cuando se logra adecuadamente, la más ventajosa combinación de precisión, seguridad, durabilidad, rapidez, simplicidad, eficiencia y economía posible, para las condiciones de diseño y servicio.

Algunas definiciones sobre ingeniero son las siguientes:

Ingeniero: Persona cuyos conocimientos lo hacen apto para realizar funciones científicas o técnicas activas para prever, crear, organizar, dirigir, controlar los trabajos que de ello derivan (investigaciones, estudios, fabricación, construcción, explotación, etc.) así como mantener una función de “cuadro”.

Ingeniero: Hombre que inventa construcciones a hacer, máquinas o instrumentos a ejecutar, planos y diseños necesarios para su ejecución: Los ingenieros son en Francia, un cuerpo que debe su establecimiento al Mariscal Vauban.

No hay acuerdo sobre si es ciencia, arte, técnica, práctica, actividad, oficio…Sencillamente porque la ingeniería suele mezclarse todo en diferentes proporciones, según el propósito, el objetivo, el fondo y la forma, el momento, la idiosincrasia… incluso el “estilo”.

La ingeniería tiene como objetivo la solución de necesidades del hombre y la búsqueda de su bienestar, a través de uso racional de los recursos de la naturaleza y la inteligencia ponen a disposición, y que tienen como infraestructura de conocimiento las ciencias duras: matemáticas, física, química.

Sirven como ejemplos de respuesta a necesidades la rueda, la pólvora y la imprenta; construcciones como el faro de Alejandría, las pirámides de Keops, la Muralla china, el Taj Majal, la Torre Eiffel, el puente Golden Gate, la sala Netzahualcóyotl; los vuelos interplanetarios, la cirugía remota, la resonancia magnética; la música o la consulta de una enciclopedia en disco compacto y la internet; el descifre del genoma humano, la inversión de la telefonía celular. La ingeniería está como ha estado siempre.

CARTA 4 “De cómo debe ser un ingeniero mexicano”.

En la selección de una carrera no pueden dejar de considerarse las condiciones del entorno, y el nuestro, como país que aún no encuentra el camino del desarrollo equitativo de sus ciudadanos, como lamentablemente le sucede a prácticamente todos los países latinoamericanos, nuestro nivel educativo es muy bajo, la escolaridad promedio de la población es de 7.5 años y hay una magra atención de la educación superior, que sólo alcanza el 18 % de quienes están en edad universitaria, si hoy hiciéramos una radiografía de la ingeniería mexicana, el resultado no parecería halagador. Las severas severas dificultades económicas que el país ha sufrido en las dos décadas pasadas y algunas decisiones nacionales tomadas ante el acoso de la globalización han deteriorado su posición y han afectado un desarrollo que es necesario retomar.

La función de ingeniero mexicano se ubica en tres planos: atenderlas necesidades del pequeño México del primer mundo para que pueda competir en la globalidad, atacar las penurias del enorme México subdesarrollado para incorporarlo al bienestar que no se conoce, y al mismo tiempo restaurar la propia casa profesional.

Además del conocimiento profundo y permanentemente actualizado de su disciplina, los atributos de honestidad, cultura, gratitud, compromiso, amor , generosidad, solidaridad, son esenciales en los ingenieros mexicanos, quienes deberán responder a los retos que plantean problemas graves, la mayoría lacerantes, y que no tienen solución a corto plazo; las soluciones se lograrán –si los jóvenes de hoy trabajan en ellas-.Los ingenieros del mañana debe ser capaces de atender y provocar los cambios requeridos; de enfrentar los riesgos y la incertidumbre de un mundo que se hace más complejo cada hora; de discutir sin cortapisas las tendencias que orientan los pasos de la humanidad; de disertar sobre los temas que hoy convocan al análisis del porvenir; de cuestionar las contradicciones que parecen bloquear nuestras hipótesis y nuestros deseos; de polemizar sobre las paradojas que oponen a las sociedades actuales, y dentro de ellas a sus diferentes sectores.

Preguntas todas en una sola: ¿educar para qué?

Educarse para preservar la vida; esa es la primera respuesta. Pero no sólo para eso, educarse, para creer en libertad, para acentuar el necesario nivel de pertenencia, para la tolerancia inaplazable.

Para alcanzar la felicidad, mejorar la calidad de vida, desarrollar el ser, vivir en plenitud…

Lo demás, que aquí no es lo de menos, es: para sobrevivir, vivir, y en algunos casos para revivir; para hacerlo en la globalidad y en la mexicanidad; en la universalidad y en la soberanía; en la identidad individual y en la colectiva, en la nacionalidad; para ser hombre o mujer del planeta sin dejar de ser mexicano.

CARTA 5 “De la historia de la ingeniería mexicana”.

Nuestros

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